Te Quiero Mi Hombre Lobo

Capítulo 5. La verdad...

Bueno no tengo excusa, me daba mucho palo escribir, pero no podía dejar esto abandonado así que aquí estoy y vamos a ello.

Capítulo 5

De pronto el profesor vino y cortó el rollo de muchos. A lo que algunos rechisatron molestos. Miré al profesor y nuestras miradas se encontraron. Era un chico de treinta y pico años, moreno y ojos azules. Era muy guapo. El profesor me sonrió y volvió a poner su atención a mis compañeros. Cerré el libro que tenía en mis manos y suspiré.

—Nena, Dai no para de mirarte— dijo Stella.

Me volví y lo ví. Sus ojos marrones me miraban fijamente. Me revolví en mi asiento incómoda.

—Es mono ¿ehh?

Me quedé mirando a Stella con cara de pocos amigos. Volví mi mirada al profesor bueno que estaba hablando de matemáticas.
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Después de que acabarán las clases fuimos a casa.  Mi cuerpo necesitaba un ducha, así que cuando lleguemos fue lo primero que hice. Dejé las cosas en mi cama y me fui al baño. Me desnudé y me metí bajo el agua. Las gotas cayendo en mi cuerpo.
Sin darme cuenta ya estaba frente al espejo con cara triste viendo mi cuerpo. No me gustaba mi cuerpo. Tenía curvas y un pelo negro resplandeciente. Era muy diferente a la belleza de la Luna. Me envolví en mi toalla y salí. En el umbral de la puerta de mi habitación estaba Dai con su sonrisa tan perfecta que me sonrojaba al instante. 

  —Te queda muy bien la toalla y el pelo mojado... Estás muy... Sexy.

 —Gracias... 

Pasé de su cara bonita y me metí en mi habitación.

—¡Oye! Si vamos a vivir en la misma casa al menos sé un poco maja, ¿no?

Lo miré con cara de pocos amigos y fui al mi armario. Lo abrí y vestidos de princesas salían por doquier. 

  — ¡Mamá! ¿Porqué me has puesto mis vestidos de princesa? ¿Y mi ropa terrestre?

— ¿Con quien hablas?

Me sonrojé y cerré el armario de golpe dejando que algunas prendas cayesen al suelo. 

— Mierda...

Dai cogió un vestido azul celeste y otro rosa pastel.

—¿Y estos vestidos?

Lo miré y creo que mis mejillas estaban que echaban fuego. Miré mis vestidos y lo volví a mirar a él. 

  —Me gusta llevar vestidos de princesa...

—Vamos eso no se lo cree nadie...  — Se sentó en mi cama y me miró atentamente — Cuenta.

Rodeé los ojos y me senté con él aún con la toalla puesta. 

—Haber... Por favor, no se lo digas a nadie.

Hizo el gesto de candado en esos labios tan... Horrendos y me miró.

—Pues que no soy de aquí. Osea no soy de la Tierra si no de un satélite muy famoso aquí.

—¿La luna?

Asentí. Agaché la mirada y respiré. Después escuché una risa hermosa. 

—¿Tienes pruebas?

Cogí un cuchillo y me corté un poquito. La sangre que brotaba de la herida era de color blanquecino. Lo miré a Dai que lucía una cara de sorpresa y miedo.

  —Y esto... ¿Qué haces aquí?

—Siempre he querido conocer la Tierra y me han dado la oportunidad.

—Vale... Y tus amigos son también de la luna, ¿no?

Asentí y miré mis uñas perfectamente limadas. Entonces me percaté de que aún estaba en toalla y no tenía ninguna pieza de ropa ideal para este momento.

—¿No tienes por casualidad ropa de chica?

Me miró como si estuviera loca y después alzó la mirada al techo de mi hermosa habitación.

—Bueno podría mirar en la caja de Abby...

Hice memoria para recordar quien era Abby y recordé que era la hermana de Dai.

—Sé que no estás cómodo haciendo eso y no te quiero obligar.

Sonrío y se rió tanto que daba gusto. Hizo un gesto con la mano restandole importancia y salió de la habitación. 

***

Keira en multimedia.

Chicos!!!! Tururu lo siento por no haber subido antes estaba de examenes y lecturas obligatorias y deberes y... la vida de estudiante es dura pero oye, estas vacaciones intentaré subir más seguido. ahora sí me despido.

Chau, hermosos!!!!