- 4 T3 -

1K 82 32
                                    

Y ahí estaba, metiendo una cuchara con pudin a mi boca mientras contemplaba al pelirrojo de cara algo pecosa pelear con un chico, me había distraído y ahora no tenía ni idea de que es lo que había pasado como para que estuvieran peleando.

Fox le gritaba desde su lugar, hasta que se hartó, echó la silla para atrás y encaró al chico, que después de verse intimidado por Fox, y sus casi dos metros de altura, salió corriendo.

— Idiota — bufó y se volvió a sentar, seguí viéndolo y él frunció el ceño — ¿Qué tanto me ves?

— Oh nada, solo contemplaba lo amenazador que puedes ser. ¿Alguna vez has encontrado a alguien más alto que tú? — Fox prefirió no contestar, a lo que solté una pequeña risa. 

— ¡Mmm! — saboreó su postre y los ojos le empezaron a brillar.

— Nunca he entendido por qué te... — por qué te gusta tanto el pudin — por qué a mis amigos les gusta  tanto esta cosa — corregí — está muy rico y todo, pero he probado cosas mejores. 

— ¡¿Pero qué dices?! Esta "cosa" como tú le dices es lo mejor que hay en el mundo ¿Me oyes? ¡Lo mejor! — dijo indignado.

— Vale, ya lo he entendido. Te encanta el pudin.

A pesar de haber sufrido un "reseteo" este Fox no se parecía tanto al que conocí por primera vez. Si, ahora sus problemas de ira habían regresado, o al menos con la mayoría. Pero yo le había tirado su pudin y el no estuvo ni cerca de enfadarse, el Fox de antes ya me hubiera amenazado y obligado a comprarle todos los pudin que le quedarán a la cafetería, en lugar de darme uno e invitarme a comerlo con él.

A pesar de todo, no me quejo... me gusta este nuevo inicio, aunque me sigue entristeciendo que no me recuerde.

— ¡Hey! Ojos bonitos ¿Sigues ahí?

— ¡¿Eh?! — dejé de pensar y le puse atención.

— En todo el rato te has estado desviando ¿Estás tonta o algo así?

— ¡Obvio no! — le reclamé — además, me llamo ___, no "ojos bonitos", ya te lo había dicho.

.

.

.

.

— ¿Me has llamado ojos bonitos? — caí en cuenta luego de analizar sus palabras.

— ¡¿What?! ¡No! Te digo que estás tonta ¿Por qué habría de llamarte así? 

— No lo sé, dímelo tú — sonreí con nerviosismo y Fox solo volvió a ponerle atención a su pudin que estaba apunto de acabarse.

Aunque ahora que recuerdo... ¿Debería presentarle a Ann?    

Dos profesores entraron a la cafetería para avisar que el pequeño descanso que teníamos se había terminado, supongo que la chicharra se descompuso. Fox gruñó y se levantó de la silla, hice lo mismo y ambos fuimos a tirar nuestra basura a el bote más cercano.

— Ven — tomó mi mano y me arrastró afuera de la cafetería.

— ¿Qué haces? — le dije poniendo solo un poco de resistencia.

— Conozco una ventana por la que podemos salir.

— Yo no puedo irme, aún no he guardado mis... — me detuve y miré mi mano. ¿Qué no yo tenía un libro o libreta en ella? — vale, olvídalo, ya se perdió — sonrió y siguió jalando mi mano. Llegamos a la ya conocida ventana por la que solíamos entrar cuando se nos hacía tarde. La abrió y saltó desde ella. 

— ¿Qué esperas? — miré hacia abajo y sentí como me mareaba.

— Vamos siempre has sabido que esto está muy alto para mi.

— ¿Qué? 

— ¡Que esto esta alto para mí! — me corregí — tú eres un estúpido poste, por eso no te afecta.

— ¡Agh! Está bien, salta y yo te atrapo — torcí la boca y me lo pensé un poco — ¿Quieres que nos descubran? ¡Date prisa! — al final terminó convenciéndome y salté.

Y ¿Saben que pasó?

Pues no, no me atrapó

— No debí confiar en ti — dije estirándome en el césped para que me tronaran los huesos y así quitarme un poco el dolor. 

— Acepto que fue error mio — dijo con una sonrisa y me ayudó a levantarme. Se agachó un poco y pasó mi brazo por sus hombros — te torciste el pie ¿Cierto?

— La verdad es que si — empezó a caminar y yo a brincar con mi "pie sano" — ¿Por qué estás haciendo todo esto? Apenas me conoces.

— Yo... no lo sé — dijo murmurando — se que sonará raro, pero no siento que sea así. Siento como si ya te conociera.    

— No suena tan raro. De hecho, creo que te entiendo — voltee a verlo, él ya me estaba viendo. Sonreí y él hizo lo mismo. Me gusta este Fox sonriente. 

A unos metros de nosotros se encontraban Freddy y Ann charlando. ¿Debería...?

— ¿Pasa algo? — miró a los chicos y frunció el ceño.

— No, no pasa nada. Vámonos — salimos de la escuela con facilidad. Está escuela debería poner más seguridad.

— ¿Quieres ir a algún lugar en específico?

— No en realidad. Pero si a ti no se te ocurre a donde ir supongo que podríamos ir a mi casa a jugar videojuegos o ver una película.

— Esta bien ¿Está muy lejos? 

— Eeeh, no. ¿Por? 

— Es que con tu pie así tardaremos más en llegar a cualquier lugar — moví un poco mi pie, ya no dolía tanto. 

— Espera — quité mi brazo de su hombro y lo apoyé en el piso. Sentí que me caía así que me aferré a su brazo — ¿Te importa si me quedó así? Aún no lo puedo apoyar bien.

— Pues ya que, solo dime hacia donde caminar — asentí y le fui dando indicaciones para llegar a mi departamento. 

Este era un pequeño pero importante momento para mi.



FHS y tú / Cancelada  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora