Me levanté y abrí la maleta.Cogí la ropa y la colgué en el armario; terminé de guardarlo todo en 5 minutos. Coloqué mis libros encima del escritorio.
Salí de la habitación y me dirigí a la habitación de mi madre y su novio. Gracias a dios no me encontré con nadie por el camino.
Llamé a la puerta y nadie contestó, cuando iba a volver a llamar mi madre abrió de golpe:
-Ay! Hola, hija-dijo entusiasmada- te estabamos esperando, pasa- y abrió la puerta de par en par señalando con su mano hacia dentro.
Me quedé mirando su habitación, la verdad es que era la mitad de pequeña que la mía. La decoración era parecida, muebles de época, acorde con todo el hotel.
-¿Verdad que tu habitación es mucho mejor que la nuestra?-me preguntó mi madre con una sonrisa.
Yo asentí con la cabeza.
-Me ha contado tu madre lo que te pasó con la habitación- me dijo Harry-,fue muy amable de parte del dueño que te cediera la suya. Me gustaría conocerlo y agradecerle su buen gesto.
-No se para que lo quieres conocer- me cruce de brazos- es un hombre un poco raro.
-A lo que tu llamas 'raro' yo le llamo educación-me dijo consternado.
-Bueno,dejad ya de hablar y vamonos a cenar que mis tripas empiezan a hacer ruido-dijo mi madre cogiendo su bolso.
Salimos todos de la habitación y fuimos al comedor. Era una sala muy grande pero poco luminosa; la verdad es que el hotel era un tanto lúgubre con esas ventanas tan pequeñas.
Había unas cuatro mesas ocupadas y todas las demás estaban libres. Menos mal que el hotel estaba todo completo-pensé ironicamente.
Nos sentamos en una mesa que estaba un poco apartada del resto.
Al lado de los cubiertos estaba la carta con el menú de la cena. Me quedé un rato observandolo.
-Buenas noches señores-¿que deseáis para cenar?- salí de mi aturdimiento y contemplé el origen de la voz. Era una mujer de unos 60 años, de estatura mediana. Llevaba la típica vestimenta de limpiadora y arrastraba un carrito de metal.
-Buenas noches-contestó Harry- a mí póngame el menú número 1, por favor.
-Muy buena elección-sentenció la mujer.
Después pedimos mi madre y yo. Me pedí la única opción que no llevaba carne; desde pequeña siempre me ha dado pudor comer carne. No me gusta su sabor y me da pena comerme a los animalitos.
Al cabo de 15 minutos vino la mujer con nuestra comida en su carrito. Se le veía muy alegre, no paraba de sonreir.
La comida estaba decente pero tampoco era una cosa del otro mundo, tampoco podía pedir más.
-Chloe-preguntó Harry, ¿cómo has dicho que se llama el dueño del hotel?
Yo me quedé un rato mirándolo con el ceño fruncido.
-James Patrick March.
-Me resulta familiar ese nombre-dijo Harry dándole vueltas a su comida con el tenedor.
-Supongo que será un apellido común- dije sin mas.
Cuando terminamos de cenar nos levantamos los tres de la mesa y salimos del comedor.
-Bueno, yo me voy a mi habitación, que..-mi madre no me dejó terminar la frase.
-Chloe! No seas así, vente con nosotros al bar de arriba a tomar una copa.
-No me apetece, mama-dije cruzándome de brazos.
-Venga, si solo será un momento- y me cogió de la mano y literalmente me arrastró con ellos.
A mi madre siempre le gustaba salirse con la suya.
Subimos las escaleras y llegamos a una sala con varias mesas, y una barra en el centro. La luz era muy suave y la decoración un tanto oscura, parecía el típico garito de mala muerte.
Nos acercamos a la barra y nos sentamos allí. Me quedé mirándo con detenimiento todo el moviliario de la habitación, no había nada del otro mundo salvo un pequeño piano en el lado izquierdo. Me traía muchos recuerdos de mi infancia. De pequeña estaba apuntada a un conservatorio y la verdad es que tocaba muy bien, pero como todo en esta vida acabé dejándolo.
Mi madre le pidió al camarero tres mojitos. Harry y mi madre estaban hablando y riendo entre ellos, yo no tenía ganas de unirme a la conversación así que mientrás bebia me dediqué a observar a todas las personas que estaban en la sala. No había ninguna que sobresaliera en especial.. no había nadie como él.
Dí un respingo en la silla al percatarme de que estaba pensando en el dueño del hotel y lo peor de todo es que deseaba que se encontrara en la habitación en este momento.
Pensaréis: -!Esta chica a parte de ser un bicho raro está loca! ¿Cómo puede gustarle un hombre con la ropa sacada de otro siglo y con esa mirada de loco?
¿Acababa de decir que me gusta?, no, no puede ser. Bueno, si es verdad que me resulta un poco atrayente pero es por culpa de lo misterioso que parece y a mí eso me encanta.
-Uf-suspiré mintras hundía el cubito en mi vaso.
-¿Has dicho algo hija?-me preguntó mi madre con voz pastosa. Ya se le iba notando los efectos del acohol.
-Sí, he dicho que estoy cansada y me voy ya a dormir. Buenas noches.
Me levanté de mi silla y los dejé allí a los dos. Cuando estaba llegando a la puerta escuché a mi madre gritar a lo lejos: -Buenas noches Chloe, que descanses!
Llegué a mi habitación muy aturdida, había sido un día muy largo. Empecé a desvestirme y me puse una camiseta de manga corta ancha. Me gustaba dormir solo con eso, me resultaba más cómodo.
Entré al comedor para echarle un vistazo.La última vez que entré allí me encontré con March. Encendí la luz y vi una enorme lámpara de araña iluminando toda la habitación; en el centro había una gran mesa rectangular con varias sillas a los lados. Por lo menos cabían 15 personas. Dime tú a mí para que quiere una mesa tan grande- pensé para mis adentros.
Miré hacia el sillón donde había estado él y vi que había dejado el libro que estaba leyendo. Lo cogí y leí el título: 'Codex gigas'.
Le eché un ojo y vi que estaba escrito en latín. Salí del comedor con el libro y me cercioré de cerrar muy bien la puerta. No me daba buenas vibraciones esa habitación. Me tumbé en la cama y empecé a leer el libro.
Y ahora me preguntaréis: Chloe, el libro está en latín, ¿cómo diablos vas a leerlo?
Pues resulta que soy graduada en Filología Clásica, y sí, ahí se estudia latín y griego clásico. Ni yo misma se porqué me metí en esa carrera, pero bueno, lo hecho hecho está.
Cuando llevaba ojeadas dos o tres páginas la luz empezó a irse; venía y se iba al momento. Cogí el móvil y me preparé por si tenía que poner la linterna.Mi respiración empezaba a agitarse.
De golpe se fue del todo y ya no volvió. Corriendo encendí la linterna y me tapé casi entera con las sábanas. En serio, como odiaba la oscuridad, siempre me tiene que pasar todo a mí.
Estuve por lo menos 20 minutos debajo de las sábanas esperando a que volviera la luz. De repente escuché un ruido procedente del salón. Ahora si que estaba terriblemente asustada.
Cada vez respiraba mas rápido y fuerte, tanto que se me hacía insoportable escucharme a mi misma.
Otra vez escuché un golpe, esta vez mucho más sonoro seguido de lo que me pareció que eran pasos. No lo soportaba más; corriendo cogí mi movil,la sábana y me encerré en el baño. Me senté en el suelo y me tapé entera con ella.
Empecé a sollozar. Me agarré de mis rodillas y me puse a zarandearme de lado a lado para tranquilizarme.
- Voy a morir aquí-gemí intensamente.
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El despertar del mal. AHS.
FanfictionHistoria basada en American Horror Story. Hotel. La soledad regía mi vida, el miedo me cegaba y nadie veía mi sufrimiento. Hasta que él destapó mi máscara.