Adiós

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-Y me dirás, ¿quién fue esta vez?- la voz dolida y cortada salía en un suspiró del joven dios.

-De verdad lo siento, no se que hacía, que pensaba, no era yo, jamás fue mí intención el serte infiel, yo solo...-

Las palabras atoraban en su garganta hasta ser silenciadas.

-Mi pregunta fue clara; contesta.- armada en falso valor y fuerza su voz se hacía escuchar.

Dos siluetas simulaban contrareflejo de un ventanal en vitrales primavera; una a espaldas de la otra.

La tensión era palpable tal una gota del grifo sería capaz de cortarla, una gota que al tiempo ya no fue necesaria.

-Vanidad.- silencio, agacho la cabeza el portador de tal respuesta.

-...- Al brillo del exterior una lágrima se vislumbro en una silueta frente al ventanal, la otra, lenta se acerca a quien se reserva el derecho del habla.


-Yo de verdad lo siento, no volverá a ocurrir, esta vez de verdad no volverá a pasar, te lo prometo, te juró que cambiaré, lo haré para bien y curare todos los males que te he causado. !Yo te amo! Y no quiero perderte por una tontería.-

-Suficiente.- Su derecho se hizo vigente al alzar la voz y acallar a su acompañante.

-Pero...- De su boca llenaba se de disculpas y fallos injustificables.

-He dicho: suficiente, es suficiente; no necesitas disculparte más, lo entiendo-.

-¿De verdad mi amor? Esta vez sera distinto de verdad, y es que te amo tanto que.-

-Silencio.- la frialdad de la palabra lo desconcertó.

-No he terminado de hablar; no necesitas disculparte, de verdad ya entiendo. Entiendo que... quien debe disculparse soy yo...-


Un suspiró profundo invadió el lugar.

-...Lo siento, lo siento por haber creído en ti desdé la primera ocasión, por creer que era un error, por creerte inocente.

Lo siento porque creí que fueron ellos quien te hicieron caer, por creerte puro, por darte una oportunidad taras otra.

Porque culpé primero a Sabiduría, Médico, Angustia y medio Ithis con quien te has metido, y ni mencionar a los de Nim.

Vida... de verdad lo siento, pero ya no más... Me voy. - Con lagrimas en los ojos volteo la vista a su único y más grande amor y claro, su más bruto dolor.

Lo besó, un dulce beso, pero de despedida, un beso para desaparecer dejando su última sonrisa. -Adiós.-

De esta manera y por muchos siglos, la Vida fue dejada por la Muerte.

Y por vez primera la Vida lloro lagrimas de amargura por saberse culpable... Y la Muerte, lloro su libertad.

No hubo nada antes y no habrá nadas después, el equilibrio se rompió, hoy la vida y la muerte finalmente se dijeron adiós.

Ni Una Última VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora