100 años de soledad

Los 17 Aurelianos

Un día, llega a la casa de los Buendía, una mujer con un niño, diciendo que era hijo del coronel. Úrsula lo bautizó, con el nombre de su hijo el coronel y el apellido de la madre, ya que no se podia poner el apellido del padre si este personalmente no lo recocía.

Tiempo después, llegó otro
Y otro
Y otro más
Se contaron 17 hijos del coronel Aureliano Buendía
17 mujeres que habían entrado en la tienda de campaña del coronel, que hicieron el amor, probablemente para "mejorar la especie". Era costumbre que algunos padres metieran en las tiendas de los mejores soldados a sus hijas, para que se preñaran con buena genética y asegurar (talvez) un techo para el niño.

Todos los niños eran iguales. No entre sí (de hecho, venían en las más extrañas formas, colores y tamaños) pero todos eran obviamente hijos del coronel. Todos contaban la historia de un bebé nacido con los ojos abiertos o de un niño tranquilo y analítico. Fueron anotando en una libreta los nombres de los niños, la dirección de cada uno y el nombre de la madre. Con esto les fue posible hacer un seguimiento de la travesía nocturna del coronel.

Esos datos quedaron guardados durante mucho tiempo, cuando los chicos dejaron de llegar.

El coronel Aureliano volvió de la guerra. En un momento de paz, en el que se empezó a volver ermitaño, llegan los 17 Aurelianos. Una fiesta que trajo mucha felicidad al padre de tanto cabro joven.

Los "Aurelianos importantes"

Triste, fue el primero en quedarce en Macondo, además de trazar las rutas para la llegada del primer ferrocarril. Era un muchacho calculador y racional. Hacía que sus proyectos se cumplieran. Empezó una fábrica de hielos (como la que le habría gustado a su abuelo). Fue financiado por Aureliano Segundo (que era algo así como su sobrino) en el tiempo de su abundancia.

Centeno (segundo en quedarce en Macondo y quien se queda con una fábrica de hielo exitosa cuando Triste no está. Descubre sin saberlo y sin quererlo, el principio de los helados, al congelar jugo de fruta.

Serrador
Arcaya
(Tambien se quedaron en el pueblo un tiempo y encontraeon la casa de Rebeca)

Amador(mayor de los hermanos y último en morir)

Un miércoles de cenizas, marcan con una cruz en la frente de todos los Aurelianos. Esta quedó como una marca permanete. Era una forma de reconocer. Fue la diana de los soldados, tiempo después, cuando el coronel amenazó a los gringos de ir a la guerra, armando a todos sus hijos, contra ellos.

Murieron todos, mientras Amaranta iba tachando los nombres en la libreta de datos. Sólo uno se salvó, luego de esconderce durante años en la selva. Vuelve varios años después a la casa, donde Jose Arcadio (hijo de Aureliano Segundo, nieto de Arcadio el dictador) y Aureliano Babilonia (hijo de Renata Remedios, sobrino del Jose Arcadio antes mencionado) no lo reconocen y no lo dejan pasar, pensando que era un vagabundo. Lo matan ahí mismo.