epílogo

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2 AÑOS DESPUÉS

Jungkook pide un frappé de vainilla para él y un capuchino para Namjoon.

—Aquí tienes, hyung.

—Gracias, Kook.

Da un sorbo al café y sus labios se llenan de la espumosa cobertura.

—Ya te extrañaba.

—Ni me lo digas, hyung. La escuela me tiene muerto, lo bueno es que ya casi son las vacaciones de verano. No puedo esperar a volver a Busan a visitar a mi familia.

Jungkook saca su celular y observa su fondo de pantalla, es una foto de su fiesta de bienvenida en Busan; en ella están sus padres, su hermano, sus amigos y algunos vecinos. Cómo los extraña.

Cuando regresó todos lo recibieron con mucha calidez. Nadie hizo preguntas sobre absolutamente nada. Todo pintaba exactamente igual a como Jungkook lo había dejado. Todo excepto que Yoongi ya no estaba con él.

—Tengo algo que confesarte.

—Namjoon, ya habíamos hablado de esto.

Jungkook estaba serio pero el contrario solo sonrió.

Namjoon había intentado declarársele varias veces y aunque Jungkook siempre le decía que no tenía ganas de comenzar una relación, ambos sabían que era por el hecho de que nunca iba ser capaz de amar a alguien que no fuese Yoongi.

—No es eso —comienza el mayor— es solo que conseguí algo para ti, pero tengo que llevarte hacia eso. Necesito que confíes en mí, subas a mí auto y no preguntes nada.

—Eso no suena nada confiable.

—Te aseguro que lo es.

Los lugares que conoce poco a poco van quedando atrás, y tan solo se ven pequeñas casas y complejos de departamentos

Según el GPS, Namjoon lo está llevando hacia el sur.

—Sabes que cumplo años hasta septiembre, no entiendo que estás haciendo, hyung.

—Es una sorpresa, Kookie, deja de ser tan impaciente.

Namjoon gira el volante y toma una carretera, en cuanto lo hace, aumenta la velocidad.

Todo empieza a tomar sentido cuando Jungkook ve la inscripción en un gran edificio:

Prisión de Uiwang.

—Hyung... ¿Qué es esto?

Namjoon estaciona el carro y luego comienza a hablar:

—Extraditaron a Yoongi.

Su expresión cambia drásticamente. ¿De qué habla? ¿Cómo puede ser posible?

—Pensé que querías verlo así que te traje aquí. Aquí tienes el pase de visitante, fue un poco difícil de conseguirlo así que espero que sepas aprovecharlo.

El menor lo abraza y llena una parte de su camisa con lágrimas, Namjoon solo le hace una seña de aprobación para que luego el menor salga del auto y se dirija a la puerta de la cárcel.

Muestra su identificación, es revisado de pies a cabeza y luego llena unos cuantos papeles.

Espera en una sala llena de presos con sus familiares, y luego ve a un joven chico, con traje naranja y cabello oscuro.

Es él.

—Yoongi.

—Jungkookie.

Ambos se abrazan con pureza y emoción, antes de que el guardia les indique que deben guardar la compostura.

Yoongi es el primero en tomar asiento y luego le sigue el más joven.

—Estás muy delgado, ¿estás comiendo bien?

—Bueno... —comienza el ahora moreno—. No es que aquí se coma precisamente bien, pero cuando probaste el vivir en la calle y no comer durante días, esto parece bastante decente. Pero mírate, estás más alto y... Musculoso, por Dios. Estás muy guapo, Kookie.

El menor se sonroja como cuando era más joven y Yoongi lo ahogaba en cumplidos.

—No pensé que fueses a venir.

—Yo tampoco —dice Jeon—. Fue obra de Nam hyung, el consiguió el pase y me dijo que te habían traído de vuelta al país.

—¿Tu novio? Vaya, no me lo esperaba.

—¿Mi novio? ¿Quién te dijo que tengo novio? Yoongi, yo... Nunca volví a tener novio.

El mayor se atraganta en su propia saliva y empieza a toser. ¿Es eso posible? ¿Qué una persona como Jungkook no haya salido con nadie y que esté soltero?

—Bueno, obviamente, yo tampoco. Pero... ¿Por qué?

Jungkook toma su mano.

—Nunca pude olvidarte, Yoongi.

—Creí que me odiabas.

—Yo también creía eso.

Pero no podía odiarlo por más que quisiera. Muchos podrían decir que era un estúpido, pero en parte creía que no había sido del todo la culpa de Yoongi. Quizá tenía mucho coraje, pero lo amaba más de lo que podía odiarlo.

—¿Y tú?

—No hubo un solo día en que no pensara en ti, Jungkookie.

Entrelazan sus dedos, de hecho, lo hacen con ambas manos sin importar que otras personas los estén viendo, Yoongi no sabe si es prudente o no besarlo en un lugar como ese, pero el hecho de tocarlo es lo suficientemente íntimo.

—Sé que mentí mucho, que te hice mucho daño, pero créeme...Nunca mentí cuando te decía que te amaba.

Jungkook suelta su mano y empieza a trazar líneas imaginarias sobre el dorso de la misma.

—Lo sé.

—¿Lo sabes?

—Sí, de lo contrario le hubiese dicho a Namjoon que se diera la vuelta y que no necesitaba ese maldito pase. Supe que me amabas cuando declaraste toda la verdad en el juicio. Todo este tiempo estuve esperando volver a verte, quizá por eso nunca salí con nadie.

Yoongi sonríe victorioso. Escucha cosas que no pensó que volvería a escuchar.

—Hay muchas cosas que tenemos por hablar, Jungkook, y me temo que no tenemos tanto tiempo.

Jungkook voltea y ve el reloj, su tiempo de visita está a punto de agotarse.

—Tendremos mucho tiempo, podemos hacerlo la próxima vez que venga.

—¿Volverás?

Jungkook asiente.

—Cada que pueda te haré una visita, y tendremos tiempo para hablar todo lo que pasó, todo lo que habría pasado y todo lo que puede pasar de ahora en adelante.

El guardia le hace una seña y ambos se despiden.

Se abrazan, y ninguno de los dos quiere separarse del cuerpo del otro. Son dos entes que se vuelven tan cálidos cuando están juntos, y una oleada de viejos recuerdos vuelven a la mente ambos.

—Hasta la próxima, Jungkookie.

—Hasta la próxima Yoongi hyung.

Y después de ese momento Jungkook corrobora que ha perdonado por completo.

Y toda la carga que tenía sobre sus hombros ya no está ahí. Ya no hay presiones. Después de 2 años, Jungkook se siente realmente libre.

FIN

«burden» ; yoonkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora