21. Capitulo- Respuesta

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-Deberias ir y darle una respuesta- dijo Abbie através del teléfono
-No lo sé, es difícil, debería hablarlo con mis padres? Convencerlos de algún modo
-Hmm, podría funcionar, hablarás con ellos hoy?
-Debo hacerlo, ayer me salvé por los pelos-suspiré y palmeé mi rostro sintiéndome realmente frustrada- vale, hablaré con ellos hoy- cerré la llamada dejando el teléfono a un lado pensando en las posibles palabras que pudiera decir. No es una mala idea decir que el cambio afectará mis estudios y mi vida social (como si tuviera una). Agh, es tan frustrante no saber que decir. Escuché la puerta de mi habitación tocar y a mi madre entrando segundos después
–Cariño, quiero hablar contigo– me senté asintiendo para dejarla hablar– tu padre y yo estuvimos pensando en dejar que te quedarás en casa de tu tía para que puedas terminar tu año escolar aquí, pero no sé sí tu... – no pude soportar la emoción y salté sobre ella abrazándola
–Sí, sí, mamá. Sí– escuché como rió un poco abrazándome de vuelta presionándome contra ella
– Mañana tu padre y yo iremos a ver la casa nueva...– susurró con un poco de melancolía en su voz– estarás bien por ti misma? –asentí dándole un beso en la mejilla
– No te preocupes, mamá. Estaré bien –dije sonriendo– puedo ir a casa de Alex?
– Alex, tu amiga la del otro día?– preguntó un poco extrañada
– Sí, esa
– ¿A qué hora vuelves?
– ¿Antes de las doce?
– Antes de las diez– asentí nuevamente tomando mi mochila corriendo hacía casa de ella. No podía soportar la felicidad que sentía por dentro, me moría por verla y contarle la noticia. Todo iría mejor, todo mejoraría de ahora en adelante.
Llegué en pocos minutos, toque entusiasmada la puerta esperando a que saliera. Sentía como el corazón y los pulmones querían salirse de mí hasta que la ví salir igual de hermosa que cada vez
– Rebeca qué... – no la dejé terminar abrazándola con fuerza mientras unía nuestros labios sintiéndole
– Me quedaré– susurré sintiendo mis ojos inundarse de lágrimas de felicidad– me quedaré aquí, contigo– sentí sus brazos alrededor de mi cintura levantándome haciéndome girar junto con ella. Sentía como todo iba a mi favor, como todo lo que había hecho en los anteriores meses por fin daba frutos, no soportaba la idea de verme sin ella, sin sus abrazos, sin sus besos o su voz. Volví a besarle con suavidad mientras acariciaba sus mejillas y cada parte de su rostro suavemente.
–Te amo– le escuché decir. Mi corazón se aceleró más de lo que ya estaba y no pude evitar que las palabras salieran de mi boca inconscientemente
– Te amo a ti...– sonreí volviendo a besarla– sólo a ti

Con suavidad tomé cada parte de su cuerpo acariciandola lentamente. No tenía de idea de lo bien que se sentía amar y ser amada, porque nunca antes me había sentido así, nunca antes hubiera pensando en enamorar como lo estoy de ella.
Llegamos a su habitación donde la acosté besando su abdomen, ya no tenía control de mis movimientos, simplemente sentía que debía poseerla. Volví a besar su abdomen subiendo hasta su pecho mientras mis manos jugaban debajo de ella con su sostén
–Rebeca...– la escuché gemir
– Descuida, está noche me encargaré yo.

La Historia del Tu y el YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora