parte4

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Cuando fueron a investigar, más de uno perdió el color del rostro, los pesados animales hechos hielo caían de los ganchos como frutas maduras, y las herramientas parecían flotar por los aires, de pronto se materializó ante ellos un corpulento hombre muy molesto, llevaba sus ropas llenas de sangre y agitaba con fuerza un enorme cuchillo, amenazándolos a todos. Salieron corriendo y la aparición fue tras ellos.

Muy cerca de la puerta, un hombre pálido y demacrado les salió al paso, tomándolos a todos por los brazos, cuando apagaron el griterío se dieron cuenta que era el patrón don Julián, se había levantado de su cama solo para ir comprobar que se había marchado.

EL CARNICERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora