Toques íntimos

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*Segundo día en casa de América* 

A la mañana siguiente, Inglaterra despertó sintiéndose como que había soltado un peso, algo guardado, un cariño desbordante. Al igual que América.

Recordaba cómo se llenaron de besos ayer, esa imagen le avergonzaba pero le alegraba al mismo tiempo.

-Buenos días dormilón- dijo con un tono no muy alto, para no despertar bruscamente al menor. Mm..., pero parece que aquello no dio resultado, seguía de la misma forma.

-Hey!- lo movió ligeramente, solo provocando que el muchacho se estirara un poco sin despertar.

-Rayos..., eres imposible. –su calor en este frio día era reconfortante. Cuanto ansiaba tenerlo así, a su lado, sentir su temperatura, su respiración. Valió la pena esperar tanto, era mejor de lo que imaginaba. Y esos besos..., eran como si una corriente de electricidad cruzara por todo su cuerpo, dejando un tibio calor en su corazón.

La verdad era que, con este paso ya dado, quería más, sentir mucho más. Pero, su querido americano era muy inocente, no quería perturbarlo, quería ir de apoco. Sin embargo, podía bromear un poco, ¿verdad?.

Alfred que yacía acostado bocarriba, y ahora era el asiento del inglés.

El oji-verde, se sentó con una pierna a cada lado, y se sacó la parte de arriba de su ropa y se desordeno un poco más el cabello, para aparentar estar desaliñado.

-América!- vociferó.- América!- de nuevo lo llamaba , con desesperación.

-Ahg! Qué!, qué pasa!.- decía el contrario abriendo los ojos de apoco.

- Qué me hiciste, porque me falta ropa?...-dijo, mostrando preocupación.- No me acuerdo de nada...

De inmediato el estadounidense despertó, notando la situación.- Q..QUE? Yo... e..eh...- pensaba en su diminuta mente si algo había hecho. Pero, de repente el mayor lanzó unas carcajadas.

-Tranquilo América, fue una broma. No pasó nada.- se limpiaba las lagrima de los ojos por tanto reír.

El contrario inflo las mejillas enojadísimo, no le gustaba que le tomaran el pelo.

Inglaterra notó la reacción de aquel, y le depositó un besito.- Lo siento, no fue correcto.

-Eso no me convenció.- contesto aun ofendido.

Se acercó para darle otro beso, pero con más profundidad. Por accidente sus lenguas se tocaron, pero como si supieran lo que hacían aquellas bailaban en un vaivén rítmico y lento.

-Maldición...-pensaba el oji-azul acalorándose, esta sensación era única, despertaba todos sus sentidos.

-Ihk..!- el inglés detuvo el beso abruptamente, al sentir una presión en su trasero. Y claro, estaba sentado junto en la pelvis ajena. Sabía con exactitud que era.

Retrocedió un poco aun sentado allí, para admirar aquella erección. Definitivamente su miembro era gigante, sentía envidia como hombre pero deseo como su amante.

-¿Puedo encargarme de eso?..-dijo Arthur con una voz muy distinta a la que se escucharía normalmente, una que sería para situaciones más íntimas. Era dulce, traviesa y caliente.

El americano hecho humo con la cara roja trataba de procesar todo.

-NO!- dijo finalmente para quitarlo de encima suyo , y correr hacia el baño.

Sorprendido pero no tanto el mayor despejaba su mente, se había acalorado también - Parece que me deje llevar, y excedí su límite. Tshk...Rayos.- reflexionaba, pero no podía evitar pensar que su reacción fue adorable. Después de todo, esa era una de las cosas que le llamaban la atención de él. Pues, era como un niño, sumamente adorable y lleno de sueños.

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⏰ Last updated: May 31, 2018 ⏰

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Vida en pareja (Usuk)Where stories live. Discover now