Psicosis - Wigetta

Mi dolor. Tú dolor.

...¿Y si me vuelvo loco? ¿Y sí ya no soy yo? ¿Y sí muero?... Te seguiré amando a pesar de todo...

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-Alex- Pronunció con dolor.

Las lágrimas rodaron por sus abultadas y sonrojadas mejillas, su corto cabello estaba revuelto y enredado, su pecho subía y bajaba a causa de la corrida que había hecho desde el restorán hasta su departamento.

-Guillermo-

Alex clavo sus ojos en él, lo siguiente que sintió fue el cuerpo de su amigo impactar sobre el suyo.

-¿Qué ocurrió?- susurro temeroso de ver a su mejor amigo en ese estado.

-Samuel me engaño-Murmuro Guillermo entre sollozos.

-¿Samuel? ¿Tú Samuel?-Dijo con duda.

Su Samuel porque Alex ya tenía al suyo. Ninguno de los dos sospecharía que era el mismo.

-Estaba besándose con una chica... ¡Una chica joder!-Explicó.

Alex frunció el ceño furioso, odiando al novio de su amigo antes de si quiera conocerlo. Guillermo aun lloraba sobre su hombro, Alex lo tenía apretado con fuerza –Como si eso fuera a aliviar su dolor- entre sus brazos pero no pudo evitar soltarlo cuando vio a Samuel –Su Samuel- detrás de su amigo.

-Guillermo-

Él chico tembló entre sus brazos al oír su voz e Alex quiso deseas que eso no estuviera ocurriendo.

-Guillermo ¿Qué te pasa? –Pregunto Samuel impasible.

¿Cuánto tiempo había pasado desde los vio? Mínimo media hora.

Samuel parecía como si nada hubiera pasado. Al lado de su coche color negro, impasible, elegante, calmado,como siempre. Los ojos negros de Guillermo se tiñeron de odio y rabia, se acercó e él calmado y el sonido del puño al impactar en la mejilla del perfecto rostro de Samuel retumbo por toda la calle.

-No te quiero volver a ver –Susurro para luego correr dentro del edificio donde vivía.

Alex se sorprendió ante la respuesta de su amigo, bajo la vista, aún atontado por todo lo que acaba de ocurrir y camino de prisa al interior del edificio, una mano masculina le impidió el paso.

-Dime que ocurrió- Exigió Samuel.

Alex tuvo que contener las ganas de saltarle encima por lo guapo que era, porque su Samuel, no era suyo, era de Guillermo –Aunque ahora estuvieran peleados- Y  él debía respetar eso.

-No tienes vergüenza chaval-Se animó a decir-¿Te besas con una chica... ¡Una chica joder, y ahora vienes a buscarlo!?-Pregunto exaltado e irónico.

Samuel frunció el ceño.

-Madre mía...- Susurro cuando entendió todo –Esa era Michelle- Dijo como si Alex supiera quién diablos era esa chica- Una chica que está obsesionada conmigo, ella me beso pero juro que la aleje- Explicó.

Alex lo miro sospechoso y luego suspiró.

-Ve y explícaselo. Aunque sea a la fuerza- Aconsejó con una sonrisa, Samuel asintió entrando al edificio.

-Alex- Llamo antes de cerrar la puerta tras él, el pelinegro clavó sus ojos en el rostro de Samuel-Gracias-

Sonrió. Quizás su Samuel era el Samuel de Guillermo y quizás él jamás tendría la oportunidad con él, quizá no debió darle ese consejo, quizás debió dejarlos que arreglaran sus asuntos solos... pero ver sonreír a Guillermo cuando hablaba de Samuel, valía la desilusión que tenía en éste momento.