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El sol se filtraba con vigor por las ventanas del enorme salón, pero a pesar de eso la voz lenta y sosegada de la profesora adormecia a la mayoría de sus estudiantes. Maia, sin embargo, escuchaba con entusiasmo las palabras de la mujer. La chica amaba lo que estudiaba y la mayoría de sus clases eran recibidas con felicidad por su cerebro. Además trataba de distraerse, la emoción era de alguna manera impuesta por si misma. Estaba un poco mal desde hacía unos días. Su mejor amiga, Emily, con la que había compartido tanto desde hace mucho tiempo, con la que compartía su piso, había decidido mudarse.

Una semana antes

Emily se sentó frente a Maia apoyó sus manos sobre la mesa y sonrió apenada.

-Tengo algo que decirte...Mike me invitó a vivir con él. -Maia miró a su amiga sin expresión alguna durante unos segundos y Emily la observaba con miedo a su reacción.

-¡Que bueno!-Maia de repente puso una gran sonrisa en los labios. A pesar de su expresión, a Maia le dolía un poco que su mejor amiga ya no quisiera vivir con ella. No era personal, por supuesto que no, pero aun así dolía. Maia se sentía egoísta por pensar eso, si Em era feliz, también ella, pero detrás de todo seguía ese sentimiento de tristeza. Iban a seguir siendo amigas pero no era lo mismo, la iba a extrañar.

-¿Estas bien? ¿No estas enojada?

-No, no estoy enojada, ¿porque lo estaría?

-No lo se, solo quiero que estemos bien, que me vaya no cambia nuestra amistad ¿lo sabes?

-Si, claro que lo se. Está todo bien-Maia le dedicó una sonrisa tranquilizadora

-Me voy el lunes.- A Maia le sorprendió que todo ya estuviera tan organizado.

-¿Sabes que ? Podríamos hacer una maratón de películas y comida chatarra como despedida

Emily sonrió ampliamente, estaba tranquila ahora, y Maia le sonrió también, tratando de esconder que estaba un poquito dolida.

AHORA

El timbre que indicaba el final de la clase, sonó. Maia se levantó y se dirigió a la cartelera de anuncios en el pasillo. Sacó un papel de su bolso. Necesitaba un compañero de piso, así que había decidido colgar un anuncio. Si no conseguía a alguien no iba a poder seguir viviendo en su departamento, no podía pagarlo sola.

*********

La luz atravesaba las ventanas y Julian eventualmente se despertó. Estaba tirado en el sillón. Uno de sus pies estaba apoyado en el piso y su cuerpo estaba al borde de caerse. Cuando se sentó, y vio el desastre que había se sintió abrumado. Sus tres amigos estaban desperdigados por la habitación al igual que las botellas de distintos tipos de alcohol. Julian dirigió su mirada al caro reloj en su muñeca y se dio cuenta de lo tarde que era. Se suponía que tenía la primera clase del día hace media hora. A Julian no le gustaba vivir así, las fiestas le encantaban pero no tener un lugar a donde ir cuando todo terminaba, no.

- ¡Hey! ¡Despierten! -Julian se paró en el sillón mientras estiraba sus brazos hacia arriba desperezándose.

-Cierra la boca- Respondió Matt con fastidio pasando una mano por su cabello

-¡Vamos a estudiar! ¡Hay que ducharse! Huele muy mal aquí dentro- Vociferó Finn y todos le dirigieron su mirada, ya que se había levantado de un salto.

-¿Qué diablos está mal contigo?- Preguntó con molestia Alex mientras se levantaba a lo que Finn respondió encogiéndose de hombros. Finn era así, siempre estaba haciendo bromas y comentarios tontos y usualmente se peleaba con Alex al despertar, eran muy diferentes, pero aun así eran incondicionales. Así como todos en aquel grupo de amigos.

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