4.1 Ana

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Vir encendió una fogata y calentó su cuerpo lastimado.

En pocas horas habia perdido demasiadas cosas, sin contar que su futuro pendía de un hilo.

El cielo en penumbas y el terror en su alma.

- No lo nombres- repitió en voz baja. - ¿Por qué no puedo nombrarlo? -

- Debo encontrar respuestas - dijo mientras se pondia en pie.

Solo cubierta por un pedazo de tela que dejaba ver parte de sus pechos a cada lado y a penas cubria su sexo, caminó con paso firme a pesar de las heridas.

Bajó la montaña caminando sobre rocas afiladas, que lastimaban sus pies.

Un relincho la alertó, y rapidamente se escondió detrás de unos árboles.

luego un grito de mujer y unas carcajadas llamaron su atención.

Siguió hasta donde creia que provenian las voces.

y los vió.

Dos campesinos harapientos y sucios sostenian por la espalda a una doncella muy joven yhermosa.

Ella forsejeaba mientras que los sucios campesinos intentaban someterla.

Vir no lo dudo ni un segundo

- Kilemen - naahan stini-n - repitió mientras su cabello rojo parecia flotar y sus ojos verdes se volvieron blancos por un instante.

delante de los dos campesinos se materializó una bestia perecida a un rinoceronte, que los miraba fijamente.

Los campesinos no le prestaron atención, y la bestia dio un alarido estridente, aturdiendo a los malvados quienes soltaron a la muchacha y huyeron despavoridos.

La muchacha quedó aterrada, sentada tapandose los oidos.

- Tranquila, ya se fueron - Vir le tendia una mano para levantarse.

La muchacha miró a buscando la bestia que habia desaparecido.

- ¿Quién eres? - le preguntó mientras tendia su mano, poniendose de pie.

- Vir Raven, me puedes decir Vir -

La camisa de ana quedó rajada en el medio, dejando por poco que sus grandes pechos se vieran por completo, y su falda quedó rota como un harapo. Ana se intentó cubrir.

- perdona, mi ropa quedó dañada -

Vir sonrió - Yo no tengo ropa -

Ana hechó un vistaso a su salvadora y se sonrojó.

-¿De dónde eres? - preguntó Ana.

- De Stokka -

- Eres una wicca! - Ana la miró con alegría - tu sabes lo que está ocurriendo! -

Vir se encojió en hombros - Iba a ser una wicca, pero la aldea fue arrasada por unos asesinos -

Ana la miró con pena.

- Ven, le dijo, cuentamelo mientras buscamos mi caballo -

Las dos jovenes caminaron de vuelta al sendero de la montaña.

Vir guiaba mientras Ana la seguia entre los árboles. Ana sentía curiosidad por su compañera, y al mismo tiempo pena, no quiso preguntarle más por lo ocurrido, porque debia ser demasiado doloroso por el aspecto de Vir. miraba lo poco con se cubría y sintió tristeza. Se detuvo un momento y rapidamente cortó un poco de su gran falda, dejando ver sus fuertes y torneadas piernas.

- toma - dijo a Vir mientras le ofrecia la tela.

Vir se sonrojó, y la aceptó agradecida.

- Disculpa, hicieron desaparecer mi ropa, y ésto es lo unico que encontré para cubrirme. Lo siento si viste mi cuerpo.-

- Tienes un cuerpo hermoso - replicó Ana.

Ahora vir podia cubrir su cola y su sexo por completo dejando solo sus hermosa piernas a la vista.

- Solo me falta cubrirme arriba - dijo Vir.

- Estamos iguales - respondió ana señalando su camisa que a penas cubria sus pezones.

llegaron hasta el sendero y unas carcajadas se escucharon a lo lejos.

- Oh, no! - exclamó Ana.

Su caballo estaba tendido en el camino, con el cuello cercenado.

- Malditos - dijo rompiendo a llorar.

- No te preocupes buscaremos la forma de -

El suelo comenzó a vibrar poco a poco, las rocas empezaron a desmoronarse cayendo en el sendero de la montaña. Los dos campesinos que habian atacado a ana y asesinado su caballo corrian montaña abajo huyendo de un alud de rocas que iba a aplastarlos.

Vir tomó la mano de Ana - ven conmigo -

Vir juntó sus manos en su pecho y cerró los ojos, mientras su cabello rojo comenzaba a brillar y una luz las envolvía, una especie de domo se formó sobre ellas y las protegió del alud.

Sintieron como la tierra temblaba y las rocas pasaban sobre ellas sin dañarlas.

fueron minutos llenos de desesperación.

cuando al final todo pareció quedarse quieto, Vir deshizo en conjuro.

En silencio las dos muchachas caminaron sobre las rocas. A lo lejos se oia el rujido del alud que continuaba en otras montañas, mientras el polvo cubría el cielo.

Ana miró a Vir. - ¿Qué está pasando?-




Secretos de un imperioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora