Capítulo1: Y esta soy yo

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Creo que la mejor manera de empezar, sería presentándome, mi nombre es Elsa y ahora mismo, para no subirnos por las ramas, acabo de decidir que sería interesante esto de contar lo que me va pasando y esas cosas, para cambiar un poco la rutina.

Mi vida no tiene nada fuera de lo normal, soy una chica, voy al instituto, salgo con mis amigos y suspendo asignaturas.

Resaltando el ámbito de los amigos, podría decirse que dispongo de los necesarios, no necesito personas que me estorben o me hagan sentirme mal, ya es suficiente el tener que aguantar a el o la idiota de turno como para además soportar alguien con quien no esté cómoda, ¡ah no!, ¡eso sí que no! Sin embargo, si tuviese que definir a mis amigos los definiría como indispensables, únicos e indispensables, no habría podido llegar a lo que soy ahora sin su ayuda y apoyo. Pero, al fin y al cabo, ¿qué soy ahora? Si pensabais que era la típica chica de libro que tiene un cuerpo perfecto y termina saliendo con el amor de su vida al final de la historia, estáis completamente equivocados. Mi cuerpo deja bastante que desear, no digo que tenga nada malo, pero actualmente, para que te consideren aceptable físicamente, necesitas no haber comido por lo menos durante un año y cuando empezasen a notársete las costillas empezarías a ser atractivo para el mundo, y yo no soy un caso especial que se evada de la norma. En cuanto a amores podría decirse que hasta la Virgen María tuvo más éxito del que he tenido yo nunca, aún así, también dispuse de mi público, público que sin contar con los dos chicos a los que les decía que de mayor serían mis maridos cuando tenía seis años, se queda en un sólo ejemplar. Se llamaba Daniel y fue sin duda alguna mi primer y último amor, amor que duró lo máximo cuatro meses, así que ya os podéis imaginar... Èl y yo éramos mejores amigos y un día me fije en que era bastante mono, algo que mis amigas siguen sin compartir conmigo, y como quien no quiere la cosa empezamos a salir, después de toda esa odisea de relación (nótese la ironía) me dejó sin ninguna explicación o motivo, se limitó a enviarle un mensaje a mi mejor amiga para que ella se encargase de darme la noticia, original ¿verdad? Tiempo después me enteré por boca de quien actualmente considero mi mejor amigo, que su razón para haber terminado conmigo era que yo no era lo suficientemente atractiva, ya que pesaba más de lo necesario y eso causaba que sus amigos se metiesen con él, pero ya sabéis, a veces, eso de querer mucho a alguien no es suficiente razón para estar a su lado...

Desde esa trepidante historia de amor han pasado ya cuatro años y sigo igual que como empecé, sola con mis sesenta kilitos y sin señales de ninguna posible relación.

Y es ahora cuando me pregunto, ¿Cuánto tiempo falta para acabar la maldita pubertad?

Si lo buscas en internet, te dirán que sobre los dieciocho o veintiuno ya debería de haber terminado, pero, ¿Cómo va eso?, ¿Te duermes un día y a la mañana siguiente ya eres un adulto? Por qué si es así, os puedo asegurar que más de uno se ha liado y ha hecho mal el cambio... Pubertad, qué asco, ojalá pudiese una meterse en una crisálida y salir cuando esta hubiese acabado, no tendrías por que soportar los granos, cambios físicos, peleas y mucho menos el instituto, la cuna de todos los problemas. Sin embargo, luego está esa especie de estirpe superior a la que no le afecta en lo más mínimo o incluso mejoran con ella, por lo general entre esta extraña derivación de la raza humana se encuentran en abundancia los típicos niñatos y niñatas que disfrutan del mal ajeno, y al igual que las sirenas de la mitología, una vez consiguen tu confianza, te devoran sin siquiera dejarte los huesos. Pero siempre hay quienes aún teniendo esa cualidad, son capaces de vivir con ella sin que se les suba a la cabeza. En mi caso, esa sirena tiene un nombre, María, futura gobernadora del Tártaro, ella y su séquito de sanguijuelas son la perfecta personificación del término imbécil, todas iguales y cada una peor que la otra, no las soporto.

Hubo un momento en el que incluso me planteé el poder llamarlas amigas y por más que me cueste admitirlo, deje que lo fuesen, pero el caso es que cuando sacan al pájaro de la jaula, este no quiere volver a entrar, y yo cuando conocí a Carla, tampoco vi necesario tener que seguir formando parte del escuadrón de comadrejas.

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Bueno pues aquí está el primer capítulo, se que es algo corto pero me preocupaba el no subirlo pronto, mi idea es actualizar los viernes, para darse una alegría, ya que viene el fin de semana.

Espero que os haya gustado mucho mucho

Preguntas:

1)¿Qué os ha parecido?

2)¿Qué pensáis sobre el punto de vista que tiene Elsa hacia la adolescencia?

Pues esto es todo, muchas gracias por usar parte de vuestro tiempo en leer mi novela, si queréis preguntarme algo no dudéis en comentar y yo os responderé sin ningún problema, espero que podamos llevarnos bien y que disfrutéis de la novela.

Muchas gracias y un montón de besitos!

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⏰ Última actualización: Jul 11, 2014 ⏰

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Una enfermedad llamada adolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora