Chanyeol
El fin de semana pasa pesado y bastante estresante. Yo estoy intentando apartar de mi mente la interrogativa de si Baekhyun había logrado alcanzar a Junmyeon cuando salió del karaoke el viernes por la noche, para poder concentrarme en seguir practicando para la audición.
He apagado el celular estos días para no tener la tentación de esperar mensajes de Baekhyun, y para no tener la tentación de escribirle yo. Todo está resultando muy confuso y por primera vez, cansado para mí. En verdad quiero estar con él, pero parece que cada día me alejo más de esa posibilidad.
Finalmente llega el día de las audiciones. Una hora y media de larga agonía, una hora y media de esperar para poder ver mi turno llegar. Estoy nervioso por el tiempo, nervioso por la pieza que voy a interpretar, y nervioso porque Baekhyun ni siquiera se ha presentado aún en el teatro. Yo sé bien lo importante que es para él quedar en esta obra, por lo que caigo en un poco de pánico, pensando mil escenarios posibles del porqué no se encuentra aquí.
Mi turno al fin llega. En las butacas está Junmyeon, quien para mi sorpresa, está haciendo de juez en las audiciones, anotando y observando detenidamente a los aspirantes. Intento relajarme una vez subo al escenario, pero su mirada un poco impaciente me pune un poco más nervioso.
Con un movimiento de mano me pide que me siente frente al piano, y anuncia en voz alta a los pocos que lo acompañan, mi nombre y la pieza que voy a interpretar.
Una vez en mi lugar, doy un largo suspiro antes de posar mis manos por encima de las teclas gastadas. Un leve escalofrío de adrenalina recorre mi cuerpo cuando mis dedos se desplazan libres, acariciando la melodía que sale producto del ritmo de mis dedos contra el imponente piano.
Cerrar los ojos mientras toco es la forma en la que mi cuerpo ayuda a mi mente a transportarme a un mundo donde cada nota es un color y un sabor distinto, ambas cosas mezclandose en mi sangre, y produciendo olas de placer y calma en todo mi sistema.
Puedo escuchar por encima del deleite melódico, la acústica del lugar maximizando el sonido y haciéndolo rugir retumbando vidrios y paredes. Es una emoción indescriptible. Me olvido de los nervios, me olvido de la tristeza, me olvido de la derrota, e incluso me olvido del lugar en el que me encuentro.
No es hasta que termino dramáticamente la melodía, que siento un cuerpo junto al mío. Abro los ojos desconcertado, volviendo la mirada a quien está sentado a mi lado. Es Junmyeon. Su expresión es una mezcla de fascinación y una comprensión tácita de la conexión entre lo que he interpretado, y lo que ha ocurrido en mi interior.
Mirar sus profundos y serios ojos cafés tan cerca de los míos me descoloca un poco. Él parece no tener prisa en explicarme qué diablos hace sentado ahí. Pasa su mirada de mis ojos confundidos a las teclas del piano, mientras las acaricia como recordando por dónde empezar a tocar lo que tiene en mente.
Este momento y esta cercanía, me permite observar más detenidamente los rasgos de su cara. Es un chico muy guapo sin duda, sus labios se ven tan suaves, que parece absurdo que sean reales. La forma en la que terminan delineados los rasgos de sus ojos, puede decirse que es una locura. Pero supongo que lo que más puede dejar helado a cualquiera, es esa fuerza con la que simplemente anda por la vida.
—¿Te parece bien si tocamos una pieza más de la obra, juntos?
Su voz un poco aterciopelada, me parece que no es igual a la voz que he escuchado antes de sus labios, me produce un leve estremecimiento y una gran confusión. Asiento, mientras él coloca la partitura de la canción que tocaremos.
Compartir el piano con alguien es algo que yo considero íntimo. Es cierto que muchas veces hay que hacerlo con personas con las que uno no se siente para nada de ese modo, como por ejemplo, el profesor de la clase o los directores musicales en las audiciones, pero hay algo en lo que Junmyeon y yo estamos haciendo con él, que lo hace no solamente íntimo, sino también sublime y emocionante.
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You Know I'm No Good
Fanfiction"I told you, I was trouble..." Todo tiene un límite. Esperar a que algo se dé, a que el amor sea correspondido, puede ser una tortura. Eso pensaba Park Chanyeol, un estudiante de música de una universidad, enamorado de Byun Baekhyun, el egocéntrico...