"Hey."
Harry gira la cabeza ante el sonido de la conocida voz. "Hey."
"La gente no suele abandonar sus propias fiestas, ¿verdad?" Preguntó ella mientras se abría camino hacia la habitación.
Él levantó su hombro izquierdo en respuesta. Estaba sentado en el suelo, con la espalda apoyada contra el reposabrazos al final del sofá con una rodilla doblada para apoyar la mano que sostenía su bebida. La chaqueta que había estado luciendo temprano esa noche ya se había ido y la tinta que esparcía sus brazos se mostraba a la perfección, girando y girando a lo largo de su piel casi de manera seductora.
"Casi no te vi, pero pensé que no estaría mal buscar aquí, ¿sabes? ¿Por qué estás sentado solo en la oscuridad?"
"Quería algo de tranquilidad y pensé que si dejaba la luz apagada, nadie me encontraría". Harry inclinó su cabeza hacia atrás sobre el sofá y le sonrió con ojos vidriosos. "Obviamente, no pude engañarte."
"Me gusta pensar que soy más inteligente que tu chica promedio. ¿Te apetece una compañía?" Él se encogió de hombros nuevamente y ella lo tomó como su afirmación para tomar asiento. Por un segundo, ella consideró en qué extremo del sofá debía sentarse antes de decidir finalmente que sería extraño para ella dejar un lugar vacío entre ellos. Se hundió en el firme cojín de espuma más cercano a su cabeza y cruzó sus piernas.
"Esto es lindo", murmuró ella mientras giraba sus ojos en dirección a los suyos. Toda la pared orientada al norte de su habitación era de vidrio y presentaba una vista panorámica bastante hermosa del horizonte nocturno de Los Ángeles. Volteándose, miró al hombre que había pasado la última hora buscando. "Es tu cumpleaños, ¿por qué te escondes?"
"¿Cómo va esa canción? 'Es mi fiesta y puedo llorar si quiero'?" Harry llevó su vaso a sus labios antes de mirarla. Ella por otro lado se estaba acercando más a él. Su cabeza se inclinó hacia adelante y estaba convencido de que podía oler su dulce champú desde su lugar en el suelo. Ella lo miró pacientemente, retirando un mechón de cabello de su cara y él podía jurar que nunca había visto a nadie más hermoso en su vida.
"Tu cumpleaños fue hace dos días, debiste haber hecho todo tu llanto entonces. Vamos a intentarlo otra vez. ¿Por qué tu, superestrella boybander slash pastelero?" Harry la interrumpió con una sonrisa y ella le devolvió la sonrisa con cariño antes de continuar, "estas celebrando tu cumpleaños sentándote en tu habitación, bebiendo solo cuando tienes hermosas chicas y cincuenta de quienes supongo que son tus amigos más cercanos alrededor? "
Harry le lanzó una sonrisa arrogante. "Parece que has sobreestimado tu inteligencia, amor".
"¿Sí?" Sus cejas se levantaron con asombro. "¿Cómo es eso?"
"Bueno, puedo contar a las personas que considero mis amigos más cercanos con solo dos manos, no bebo solo", levanta su vaso y lo tintineó contra el de ella para demostrar su punto, "y tengo una niña hermosa sentada justo a mi lado ".
"¿Oh?" Ella se inclinó sobre el lado del sofá, haciendo una demostración de mirar a su alrededor. "¿Dónde está ella? Muy grosero de tu parte por no presentarnos".
Ella esperaba una respuesta inteligente, pero en cambio fue recompensada los dedos deslizándose entre su zapato y la parte inferior de su pie. Un grito de sorpresa se le escapó de su garganta, al mismo tiempo que retiraba su pie rápidamente y de alguna manera aún logró perder su zapato en el proceso. "Que plaga", río ella.
"Te doy un cumplido y lo derribas". Alcanzó su otro pie, pero ella le dio una palmada en la mano para impedírselo. Cuando ella alcanzó su zapato caído, él lo agarró y lo arrojó a través de la habitación.
