El lobo que se convirtió en mascota

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Parecía ser una mañana normal en el valle, el sol estaba saliendo después de una noche de preocupación y peleas, los aldeanos seguían arreglando sus casa para poder pasar las tardes o al menos tener techos sobre sus cabezas, Himiko abrió los ojos de forma pesada y suspiró-

Ya es de día...-Himiko se giró quedando sobre su hombro derecho, parecía deprimida, solo recordó cuando sus amigos Tom y Kondo terminaron convertidos en piedra- ¿Ahora como se lo voy a explicar a papá? -cerró los ojos y suspiró, solo se levantó y se arregló para ver a su madre cuando notó algo, el pasto estaba recién cortado, podía olerlo, el pasto al ser cortado desprendía un olor agradable, el árbol tenía pocas ramas y había perdido follaje, en el suelo solo había pequeñas hojas que eran movidas por el viento, el patio había sido barrido y las arenas que generalmente se encontraban en los escalones ya no estaban, camino por los pisos de madera cuando sintió que su pie se estaba resbalando un poco-

¡Aaahn! ¿Alguien limpio? -dijo Himiko sorprendida, solo camino con cuidado- creó que jamás había visto este piso más limpio, creo que ahora si los cuidadores merecen un aumento -camino un rato y vio a Tigresa sentada tomando una tasa de té en frente del salón de los héroes- mamá, ¿qué haces tan temprano aquí?

Estaba meditando hija -dijo Tigresa sonriendo- también estaba gozando el viento tranquilo de hoy -el viento sopló y Himiko suspiró- hace un buen clima esta mañana

Si ya lo creo -dijo Himiko calmada- ¿mamá alguien limpio? Parece que hicieron un buen trabajo, pensé que todos los cuidadores se habían escondido por el temor de la pelea de ayer

Ah eso...Isaac lo hizo -dijo Tigresa calmada-

¿Qué? ¿Ese lobo lo hizo? -dijo Himiko sorprendida- aún sigo impresionada por lo qué pasó ayer, su propio padre lo dejó aquí, le puso una marca de maldicion diciendo que se quede aquí a ayudarnos mientras él y su hermano se van a quien sabe dónde, también para colmo debe escucharnos en todo lo que le ordenemos, mira que feo pasar de príncipe a un perro mascota

Si -Tigresa le dio un trago a su té- pero hija...deberías sé más cuidadosa con lo que dices de la situación de Isaac

¿Por que? El no está aquí así que no creo que afecte mucho -dijo Himiko calmada-

Si lo está -dijo Tigresa calmada- porque está sentadito detrás de mi

¿Eh? -Himiko se dio la vuelta viendo en la entrada a Isaac, Isaac estaba sentado abrazando sus piernas con una aura de depresión en todo su cuerpo- ¡hay no lo vi! ¡¿Además que es esa energía morada?!

Es depresión -dijo Tigresa calmada- su padre solía hacer lo mismo cuando él hacía berrinches

No son berrinches, solo no puedo creer que esté aquí mientras mi padre y mi hermano estan por ahí peleando y yo soy la mascota aquí que asco -dijo Isaac molesto- ahora ¿que habré hecho para merecer este castigo?

Perdiste a tu hermana en la ciudad imperial, no solo eso causaste algo de daño que le costó dinero a tu padre -dijo Himiko calmada e Isaac solo sintió como si una flecha lo hubiera golpeado en la cabeza- creó que ya lo captaste, bueno ¿ha causado problemas mamá?

No de hecho ha sido de mucha ayuda -dijo Tigresa calmada- primero limpio las paredes -Tigresa recordó como Isaac tomó un pedazo de tela limpiando las paredes tallándolas con fuerza- barrió aquí -recordó como Isaac barría lo más rápido que podía de un lado a otro- limpio el suelo -Isaac estaba corriendo frotando el suelo con un pedazo de tela corriendo mientras solo hacía más esfuerzo- cortó las hojas con tijeras y me hizo este té

Entonces él es muy servicial -dijo Himiko sonriendo- bien ¿que haremos con el?

Bueno pensaba que sería bueno que lo llevaras a recorrer el valle, ayuden a los que puedan para reparar sus casas -dijo Tigresa calmada-

La hija de Po!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora