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Nos encontramos algo alejados de la gente. Estamos en una de las playas nudistas de Bora, Bora.
Alexis me tenía acorralada en una gigantesca piedra, nos estábamos devorando nuestras bocas.
Ambos estábamos totalmente desnudos, su pene rosaba en mi íntimidad. Mis manos viajaron a su trasero y lo empecé a masajear.
Mientras que el con una mano me tomaba de la cintura y la otra masajeaba uno de mis pezones.
--Ah.--dije cuando se separó de mi para bajar sus besos a mi cuello.
Eché la cabeza hacia atrás, me tomo de los muslos y me cargó, haciendo que rodeará mis piernas en sus caderas.
Colo un dedo a mi intimidad y lo comenzó a mover lentamente, hasta que sus movimientos fueron subiendo de intensidad.
De un momento a otro su pene entro en mi de una manera tan fuerte que el placer me invadió.
--Me...eeee encantas.--dijo para después atacar mis labios.
Entraba y salía de mi duramente, esto era demasiado excitante. Mis paredes se empezaron a contraer alrededor de su gran pene.
En cualquier momento ambos íbamos a explotar en un glorioso orgasmo. Minutos después ambos llegamos, Alexis soltó un gran gruñido mientras que yo encaje mis uñas en sus hombros.
Nos acostamos en la arena, para descansar un rato, el sexo con el siempre me deja agotada.
--Tu.. también me encantas.--deje un beso en sus labios.--Nene.
El acariciaba suavemente mi cabello, mientras que yo hacía dibujos imaginarios en su abdomen.
