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Ha pasado un mes desde que los practicantes de enfermería llegaron al hospital.

Ha pasado un mes desde que HoSeok cuida la salud de YoonGi.

Se escuchan voces fuera de la habitación del joven con parálisis en sus piernas.

—¿Y que necesitan?

—Hay que operarlo. Si no lo hacemos, puede que en verdad no vuelva a caminar...

El ambiente era tenso en esa parte del pasillo.
Y el temor y desesperación invadían la habitación 503.

YoonGi había estado en ese hospital recibiendo antibióticos para que sus piernas no sufrieran más daño del que ya tenían. Sabia que había una probabilidad de que pudiera volver a caminar...

También sabía que había una de que no pudiera volver a sentir sus piernas nunca más.

Desde que despertó en ese lugar con un traje blanco con puntos negros, no había sonreído. Sus repuestas eran simples y frías, y si hablaba más era solo para responder preguntas que le hacian.

Entre los doctores era tema de conversación.

—El paciente de la habitación 503, sí no muere de su condición, muere de depresión.

¿Y como no estarlo?
Su pasión era el deporte, específicamente el baloncesto.
Perdió a sus padres la misma noche en que gano un juego (importante).

Su vida cambio por una simple llanta descompuesta...

Un toque suave le saco de sus pensamientos. Y hasta ese momento noto sus lágrimas.

—P-pase... —dijo débilmente, limpiando su cara.

HoSeok entro con una sonrisa a la habitación. Hasta que le vio limpiar sus mejillas.

—Ángel... ¿Que sucede? —el (casi) enfermero se sentó a un lado de la cama, acariciando el dorso de su mano.

—No pasa nada... —dijo haciendo una mueca, intentando sonreír.

El castaño sonrió con pena,  llevando su mano hasta sus labios para besarla.
HoSeok sabia. El estaba a un lado cuando aquella conversación sobre el azabache se dio.

—Yo estoy aquí contigo. Y veras que todo va a salir bastante bien. —intento consolarle.

Desde hace un mes, YoonGi sonríe con más frecuencia gracias a dicho estudiante de enfermería.

Min YoonGi parecía un gato arisco con los demás, gruñendo y siempre pasaba molesto (o eso decía su expresión). Pero aquel chico de sonrisa cálida logro doblegarlo.
Se doblegaba solo con HoSeok.

Nadie lograba hacer que YoonGi pusiera de su parte para que tomara el medicamento. Solo HoSeok.

Nadie lograba al primer intento que YoonGi dijera que "sí" a los "paseos" que tenía... Pero YoonGi los disfrutaba si estaba con HoSeok.

HoSeok sí lograba muchas cosas que los doctores y enfermeros habían intentado desde que Min llego ahí.

—HoSeok... Tu seras un buen enfermero. —le elogio YoonGi en uno de sus muchos paseos.

YoonGi tenía (por orden de su hermano) que ser llevado al menos dos veces o una por semana a dar un paseo por el campus o pasillos del hospital. Llevado por un enfermero.

Normalmente se dormía en esos paseos, el ambiente era tenso y no se lograba hablar con el paciente. Pero desde que HoSeok le llevaba, YoonGi sabia de lo bello que era el mundo exterior. Si bien no hablaban mucho, el ambiente era tranquilo y el aire fluía entre sus pulmones. Eran mejores ahora.

WALK -[솝]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora