01.

128 9 2
                                    

–Mamá de verdad no quiero ir a ese viaje tuyo, estaré bien aquí con papá. –Dije devolviéndole el boleto de avión que me había entregado hace unas horas atrás.

–Esto no es decisión tuya, iremos los dos. –Dijo guardando el boleto en el bolsillo de mi camisa- Además podremos hacer un viaje de madre e hijo.

–Si, claro. –Dije sacando el boleto de mi camisa- Iré a la cocina, tengo algo de hambre y no quiero seguir discutiendo.

–Trisha ya esta en tu habitación para arreglar tu maleta, asi que mejor te apuras. –Dijo mientras yo me alejaba-

–Si, claro. –Dije poniendo mis ojos en blanco- Buenos días a todos. –Dije entrando en la cocina-

–Hola señor Harry. –Dijeron todos los de la cocina-

–¿Tus pantuflas o zapatos?. –Dijo Raúl retándome, Raúl era el chef jefe de la cocina, pero me trataba como a un hijo-

–Mmh. –Dije con nerviosismo acercándome a la gran despensa- Están en mi habitación. –Dije riendo-

–¿Y por que no te las has colocado? no son de adorno ¿sabes?. –Dijo acercándose-

–Por que… mira estaba en mi habitación sobre mi cama leyendo un libro, me dio hambre y baje corriendo, no me dio tiempo de colocármelas. –Dije sacando un paquete de galletas.

Era la verdad, además hacia mucho calor y me gustaba andar descalzo por la casa, claro que siempre me retaban por todas partes.

–Sube a tu habitación a colocártelas. –Dijo quitándome el paquete de galletas-

–¿Otra vez?. –Pregunte riendo, la ultima vez que fui a la cocina hizo lo mismo, me hizo subir y luego volver a bajar-

–Otra vez. –Dijo guardando las galletas en su delantal.

Subí corriendo las escaleras, me coloqué las zapatillas que estaban debajo de mi cama dejando a Patricia con la palabra en la boca cuando sali corriendo de nuevo a la cocina-

–Raúl, listo ya me las coloque, mis galletas. –Se las pedí amblemente estirando mi mano, él me las entregó- Gracias. –Ladee mi cabeza cuando ya me estaba marchando- Por cierto, ¿alguno de ustedes sabe a que se debe el viaje que haré con mi madre?

–No es por ser chismosa ni nada señor, pero escuche a su madre hablando por teléfono con una señora, platicaban sobre juntarse el Martes, es todo lo que escuché, no me gusta estar escuchando conversaciones ajenas. –Dijo Rossalie, ella era de la limpieza y era una buena mujer-

–Gracias Rossalie.

Esto si era raro, se supone que seria un viaje de “madre e hijo” y el Martes estaremos en Hawaii, quizás como es mamá de desconciderada me dejará en el hotel mientras ella se va con una amiga.

–¿Qué ocurre señor?. –Pregunto risueña Patricia-

–Nada, lo siento por lo de hace poco. –Puse mis ojos en blanco e indique mis pies- Mis zapatos. –Dije ahora riendo-

–Sabes que tienes a más de 30 personas cuidando de ti y tu aún asi desobedeces sabiendo que te retaran a penas salgas por esa puerta. –Dijo Patricia abriendo la gran maleta-

–Te extrañaré. –Dije abrazándola, ella tambien lo hizo-

–¿Extrañaras que alguien ordene tu ropa cuándo la dejas tirada en el suelo?. –Pregunto riendo-

–Vale, se que no soy nada ordenado, pero no es para que lo digas siempre. –Dije riendo-

–Bueno, creo que tenemos que empezar a ordenar, ¿no crees?. –Me sonrió amablemente-

No more money //Larry Stylinson//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora