the writer-libro de participación

El chico que me llevó al infierno

No solía salir los domingos por la tarde ( se me hacía aburrido),pero ahí estaba yo luciendo mi vestimenta para salir con mis amigas.

—¿Estás segura de salir así? —Preguntó Ana arqueando una ceja

—Siempre salgo así,¿no?—Le respondí con molestia.

—No te lo dije para que te enojes.—¡Vamos! Se nos hace tarde.—Volvió a decir.

Salimos y nos mantuvimos esperando por una hora un taxi. Ana no disimulaba su molestia, pero su rostro cambió completamente cuando un carro se paró delante de nosotras.

—¡Ven! es un viejo amigo—Exclamó contenta.

Me tomó de la mano y me subió al auto con ella.

—¡Hola, preciosas!—Dijo uno de los chicos con una voz asquerosamente repugnante.

—¡Hola,querido! —Respondió Ana dándole una sonrisa coqueta de ella.

El auto empezó a andar ,duró mucho tiempo para llegar al sitió hacia donde nos dirigimos. Al parecer quedaba al otro lado de la ciudad ,pero Ana como siempre guarda información importante.

Cuando al fin llegamos pasé mi mirada por todo aquello ; era un lugar grande,con muchas luces ,y con lo que menos soportaba (muchas personas).

—¿Te vas a quedar ahí parada mirando?—Preguntó Ana riéndose.

—No,claro que no.—Le respondí bajando del auto.

Los dos chicos nos siguieron hasta entrar al lugar. Ana se dispuso a bailar con uno de ellos.
Yo por mi parte me separé de ellos y me coloqué cerca de la barra.

—¿Qué quiere tomar?—Preguntó amable el encargado de la barra.

—¡Eh!¿Tiene soda?—Pregunté dudosa.

—Ja,ja,ja—Comenzó a reírse .

—¿De qué te ríes? —Dije molesta.

—¿Vienes a pedir soda a un club donde todos vienen a tomar alcohol? —Preguntó aún con carcajadas.

—¡Eres un estúpido!— Exclamé haciendo un ademán para levantarme y alejarme de allí.

—¡Espera!—Volvió a reír.—Veré que puedo hacer por ti.— Dijo dirigiéndose hasta la parte de atrás.

Minutos después salió con una soda en la mano.

—¡Vaya,Tienes suerte!—Exclamó entregándome la bebida.

—¡Gracias!—Dije buscando con la mirada a Ana, cuando la encontré noté que ya estaba totalmente ebria.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por el ruido de las personas ; estaban atacando el lugar.

Las personas se tiraron al suelo al ver como un chico fue asesinado de forma cruel.

—Entra a la barra —Susurró aquel chico.

Estaba tan asustada que no me quejé. Caminé rápidamente hacia donde el estaba ; entramos a la puerta que estaba por la parte de atrás de la barra . Él la cerró con llave y colocó un un estante detrás de la puerta.

—Tardarán 30 minutos en venir a revisar el lugar. — Dijo moviendo un mueble que tenía detrás una pequeña puerta.—Estos atentados pasan seguidos en este tipo de lugares, tenemos que buscar la forma de salir de acá—Dijo entrando a la pequeña puerta.

—Pe-pero—mi voz sonaba asustada —¿Cómo lo haremos? —Pregunté.

—Solo ve detrás de mí. No tenemos mucho tiempo. —susurró gateando a los adentros de esa especie de túnel.