Capitulo 4

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-4-
Sábado, mi primer día libre.
Estaba sentada con mi tableta en las piernas. Observaba por la ventana de mi sala a toda la gente, los locales, los botes y el atardecer. Era realmente relajante.
Traía puestos mis pantalones de pijama, no eran pegados, eran holgados y de color azul pastel con estampados de pequeñas flores blancas y mi top blanco, traía el cabello recogido en una coleta alta y tenía mis lentes puestos.
Ah y no traía brasier, uno de los pequeños, pero más satisfactorios placeres de la vida.

-Miau- me giré a ver a mi pequeño gatito que estaba intentando subir al sillón en donde yo estaba. Sonreí.

-Con que no te puedes subir bonito- me agache y lo tome con mis manos, este volvió a maullar-Juré que estabas dormido-Lo pegue a mi pecho y lo acaricié, este solo cerro los ojos y ronroneó.

Timmy. Ese es su nombre, nació hace 5 meses y hace 3 meses que es mi gato, me lo regalo mi primo de cumpleaños. Vi que ya estaba dormido, así que decidí dejarlo en el sillón y volví a ver por la ventana.

Observé mi reflejo en el cristal. Observé mi largo cabello castaño amarrado en la coleta, mis piernas que a pesar de no ser ni tan largas, ni tan delgadas, para mi son perfectas, vi mis ojos color miel a través de los lentes. Quizá no sea una peli negra con ojos bicolor o una rubia de ojos azules, pero realmente no me interesa serlo, me gusta ver que dentro de mi sencillez, hay belleza, pues así me siento al verme, bella.
Solté una risita.

"No te reconocí con el cabello suelto"

Las palabras de Alex retumbaron en mi mente provocándome una sonrisa.

Definitivamente quería volver a verlo, no sé nada de él, solo su nombre. Mire al cielo que estaba empezando a ser más obscuro conforme el sol se escondía.

-¿Te volveré a ver Alex?- pregunté al aire, cómo si este me pudiera contestar.

-5-

Los domingos por la mañana, normalmente suelo salir a caminar  a ver qué puedo encontrar, así que, heme aquí caminando sin algún rumbo por la ciudad.
Traía unos jeans azul marino con un suéter color café de manga larga holgado y unas botas del mismo color del suéter, tenía mis lentes puestos y me hice una coleta alta.
Solo llevaba mi celular y un poco de dinero en las bolsas del pantalón.

Estaba sentada en una banca del parque, viendo a lo lejos a unos niños jugando y corriendo, a lo lejos vi a una pareja paseando a su perro, riendo porque el perro casi tira al chico por andar persiguiéndolo.

-Ahora si traes los lentes- lo dijo cerca de mi oreja, creando un pequeño sobresalto de mi parte y la risa de el. Me giré a verlo

-No hagas eso- lo mire a los ojos y me puse una mano en el pecho ya que estaba muy acelerada por el susto -me vas a matar de un susto- dije con obvio dramatismo y el rio aún más con mi comentario.

-No es para tanto dramática- seguía riendo y en un movimiento rápido, brincó la banca y se sentó a mi lado -Tenia como 6 minutos estando parado a tu lado- dijo viendo de frente a donde estaban los niños -Pero no te habías dado cuenta y creo que si no te hablaba- me miro - Jamás me hubieras visto- sonrío y claramente yo estaba sorprendida.
*¡6 minutos! ¿ y no me di cuenta?*

-No creas que te estaba siguiendo- al ver que no contestaba nada agregó eso rápido- Estaba sentado bajo ese árbol- Señaló un árbol que no estaba tan lejos de la banca- Te vi llegar y al principio creí que te ibas a encontrar con alguien- miro al suelo después de decir eso y por alguna razón, apretó un poco su puño derecho - Pero al ver que nadie llegaba me acerqué a ti- regreso su mirada a mi, yo solo sonreí por su expresión- Y pues lo demás ya lo sabes- soltó una pequeña risa y se pasó la mano por el cabello algo nervioso, pero no me dejaba de ver.

-Que bueno es saber eso- dije y su cara de confusión fue un completo poema para mi - Creía que eras un acosador o algo por el estilo- me reí, el hizo lo mismo y se acomodó en la banca recargando la espalda y estirando las piernas, con la mirada al frente.

-Y qué tal si lo soy y nada más te digo todo esto para que no sospeches- me miro serio, pero se notaba una pizca de burla en su cara, sonreí y desvíe la mirada.

-Pues estaría halagada de tener un acosador como tú- reí y me acomode en la banca.

-Pues en ese caso- me gire a verlo y él estaba sonriendo- ¿Le permites a tu acosador invitarte un café?

-¿A mi acosador?- hice un gesto de estar pensando las cosas con un dedo en mi mentón- No- me giré a verlo y estaba serio, sonreí por dentro- Pero a ti, si - ahora la que estaba sonriendo era yo y el rio.

-Perfecto- se levantó aún sonriendo- Vamos, conozco un lugar bueno y no está tan lejos- me tendió su mano ayudándome a levantarme y yo la tomé agradecida.

-Muchas gracias- le sonreí y empecé a caminar, aunque me giré cuando él me habló.

-Por cierto Kathy, ayer te quedaste mucho tiempo viendo por tu ventana- el estaba sonriendo, con una expresión de burla y juro que mi cara era una mezcla de confusión y susto al mismo tiempo.

*¡¿Pero que acaba de decir?!*

837Donde viven las historias. Descúbrelo ahora