Llegaba a mi trabajo de medio tiempo y me encuentro que me habían remplazado por otra persona, ahora si estaba muerto. Después de entender que no tenía trabajo decidí ir a mi casa. Al llegar me encuentro con la desagradable imagen de mi padrastro.
-¿Traes dinero o comida?
-No traigo ni dinero y mucho menos comida.
-¿Por qué razón?
-No tengo trabajo, me despidieron.
-Estuve conversando con un amigo de Daegu y le comenté sobre nuestra situación él quiere que trabajes en uno de sus negocios .
-Ir a Daegu, y mis estudios.
-Ya no estudiaras más,además no tenemos dinero para comer.
-Y para ti es mejor que yo me vaya de casa.
-Será lo mejor para ambos. Aunque no podré difrutar más de tu tracero.
-¿Con qué dinero piensas que tomaré un bus para Daegu?
-No sé arreglatelas.
-Primero quieres que vaya a Daegu y después me dices que me las arregle para ir.-
Subí mi tono de vos y lancé mi mochila ensima de la mesa. Por lo que mi padrastro se levanto y se avalanzo hacia mi tomando mi brazo con fuerza y hablandome bien de cerca al oído.
-Escuchame bien, tú nunca volverás a hablarme así, recuerda que eres un pendejo y un mocoso. Tú irás a Daegu con o sin dinero.
-Sueltame,....... me haces daño.
Mi padrastro me soltó y subí corriendo a mi cuarto cerrando la puerta con seguro. Estaba mal, y me sentía mal, tenía miedo de lo que me podía pasar en aquel lugar desconocido. Mi padrastro golpeo la puerta y gritó bien fuerte.
-Jimin, ......aún no he terminado de hablar contigo, así que habre esa puerta o la pasaras mal.
Abrí la puerta y mi padrastro entro violento tomandome por el cuello y pegandome en la pared.
-Cuando llegues a Daegu un carro te estará esperando, no cometas ningún herror o morirás en el intento.
-Sí entendí, pero por favor ahora déjame.