Capítulo 10

2.3K 135 5
                                    


- ¿¡Beca, estas bien!? – Chlo me despierta con esos gritos. Abro los ojos y veo qué me está mirando des de arriba, yo estoy tirada en el suelo, entre las dos camas. Al final sí qué se han separado y he caído.

- Sí, creo que sí. – Respondo levantándome para comprobar qué todos los huesos de mi cuerpo siguen enteros. – ¿No me dijiste qué me salvarías si caía? –

- Si me hubiera dado cuenta te habría salvado, pero estaba durmiendo. - Dice Chloe con una de esas sonrisas qué hacen qué no me enfade con ella.

Bajamos a desayunar y nos preparamos para irnos. Chloe llama a dos taxis, uno para ella y otro para mí.

- Te voy a echar de menos. – Dice Chlo al ver qué un taxi está llegando.

- Te quiero. – Le doy un largo beso y la pelirroja se dirige al coche qué ya está aparcado en frente de casa. Guarda la maleta al maletero y entra. Le digo adiós con la mano hasta qué el coche se va. Minutos después llega el próximo taxi. Le digo la dirección de la casa de mi padre y arranca el coche.

CHLOE: 168 horas para vernos, necesito besarte ya mismo.

BECA: ¡Acabas de hacerlo!

CHLOE: Pues otra vez.

BECA: Te prometo qué en cuanto nos volvamos a ver, te compensaré por todos estos días.

CHLOE: Ahora me das incluso más ganas de estar contigo.

BECA: Esa era la intención.

CHLOE: Que mala eres.

BECA: Por eso me quieres tanto.

CHLOE: Puede ser...

- Señorita, ya hemos llegado. – Dice el conductor.

- Genial, gracias. – Respondo bajándome del taxi. Cojo mi maleta y le pago.

Camino sin prisas hasta llegar a la puerta principal. Llamo al timbre y en un segundo abren la puerta. Es papá quien me está esperando.

- Hola, Bec. Pasa. – Dice abriendo la puerta de par en par. Me adentro en el bonito recibidor.

- Hola, papá.

- Deja la maleta aquí, luego ya la subiré. –

- Genial. – Ahora llega uno de esos momentos tan incomodos en los que no sé qué decir.

- Y dime. ¿Cómo es tu nueva casa? – Pregunta.

- Está muy bien. Y las Bellas son muy buenas compañeras. –

- Sabía qué al final encontrarías tu sitio. –

- Gracias por confiar en mí papá. – Respondo no sé si irónicamente o sinceramente. - ¿Dónde está mi brujastra? – Pregunto al darme cuenta de su ausente presencia.

- Ha tenido que ir un momento a buscar unos papeles del trabajo. No tardará mucho en venir. Y por favor, no la llames así. –

- Vale, vale. Lo siento. –

- ¿Tienes hambre? Sheila ha preparado un bizcocho muy bueno. – Comenta dirigiéndose a la cocina.

- No lo habrá envenenado, ¿no? –

- Beca. – Sonrío y cojo un trozo de bizcocho.

- Está seco. – Me quejo. No lo hago queriendo, me sale solo eso de criticar a la mujer de mi padre.

Her eyes are all [BECHLOE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora