Capítulo 11. Biblioteca

298 27 8
                                    

Los suaves rayos del amanecer entraron por la ventana interrumpiendo el placido sueño de la magi. La brisa marina de la mañana entraba con sigilo, el aroma salado y frio inundo la habitación con un toque de humedad.

La mujer se removió entre las sabanas cubriéndose para tener otros minutos más de sueño, la cama estaba muy cálida para abandonarla tan temprano. En cambio, Masrur se levantó acostumbrado a un horario temprano, su horario para ir a entrenar.

Miro la cama observando a la azabache durmiendo, unos segundos después bostezo. Se levanto del suelo con pereza dirigiéndose al cuarto de baño, entro en el baño y no salió luego de 10 minutos. Camino por la habitación con una toalla en la cabeza y otra en la cintura, se secó el cabello mientras se dirigió al armario a sacar ropa limpia.

En lo que secaba frente a su armario, la magi se fue despertando porque su vejiga se lo pedia, se elevó para mirar el frente frotándose los ojos, cuando su vista se actualizo observo a Masrus frente a ella semidesnudo, la cara se colocó con un tono rojo por su parte femenina y la cordura se mantuvo por la masculina.

— Buenos días — Saludo Judal con las mejillas coloradas.

— Buenos días — Saludo dándose la vuelta para observarla — ¿Te dio fiebre? — Pregunto algo preocupado.

— No, no es eso, nada importante — Se levanto de la cama y se dirigió rápidamente al baño cerrándolo algo fuerte, masrur no le dio importancia por lo que comenzó a vestirse.

Con una mano sobre su pecho, la magi estaba algo agitada, nunca imagino ver a semejante hombre casi desnudo y para ella no estaba nada mal.

— ¡No! ¡Yo soy hombre! — Se palmo las mejillas — él es otro...otro general, nada más.

Realizando sus necesidades biológicas salió del baño más calmada, el fanalis estaba ya vestido con su atuendo normal. La mujer lo miro, pero se regresó rápidamente a la cama.

— ¿no entrenas? — Pregunto el fanalis.

— ¿Entrenar? No entreno mi cuerpo, es cansado y agotador — Se echo sobre la cama acurrucándose.

— ¿Un mago no necesita un cuerpo fuerte para no tener problemas? Eso me dijo Yamuraiha hace mucho tiempo.

La magi lo ignoro, ella ya se había dormido. El fanalis suspiro.

Salió de la habitación dejando a la magi dormir.

En todo ese rato que el pelirrojo estuvo afuera entrenando, la magi seguía durmiendo plácidamente en la cama.

Después de 4 horas de entrenamiento, masrur regreso a su habitación. La azabache seguía durmiendo, pero el sutil aroma a comida la despertó de su sueño profundo. Al despertarse el fanalis le dejo el desayuno en su regazo, eran pasteles, galletas, fruta y un poco de jugo.

— Que amable — Se metió una galleta a la boca probándola — Delicioso...

— Te traje tus cosas — Dejo unas maletas con ropa que pertenecían a la mujer.

— Perfecto, no quería quedarme vestida igual varios días.

— Pero... si te vez igual todos los días en tu otra ropa..

— ¡No! Son diferentes telas y texturas, hay suaves y otras más holgadas.

— Bien... — Parecía dudando de eso.

La magi siguió comiendo su desayuno, el fanalis se sentó en la esquina observándola, la mujer se sintió un poco incomoda ante tal mirada profunda, parecía que quería perforar su ser.

Re: De Un Magi A Una Doncella [Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora