❁Capítulo 13❁

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No podía explicar el gran dolor que tenía en su cuerpo de tanto reír, habían pasado mucho tiempo en el parque más alejado de la escuela, estaban mirando el atardecer con los visores que estaban puestos allí.

JungKook realmente era gracioso, había estado contando las historias más extrañas que le habían ocurrido en su niñez y TaeHyung se preguntaba cómo tenía tan buena memoria.

—Un día, mi hermano hizo ramen y no sabía muy bien, así que se lo dí al perro cuando salió a atender una visita—TaeHyung rió a tal punto de golpearse con la estructura de metal que lo ayudaba a ver el sol ponerse.

—Ah, JungKook eres muy gracioso—con sus dedos dió un leve masaje en su frente mientras veía a su acompañante riéndose a más no poder.

La compañía de JungKook llenaba por completo a TaeHyung, hace mucho tiempo no se sentía a gusto con una compañía, probablemente ni NamJoon Hyung lo hacía sentir tan bien.

La tarde pasó así, con un JungKook felíz, sonriente, completo. De a poco logró quitar de su mente sus problemas y todo lo que podía llegar a acongojarlo de esa manera.

JungKook estaba siendo felíz nuevamente.

—Hyung, es tarde y tus padres pueden estar preocupados.

Tae elevó su vista hacía su acompañante que jugaba con las tiras de su mochila.

—¿Quieres venir conmigo?, mi mamá quizás preparó Ramen, pero uno mas comestible—soltó una carcajada.

¿Debía ir?, de todos modos NamJoon Hyung había estado en silencio durante todos los días luego de la discusión. Él no entendía el sentimiento de Kookie, no sabía como lo hacía sentir Tae y ese era el único error de su Hyung.

—Ah... ¿No le molestará a nadie?

—Claro que no JungKookie, mi mamá estará muy feliz de que te lleve—sintió algo de calor en sus mejillas—. Les conté de tí hace unos días y no dijeron nada en contra cuando pregunté si podía llevarte a cenar.

—¿Les preguntaste así como así?—tapó su boca de asombro, al parecer Tae tenía mucha confianza en el mismo.

—Claro que sí, ah JungKookie no te preocupes—le acarició el cabello tiernamente, necesitaba tocar su cabello oscuro por la simple razón de que le parecía tan suave.

—Pero... Hyung.

Tae lo detuvo en medio de la calle, cuando ya se podían ver las casas más cerca que antes. Tomó el rostro del menor en sus manos, acomodando con cuidado su cara, lo miró un segundo para luego cortar distancia.

—JungKookie, todo estará bien—sintió sus narices tocarse, inmediatamente cerraron sus ojos.

Dejando que el tiempo hiciera el resto.

NamJoon miró a SeokJin detenidamente mientras éste escribía un ensayo de historia, tenía miedo de hablar y romper la concentración de Jin.

—NamJoonnie, puedes hablar—lo miró alegremente para dejar su lápiz sobre el cuaderno.

—No quería arruinar tu concentración, lo siento—bajó su mirada algo avergonzado.

Jin se levantó, en silencio, llegó hasta su cama donde estaba Nam mirando su celular algo desconcentrado.

—Bebé.

Esa palabra salió rápidamente, ocultando su rubor Jin se sentó al lado de Nam ocultando su rostro en el cuello de su novio.

—Jinnie, eres una ternura—sonrió para besarle la mejilla—. Te quiero, bastante.

—Te quiero el triple del triple, Joonnie—sonrió levantando su rostro para probar los labios de su novio.

Un toque suave, lleno de amor.

De amor verdadero.

El calor provocado por la respiración de YoonGi le daba tanta comodidad para tocar sus cabellos, se sentía tan bien.

—Propongo que adoptemos un bebé, algún día—le tomó la barbilla para dejar un beso en la comisura de sus gorditos labios.

—Hyung, ¿Estás seguro de eso?—ahora el menor lo besó como debería haberlo hecho realmente.

Con sus manitos agarro el cabello de Min, aprovechando la posición del mayor pasó sus piernas sobre las del contrario sentándose cómodamente allí.

—Tu fetiche son mis piernas, Jiminnie—le acarició la cintura dando pequeños círculos.

—Me gusta estar sobre tí.

Ambos rieron para dar otra ronda de besos cortos y dispersos.

—Adoptemos un bebé, podría llamarse YoonMin—lo miró directamente a los ojos, Min se veía bastante seguro de sus palabras.

—Nunca creí que llegaría a amar tanto—le tomó el rostro, dejando un beso sobre los del mayor—. Min YoonGi, te amo como un maldito infierno.

YoonGi miró a su novio gracioso, al parecer estaba diciendo palabrotas desde que se juntaba con otros chicos. Lo sacudió un poco dejándolo más cerca de él, podía sentir el trasero del menor sobre su parte íntima.

—Tendré que hablar con tus juntas, estas diciendo palabras muy fuertes bebé—JiMin río ante eso, le encantaba el más mínimo celo de Min.

—Podrías castigarme por cada palabra fea.

Las mejillas de JiMin estaban rojas, sobrepasando el rosado tierno y característico de él.

—Te castigaré Mochi, pero no del modo que deseas—murmuró sobre sus labios, dejándolo sin aliento.

—Min...

Sintió como los labios del mayor fueron directamente a su cuello, mordiendo la tela de su sudadera, quitandola del camino, dejó un beso, una mordida y pasó su lengua hasta el lóbulo de su oreja mordiendo cómodamente.

—Dios mío, Hyunggie—lo apretó de los hombros, el calor estaba comenzando a crecer.

—JiMinnie, vas a dejar esas palabras y así seguiré—beso sus labios moviendo al menor sobre su cuerpo.

—Lo juro, lo juro, lo juro—cerró sus brazos en el cuello de Min—. Hyung, sigue.

Sustuvo un puchero mirando animadamente a su novio, quien sonrió ampliamente para besarlo.

JiMin era un bebé mimado.

monedas de chocolate |  taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora