4. ¿cuando pasó?

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Se acerca minusiosamnete, sus pies desnudos también podían ayudar en su acción, lo que decían, la curiosidad mata al gato. Uug gatos. Mala forma de decirlo.
No eran palabras lo que se escuchaba en el otro lado de la puerta de madera, eso era claro, sin no más bien se distorsionaba, pequeñas femenina como en apogeo.

Que diablos.

Pensaba ranma tan consumido.
—Bueno, ahora o nunca—

La mente si era engañosa cuando de propone, los molestos comentarios de nabiki comenzaron. —No sabes que es de mala educación, interrumpir a una persona mientras ve tranquilamente una película.— dijo disgustada, sus ojos se achinaban por la luz de golpe, y triraba pequeñas palomitas directamente al rostro del azabache.

Dios, soy un sucio.

Apenado, tomaba con poco sutileza su propio cuero cabelludo, negándose su pena. No entendida por las hermanas tendo sentadas en el sofa.

Mejorando a la situación, la película que aún rodaba, llegó a la cena perfecta en el romance de dos chicas lindas, en una situación sexualmente. Eso recordó haber oído hace tres minutos atrás.

—Oh,

— ¿Te gusta ranma? ¿Te gusta lo que ves?—ya notaba la sonrisa burlesca y manipuladora de la castaña.

—¿Quién lo está viendo? ¿Supongo que esa persona..

No termino decir.

—Akane, si ella. No ha salido de su habitación desde que llegó.—interrumpió sin escrupo, y le daba un sorbo al vaso. Con ello era olvida lo.

Que escurrudiza.

Ya huía de ahí, pero kasumi, le negó el camino.

—Ranma, se que eres un buen muchacho, y que su intención de ambos no son lastimarse, akane puede llegar a ser muy testaruda pero dale tiempo ella tiene un buen corazón si lo sabes buscar bien—decía con tanta sinceridad y preocupación, su gesto lo hacía pensar. Después recibió un abrazo de parte de ella. Ranma rígido como sus propios huesos sin articulaciones.

Termino esa pequeña charla, con un buenas noches, la hora avanzaba, y no iba a esperarlo. Pronto debía hacer caso a esas palabras dulces materiales, casi.

Aunque por el momento no había motivo.

***

Un par de adolecentes fuera de clase, dando a entender un castigo. Pues las cubetas de agua en cada mano, hablaban de por sí solas, aún en el rostro de ambos no se notaban sus enojos o agotamiento.

—Es tu culpa.

El azabache parpadeo escéptico, la chica lo soltó de la nada, no esperaba cruzar palabras de momento.

—Bueno, aquí tu tienes la culpa por no  levantarme—soltó defendiendo su punto, mientras miraba a la acusante.

—¿Aquí dice mamá de ranma?

—Akane..— esbozó, su mirada está puesta sobre la de ella, veía algo exacto. Inevitablemente lo notó,—No has estado durmiendo y comiendo bien.

Ranma intenta averiguar el porque, le preocupaba, costaba creerlo viniendo de el, no siquiera su padre le importaba, a ese panda gordo y hablador.

El balbuceo de la peliazul, le llamo tanta la atención. No era común verlo en ella. Realmente algo pasaba en sus narices, como kasumi lo pidió, debía hacer algo. Si era el noventa porciento  por la petición de la mayor y no por el

No se que sentir; ranma x akaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora