parte 2

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El carnicero era un tipo rudo y mal encarado, pero extrañamente dejaba a sus empleados hacer y deshacer cuanto quería, solo existía una prohibición, “nadie debía quedarse ahí hasta el anochecer”. Don Julián era muy estricto al respecto, al acercarse las cuatro de la tarde, los estaba apurando para terminar, si por alguna razón no lo hacían, simplemente los echaba del lugar a toda prisa.

EL CARNICERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora