Sin Rencores

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3 años atrás..

Hace 2 horas estoy esperando a que me atiendan en la clínica. Mis nervios ya se apoderaron de mí y estoy dando vueltas en el pasillo de los nervios. La gente me mira como si me estuviera por dar algún ataque, la cual está por ocurrir si el médico no me llama para darme mis resultados.

Ya hace un mes tuve relaciones con mi novio, Luca, y después de eso no he tenido mi periodo menstrual, lo cual me preocupa ya que soy muy puntual. No me he animado a decirle sobre esto porque seguramente actúe desenfrenadamente, por lo que espero a obtener un "negativo" en esta prueba de embarazo. Una niña que se encuentra sentada junto a mi, está inclinada hacia su madre que le acaricia su espalda, mientras ella lo hace con su vientre, que por lo que veo ya lleva 7 meses de embarazo.

-Voy a tener un hermanito. -Susurra la pequeña. -¿Tu también serás mamá?

Esa pregunta me dejó helada. ¿Yo madre? Que estúpido suena eso. Madre a los 15 años, sería arruinar una vida entera, un futuro aún no planeado, un niño que no está en mis planes.

-Rachel Pérez. -Llama el médico. Reacciono y me levanto para entrar a su consultorio.

Tomo asiento al ver que mis nervios se siguen apoderando de mi. El ginecólogo toma asiento y finalmente procede a tomar el sobre con los resultados; su expresión facial me da temor, temor a lo que diga ese sobre, a lo que piense de mi, lo que me pueda llegar a pasar.

-¿Qué tal me fue?- Se me escapa una risa nerviosa.

-Quiero que primeros hablemos. Nos encontramos en confianza y sabes que siempre vas a recibir mi apoyo ocurra lo que ocurra.- Se de dónde provenían esas palabras de aliento, sé que ese resultado, cambiará mi vida rotundamente.

-Sólo denme el sobre, lo demás lo hablaremos después.- Mis manos tiemblan al querer abrir el sobre. Respiro profundo y finalmente me decido a abrirlo.

"Esta prueba de embarazo le corresponde a Rachel Pérez, cuyo resultado es positivo"

Siento mis piernas flaquear. Me levanto del lugar, doy dos pasos cuando siento mareos y me apoyo sobre la pared. El médico se acerca a mi con gran preocupación e intenta colocarme de nuevo en la silla. Corre hacia un dispensador para traerme agua. Al entregarmela corrobora que ya esté mejor y toma asiento junto a mi.

-Dios, Rachel. Esto es una gran responsabilidad, aún eres menor de edad y tus padres deben estar al tanto de tu situación.

-¿Crees que no lo sé? Mi cabeza está a punto de explotar y siento la necesidad de huir o simplemente pensar que todo esto es parte de una pesadilla.-Annie me abraza fuertemente.

-Lamento que te esté ocurriendo esto, sabes que vas a tener todo el apoyo por mi parte y la de mis padres, sabes que ella me tuvo a los 17.

-No sé qué hacer, mis padres reaccionarán de una mala manera y no espero que me reciban con los brazos abiertos.

-¿Hablarás hoy con ellos?-Negue

-Primero hablaré con Luca, luego veremos cómo contárselos sin que reaccionen de tan mala manera.

-Debo irme, pero si me necesitas llámame.-Me abraza fuertemente y acaricia mi aún plano estómago.-Adios futuro sobrino.

Agarro mi celular y marcó el número de Lucas, al tercer tono atiende y siento que mi voz se va.

-¿Hola? ¿Rachel?

-Necesito que hablemos.-Afirmo.

-¿Tiene que ser ahora? Son las 2 de la tarde y acabo de despertarme.