Mis percepciones -SwanQueen-

Perdición

   —  ¿Que tienes planeado para su tercer aniversario, hum? —interrogó con una sonrisa Snow.

   —  No lo sé, realmente —suspiró— ... Con los fracasos en la inseminación Emma ha estado  distante; igual que yo está decepcionada pero me atrevo a decir que incluso está molesta conmigo. 

   —  Hey, no te lo tomes tan a pecho. Nadie dijo que esto sería fácil. Todos en el pueblo oramos para que puedan tener otro bebé juntas —le dedicó una cálida sonrisa y la tomo de la mano—. No han luchado tanto para estar juntas como para qué esto destruya todo, aún no entiendo porque no adoptan.

—  Emma sabía de la ilusión que tenía de poder estar embarazada pero después del segundo intento le propuse que adoptáramos, que intentáramos hacerlo pero está en la negativa total. No lo comprendo, creí que ella aceptaría pero cuando le dije desde el primer momento me dijo que no quería a otro niño que no fuera de mi sangre totalmente, y como lo hemos hecho en las últimas semanas terminamos discutiendo por cosas del pasado y tonterías sin sentido —se limpió la lágrima que comenzaba a caer por su mejilla. 

  — Repito, nadie dijo que sería fácil, pero mírense Regina.  Juntas vencieron maldiciones con un beso de amor verdadero, eso no cualquiera lo consigue. Si ustedes quieren un hijo biológico, lo conseguirán, son la Salvadora y la Reina; nada ni nadie puede contra ustedes. 

  — Gracias por escucharme —sonrió débilmente—. Con todo  esto del embarazo, la graduación de Henry y las elecciones estoy que voy a estallar. 

  — No deberías de estar bajo tanto estrés. Y regresando al tema principal, deberían de salir del pueblo, irse a Boston quizá, cenar y después irse a algún hotel a hacer cosas de lesbianas. 

  — Nunca olvidaré el día en que nos encontraron haciendo cosas de lesbianas en mi oficina. 

  —  Aún no te perdono por ese trauma, Regina. ¡Eres una despiadada con mi pobre niña! —ambas comenzaron a reír pues a pesar de su larga y conflictiva historia, hoy en día ambas tenían una relación que ni en sus mejores sueños tendrían. 

SQ

— Buenas noches, cariño   —escuchó una voz provenir de una esquina de la sala y como muchas películas, encontró a su esposa  sentada en el sofá con una copa de vino al encender la luz.  

  —  Hey —contestó como si nada. 

—  ¿Se podría saber donde estuviste? 

—  En el departamento de mis padres, te lo dije —ni siquiera la miró.

  — Me parece curioso ¿sabes? Henry y yo fuimos a comer con ellos y no te vimos por ningún lado —la rubia maldijo por lo bajo—. No lo repetiré otra vez Emma. ¿Donde estuviste? 

—  ¡Bien! No estuve con ellos, estuve por ahí con Ruby ¿feliz? No tengo que darte explicaciones de cada movimiento que hago, ¡no eres mi dueña o algo parecido Regina! —gritó.  

—   ¡Jamás dije que lo fuera! —alzó la voz en respuesta—.  Si solo ibas a ver a Ruby, ¿por qué tenias que mentirme? 

  — ¡Porque estoy harta de ti y tu manía de controlarlo todo! —explotó acercándose a su esposa, y solo en ese momento la morena se percató del aliento alcohólico de la otra— No puedo ni salir con una amiga porque tú ya estás de paranoica. 

 La Reina quería llorar, las cosas se estaban saliendo de control pero estaba dolida, quería que sacara todo lo que tenía dentro aunque eso la destruyera. 

—  ¿Enserio? ¿Qué más? —la retó. 

— ¡Eres insufrible Regina! Desde que me casé contigo entiendo porque Henry deicidio buscarme en Boston —tenía tanta rabia contenida que no pensaba con claridad. Estaba molesta con la vida por negarle, de nueva cuenta, lo único que realmente quería. Una familia. En el fondo sabía que no debía de desquitase con su compañera de vida, pero ese día, estaba más molesta con ella misma que descargó toda su furia con la persona menos indicada—. Quizá por eso, ninguno de tus amores sobrevivió. Quien sabe, quizá mi muerte esté cerca.