POESÍA DE UNA BELLA PERVERSA

"Mis gamberroz deseos"

Empezaré redactando la descripción que me hace escribir estas líneas, apasionada, agitada me encontraba no hallaba la manera en que pudiera tenerte frente a mi y hacerte lo que mi imaginación desbordaba al recordar la tersura de tu piel.

Mis manos comenzaron por acariciar mis muslos, mis ojos se cerraron por inercia y un escalofrío subía y bajaba por mi columna, mis pezones erectos me indicaban ya una excitación que  recorría mi cuerpo, comenzó el camino de mis dedos justo en mi sexo ya húmedo, mis dedos se acomodaron para juguetear con mi clítoris en círculos, luego de izquierda a derecha con movimientos suaves y acelerados y entrando una y otra vez mis faringes medio e índice rápidamente y espaciadamente alternandose provocando que se arqueará mi espalda, recostada en el piso bien abierta y expuesta pensando en tus labios bajando por mi vientre, tus mordísqueos y tus susurros obsenos en mis oídos.
-si, así muévete para mí, me gusta sentirte dispuesta y meter mi vergx entre tus ricas nalgxs.

Esas palabras resonaban en mi mente ayudando a que mis jadeos se hicieran fuertes y eternos, el espasmo de placer que me regalaban mis manos por el recuerdo de la última vez que me hiciste tuya entre mis sábanas.

sabes hacerme venir sólo rememorando ese ardiente recuento de escenas nuestras, repletas de lujuría desbordada entre los dos, mi cuerpo ya siente estallar y pasa lo temido mis fluídos se vacean, cual rocío de flor en primavera, una sensación de éxtasis que llega hasta mi nuca con cosquilleos electrizantes, gozo y sonrio, que traviesa me siento y que sedienta mi cavidad vaginxl por que la llenes de ti,
me quedo así, disfrutando las palpitaciones de mi vulva esperando poder saciarme nuevamente de tu carne, de que nuestros más bajos instintos se acompañen a pecar que arrebates con mi ropa la decencía, te metas en mi cuerpo una y otra vez hasta quedar exhaustos que sucia me convierto en tus manos, me entrego sin inhibiciones a ti.

Podría continuar detallando nuestros siniestros juegos,
candentes que desprenden mutuamente para sí el fuego de nuestros cuerpos al volverse uno, pero me agrada más la idea de que pronto entrarás por esa puerta para envolverme entre tus brazos, para calmar mis ansias de ti.

Terminaré con esta dedicatoría que te ha hecho mi perversa obsesión por ti, porque voy impregnada de tu esencia en cada uno de mis poros, de tus deliciosos efluvios en mi ser, cuento las horas en que estaremos sólos en una habitación para expresarnos sin palabras lo mucho que nos hechamos de menos.