bella perversa

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Las mujeres también sabemos ser perversas en la cama,
también nos gusta hablar sucio,
que nos aten y tiren del cabello,
nos gusta la dominación en terrenos sexuales, movernos a tal punto de no poder parar e implorar más,
nos gusta el lado salvaje del sexo,
de los besos furtivos, de las caricias fugaces.

Sabemos serlo con el hombre que logra despertar esa fiera enjaulada sedienta de la carne, de la pasión,
del exquisito sabor de los fluidos que se deprenden en cada uno de los dos,
disfrutamos del deleite de cada encuentro,
de dos cuerpos entregandose sin temores al placer que nos transpira de cada poro.

Nos gusta cabalgar duro,
gritar y gemir como una putx deseosa por sentir su cavidad de mujer llena por ese hombre  con el que no hay cabida para sentir inhibición.

Sabemos hincarnos para saborear el miembro víril y hacer estallar el néctar que arroja con la suavidad de los labios y la humedad de la lengua,

El hombre que logra conocer la perversidad de una mujer,
es el mismo que no ha tenido que decir nada,
sólo actuar y ser ese caballero que seduce sin fingir lo que no es.

Pero sobretodo sabemos dejarnos envolver por unos brazos fuertes,
que nos hacen sentir protegidas
no sólo después de un encuentro fogoso,
Y que nos besan con ternura las mejillas y la frente.

Únicamente que esa mujer perversa se deja ver sólo estando en las manos indicadas.
©bellaperversa
Derechos reservados
Foto: harumi hironaka

POESÍA DE UNA BELLA PERVERSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora