-¿Quién eres tú?-la pregunta se escapó de mis labios.
Una sonrisa extraña se dibujó en su rostro, hizo un movimiento de manos que no reconocí de inmediato cosa que provocó que terminara estampillada contra un árbol a mis espaldas. Las palmas de mis manos estaban comenzándome a picar, no sé exactamente como lo hice pero ese ataque libero de alguna manera un poco de mi propio poder. Armé un campo de energía a mi alrededor no podía arriesgarme a que volviera a dañarme, sin embargo él solo se quedo ahí parado observandome, sus ojos seguían rojos seguía usando su magia, pero ¿En qué?
-No me esperaba menos de tí... Nubia-pronunció mi nombre con un tono de voz tan escalofriante que retrocedí un paso casi de inmediato.
-¿Cómo sabes quién soy?
-Todos sabemos sobre tí.
Le mire completamente confundida, seguía en estado de alerta su magia es oscura, no podía fiarme de este sujeto. Estaba por decir algo cuando sentí la presencia de un lobo y no era cualquier lobo, sino un alfa y la única persona que se me ocurría era Killiam. Antes de que siquiera pudiera decir algo más, su figura desapareció por completo sin dejar ni un solo rastro, sin dudas es un brujo experimentado ¿Qué hace un brujo negro aquí? ¿Por qué sabe sobre mí? o mejor dicho ¿Para qué? Comenzaba a pensar que tal vez esto se deba a algo mucho más grande que estoy ignorando.
Killiam estaba cerca, demasiado cerca podía sentir como se acercaba en mi dirección y yo aún seguía en estado de alerta por algún motivo. Disolví el campo de energía y sentí la falta de energía como un balde de agua fría, la visita de ese brujo me sorprendió y no puedo decir que sea de buena manera ya que su ataque fue lo que activó de alguna manera mi magia.
Sentía que podía hacer tipo de embrujo o hechizo, estaba falta de energía lo sé pero la adrenalina seguía corriendo por mis venas.
-Nubia-la voz de Killiam me sacó de mi ensimismamiento, se escuchaba preocupado.
Su rostro era todo un poema, no pude evitar sonreír ante eso, me acerqué a él esperando calmar un poco a su animal, pero su mirada se enfocó en mi brazo.
-¿Qué demonios te pasó?-ahora si estaba molesto.
Tenía una quemadura que parecía bastante sería ¿Cómo paso eso? No es nada que no pudiera curar con magia, pero Killiam aún no se acostumbraba a esa idea.
-Tranquilo, mira-dije pasando mi mano por la quemadura, es la primera vez que intentaba sanar sin usar el ungüento por lo que evidentemente use magia de más.
Aunque la herida desapareció, la preocupación de Killiam seguía presente y lo entendía no es algo que puedas entender de un momento al otro. Entrelacé nuestras manos esperando tranquilizarlo al menos un poco, todo esto era confuso me preocupaba que ese brujo tuviera la entrada libre al territorio de Killiam.
-¿Vas a decirme lo que pasó?-susurró rodeandome con sus brazos- mi lobo se sintió herido e inmediatamente supe que eras tú, ¿Cómo?
Me separe un poco y le indique el piso para sentarnos, él estaba ofreciendome usar sus tierras para usar magia a mi gusto le debía sinceridad y esto también lo pone en peligro.
-No quisiera alarmarte pero hay un brujo oscuro, rondando tus tierras. Pude sentirlo y tuvimos una especie de enfrentamiento... no estoy seguro de cómo entró pero si sé que su presencia es difícil de captar, usa la magia para ocultarla.
-Tengo que reforzar la seguridad, no puedo permitir que estés en peligro.
-Killiam yo estoy bien-dije mirandolo a los ojos- quién esta en peligro aquí eres tú.
-¿Qué?
-Es un brujo oscuro, su magia es muy poderosa y si quisiera acabar con este lugar lo haría sin problemas-dije sosteniendole la mirada- y no quiero que eso pase.
-Aunque mi deber es cuidar de toda la manada, el deber principal de aquí-dijo señalando su corazón- es cuidarte a tí.
No sé bien cómo pasó pero en ese momento pude sentir algo muy cálido alojarse dentro de mí, corte la distancia y uní nuestros labios en un beso tranquilo y lento. Los brazos del lobo me rodearon como si fuera un escudo, protegiéndome de todo a nuestro alrededor, nuevamente era reconfortante.
-No quiero exponerte al peligro de nuevo-dijo en voz baja muy cerca de mi rostro.
Sonreí y le besé de nuevo, aquello que decía era imposible dadas nuestras naturalezas el peligro sería un constante en nuestras vidas y no me importa para nada.
-Quiero intentar proteger con mi magia este territorio-dije de pronto, sabiendo muy bien que eso podría agotarme rápidamente.
Él simplemente asintió y volvió a abrazarme, nos quedamos así un buen rato, hasta que decidió que por hoy se quedaría a mi lado y presenciará mis avances.
No logré mucho pero estaba satisfecha con ello, puedo manejar un elemento de eso estoy casi segura pero aun no doy con la llave para abrir ese poder en mí, detesto admitirlo pero aquel encuentro con el brujo de alguna manera liberó algo dentro de mí. Pequeñas trabas se fueron armando a medida que limitaba a consciencia el uso de mi poder, y el encuentro de hoy fue detonante rompiendo más de una, necesitaba aprender a manejar mi energía ahora que sé que con solo una buena concentración puedo realizar cualquier hechizo de segundo nivel.
Durante el resto del día, sentía cierta molestia en el brazo que fue herido, no era nada grave o al menos eso quería pensar pero sí llamó mi atención. Una vez en la privacidad de la habitación, busqué entre las cosas que había traído un polvo gris con aroma suave, a simple vista parecía algún tipo de tierra metida en un frasco pequeño, hace un tiempo aprendí a usar estos polvos con un poco de magia correcta podía hacer mucho más de lo que se espera. Esparcí un poco sobre mi brazo y pase mi mano presionando levemente, susurré unas palabras que simplemente aparecieron en mi mente y enseguida sentí como la molestia aumentaba de manera notable. Cuando volví la vista, se veía claramente una marca roja en forma de círculo que abarcaba gran parte de mi antebrazo, dentro de este había otro dibujo, no podía definirlo con exactitud pero casi parecía una especie de escudo. Cabe destacar que lo rojo de esta marca eran los polvos que se habían amoldado a esta marca invisible que aquel brujo logro imprimir en mi piel.
No había duda de que esta persona era realmente poderosa, tenía cierto miedo de pensar en qué pudo haberme pasado si Killiam no hubiera irrumpido con su presencia, es extraño pues por un lado también me produce cierta intriga que con un solo ataque haya hecho tanto es de admirar.
Antes de ir a dormir me dediqué a crear una protección especial para la casa, no sería la misma que quiero hacer para todo el terreno de la manada ya que esta otra sería un poco más resistente. La posición en la que se hace los hechizos es muy importante así como el estado de ánimo de la bruja que los realiza, como nunca tuve a nadie que me instruyera todo lo que se lo aprendí de libros que me facilitaron un poco las cosas y el tipo de magia que hago es antigua. Pero dado a mi poca práctica es un poco más complicado que reaccione ante ataques como el de esta mañana, y eso no puede volver a ocurrir, estuve demasiado expuesta al peligro.
Me paré en medio de la habitación y fije la vista en mis manos, las palabras comenzaron a fluir lentamente prácticamente venían solas a mí. Una vez terminado di un fuerte pisotón y sentí la falta gradual de la energía en mi cuerpo, también noté cierto ardor en mi antebrazo, donde tenía la marca invisible que me había dejado ese brujo ¿Qué significa? ¿Por qué me marcó de esa forma?
Hola, ¿Cómo están? Aquí con este capítulo doy inicio al maratón, tal vez suba otro capítulo más tarde o dos mañana...
¿Quién será ese brujo oscuro? ¿Por qué dejo su marca en ella? ¿Cómo reaccionará Killiam ante esto?
¿Será malo este personaje?
Gracias por leer =) =)
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El Invierno en tus Ojos
Fantasy-No pienso aceptarlo. -Créeme cuando te digo que no tiene escapatoria. -Es mi hermana, no dejare que la uses en tus alianzas. -Es una maldita bruja-grito más que molesto- no tiene ni una gota de nuestra sangre en sus sucias venas. Eso no lo soporto...