Hertz

Harper

- Okay Har, tenemos que conseguir todo lo que podamos ¿okay?

- Si si, medicinas en especial.

- Harper, estas segura de que...

- ¡Si!- corro hacia el aparador de medicamentos y tomo lo que puedo, mi hermano Carter llena su mochila de alimentos y todo lo que necesitamos. Todavía hay comida como para alimentar a cinco familias, pero no nay familias. 

El mini super esta vacío, no hemos tenido señal de más personas mas que nuestro grupo. Es extraño, se que todos corrieron pero no pudieron ir lejos. Cierro mi mochila y recorro los refrigeradores, cervezas, lácteos y.... agua. 

Vingo, lo que falta. 

Tomo algunas botellas y regreso con mi hermano. 

- Salgamos de aquí- me dice mi hermano, toma fuerte su arma y salimos. 

El silencio afuera es aterrador, no se escucha ni un perro ladrar, un pájaro cantar, nada. Caminamos con sigilo, vigilando los cielos ya que ellos siempre están patrullando para que no queden mas humanos. Sus naves son sencillas de identificar, desde que atacaron por primera vez dejaron de utilizar camuflaje. Tienen forma de una esférica, con cosas al rededor, similar a un átomo pero de metal. Esas cosas viajan a mas de 300 km/h y logran frenar con una facilidad impresionante, y también tienen unos lasers que en un momento te pueden freír, si eres afortunado, pero si no, te capturan y llevan a su base central, ubicada en el centro de la ciudad, una vez dentro, tu destino es incierto. Por suerte emiten señales en los walkie-talkie kilómetros atrás y se puede saber si una nace se acerca a ti. 

Empiezo a escuchar el ruido en mi walkie-talkie. Tomo a mi hermano del brazo y el entiende la señal, encuentra una casa cerca, derriba la puerta y nos metemos en la habitación mas cercana, cerramos todas las cortinas y esperamos, apago mi radio porque cuando están debajo de ti, este emite un chirrido horrible, el cual ayuda a que te encuentre. Se escucha el ruido de la nave bajando la velocidad, agarro el brazo de mi hermano y me aprieto contra él. 

Por favor, que no nos hayan visto por favor. 

Se escucha como se alejan, Carter se levanta y se asoma por una ventana. 

- No hay nada, ven vamos- salimos y corremos a toda velocidad a nuestra casa, cruzamos la puerta del condominio y tocamos la puerta. Dos toques, espacio, uno y luego cinco toques con el ritmo de "We will rock you" y una chica con cabello castaño lacio, ojos castaños, piel clara y muy delgada nos abre, Cristina. 

- Pense que nunca legaria- nos dice preocupada, entramos y mi hermano deja su mochila en la cocina. Cristina cierra la puerta con los tres seguros que tenemos.- ¿Vieron la nave que acaba de cruzar?- Mi hermano suelta una pequeña risa. 

- Solo estaba dando un paseo, ni se detuvo a ver mi hermosidad- Cristina voltea los ojos. Volteo a ver a mi hermano, sigue siendo el mismo aunque hemos pasado por muchas cosas estos últimos meses, siempre tan bromista. El cabello ya lo tiene un poco largo, castaño como yo, piel un poco quemada por el sol y con varias cicatrices, muchos dirían que es mi cuate por lo similares que somos, pero me lleva dos años y agradesco tanto eso. Me volteo hacia Cristina y por mi mirada sabe que le dire.

- Aun no despierta, pero deberías checarlo, sigue moviéndose mucho- No lo pienso dos veces y corro con mi mochila a la habitación del piso de abajo. La puerta esta cerrada, la abro con sigilo y ahi esta, apenas iluminado por unas lamparas está Dominic, su cabello negro largo se le pega por el sudor que le corre por la frente, su cara se le ve tan tranquila cuando duerme, parece unos años mas joven, como cuando lo conocí. Me siento en la silla y empiezo a sacar las medicinas que encontré, algunas le sirven, otras son para el botiquín, las empiezo a separar y escucho como se mueve, volteo a verlo y abre los ojos. 

- Hola Harper- me dice con voz ronca- ¿Qué tal la visita al super?- le sonrío y me acerco a él.

-Hola Domi, encontre varias medicinas, tranquilo vas a mejorar- Me sonrío, ambos sabemos que es difícil que so pase, pero no perdemos esperanzas. Le seco el sudor de la frente, le doy un poco de agua y toma sus pastillas. Dominic ha sido mi amigo desde la secundaria, el me salvo la vida cuando empezó la invasión, y ahora esta herido por mi culpa, le debo un favor, le debo la vida. 

Le reviso la herida que tiene en el brazo, es un rasguño enorme, le recorre casi todo el brazo.  Esta toda morado oscuro con azul, las venas al rededor tienen un color azul fuerte, no cicatriza del todo bien, le pongo más agua oxigenada para evitar infecciones, suelta un gritito. -Lo siento, es necesario- le digo. Él solo se voltea y continuo limpiando. 

- Deberíamos coserlo- me sobresalto, volteo a la puerta y veo a Jake, cabello castaño, alto y con piel clara.- O tal vez engraparlo, o cortarle el brazo- Dice mientras se sienta en la cama- creo que si te lo cortamos se te quitaran todos esos síntomas y dejes de ser tan diva- le dice a Dominic. Él lo ve con cara de pocos amigos y voltea a verme.- Tu crees que debamos- me dice. 

¿Qué puedo saber yo? Se tanto de medicina como un perro sabe de astronomía. 

- No lo se- Aunque no lo quiera admitir, la idea no suena mal, pero no podría hacer eso, y mucho menos curar esa herida más grande. 

Termino de curar a Dominic con Jake a lado diciéndome de como le saldrá un alien del brazo que nos comerá a todos. El siempre tan infantil, a veces tiene buenas ideas, pero normalmente solo dice estupideces. Es igual a mi hermano. 

- Listo- Le digo a Dominic- deberías salir intentar incorporarte...- digo cuando el radio en el buró que tiene a lado comienza a sonar, volteo a ver a Jake que de inmediato levanta a Dominic. 

- Pues amigo mio, o te levantas o te dejo morir aquí- Tomo el walkie-talkie y me paso del otro lado de Dominic para ayudarle a caminar. Rápidamente llegamos a la puerta del sótano y nos metemos los tres después llegan Carter y Cristina, nos sentamos los cuatro en la esquina del sótano, apagamos nuestros radios y esperamos que pase. 

- ¿Cuándo terminara todo esto?- susurra Cristina, temerosa como todos, de que algún día nos lleguen a capturar.