Ha pasado una semana y dos días desde esa ocasión y aún lo recuerdo con una nitidez abrumadora, como si hubiera pasado hace solo unos minutos o como máximo unas horas.
¿Qué pasaba que hacía del ambiente algo tan pesado e incómodo? Simple. Se podía oler el miedo, la desesperación, el nerviosismo, cual ganado que ve morir a su prójimo a sabiendas de ser el siguiente. Eran los exámenes de selección.
Y a pesar de ello, de verlos en su sufrir, en mi mente no pudo contenerse una voz muy peculiar, una escena de Toy Story 3, cuando los protagonistas llegan a parar a una guardería: "¡Juguetes nuevos!"
Era ineludible para mí verlos con esa indiferencia, pero a pesar de ello sentía el ambiente pesado, de cierta forma quería empatizar, aunque no los comprendía, mi exámen de selección de universidad no me aterró, sino que más bien me ilusionó más con ingresar, yo no podía verme de otra forma que no fuese como un seleccionado.
Al final logré mi empatía devolviendo el tiempo, en preparatoria sí que estaba nervioso, pero la universidad es un campo de batalla para el que supone ya debes venir armado.
¿Por qué tan asustados, chicos?
No aprobar un examen de selección al primer intento no es el fin del mundo, no hay razón para estar nerviosos, todo está en la preparación y la actitud.
Si alguno de ustedes aspira a entrar a la universidad pronto, éxito, tómenlo con calma y prepárense para poder saborear el triunfo merecidamente.
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Estudihambre Universiesclavo
No FicciónEsto no va a nada específico, solo redactar anécdotas y vivencias de mi vida universitaria, sin orden cronológico, será un desastre sin fechas contando anécdotas y pensamientos en torno a la universidad. Portada por ViridianaAvena.