Capítulo 1

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      -Mi nombre es Clara Abisai, soy el primer experimento de la organización Experi y tengo... - el señor Seth la interrumpió molesto.

      -Alto, Clara, vuelve a empezar y esta vez hazlo bien.

      -¿Qué fue lo que dije mal? -preguntó Clara.

      -Todo.

Ambos se encontraban en una oficina grande ubicada en el subterráneo de la organización Experi. El escritorio se encontraba al lado de una enorme ventana la cual mostraba un paisaje falso, pero muy lindo, Clara casi podría jurar que al acercarse sentía el calor del sol, el cual solo pocas veces en su vida había sentido, pero lo recordaba perfectamente. Del otro lado del escritorio había un librero, dicho librero contenía un número inimaginable de libros, pero desafortunadamente el señor Seth solo los tenía como parte de la decoración. La pared era de color blanco y la mayoría de los muebles eran negros. En el centro de la oficina se encontraban unos sillones, uno frente a otro y en medio de ellos una pequeña mesa.

Ahí era donde Clara y el señor Seth se encontraban sentados y a pesar de que el sillón en donde se encontraba el señor Seth estaba varios centímetros alejado de Clara, ella pudo distinguir la desesperación en su rostro.

El señor Seth era un hombre de 45 años, muy serio, delgado y la mayoría de las veces de muy mal carácter, su cabello era negro y su estatura no impedía el hecho de que podía intimidar a cualquiera.

      -Sabes la seriedad del tema Clara, tienes que entrar al grupo, no puedes decir que eres de aquí o te liquidarán, dime solo tu nombre y edad- Ella ya sabía lo que debía decir, se sabía todo de memoria, pero le gustaba fastidiar al señor Seth.

      -Mi nombre es Clara Abisai y tengo 19 años.

      -Excelente- dijo un poco más contento.

      -¿Por qué tuvimos que comenzar de nuevo? Eso ya lo practicamos.

      -Porque no puedo permitir que cometas un error y lo sabes- poniéndose de pie se dirigió a su escritorio, se sentó en su silla y presionó uno de los muchos botones que había en el escritorio, después presionó otro y la parte superior se cubrió con un cristal rectangular protegiendo los botones y todo lo que había sobre él -eso fue todo por hoy, y considerando que es el último día que vendrás conmigo espero que no metas la pata- dijo con una mirada amenazante hacia Clara.

Minutos después, una mujer de estatura media, de 22 años, con cabello corto y un poco ondulado entró a la oficina en compañía de dos guardias, su nombre era Elina Cyrano.

      -Señorita Elina, regrese a Clara a su celda.

Elina miró a Clara, ella se levantó de su asiento y las dos salieron de la oficina con los guardias detrás de ellas.

Al salir se encontraron en un pasillo amplio y largo lleno de oficinas, caminaron derecho hasta el final del pasillo donde había una puerta, Elina la abrió y salieron, fuera de la sala de oficinas había una habitación redonda y no muy grande pero lo suficiente para que todos ellos estuvieran dentro de ella sin tocarse, elegante y vacía, solo con una pequeña luz en el techo que alumbraba la habitación.
Se podría decir que las luces no funcionaban muy bien ahí abajo, se encontraban a varios metros de profundidad y eso implicaba mucho en el hecho de que a veces no hubiera luz. A esa habitación, Clara la llamaba el nodo, por lo que Clara sabía un nodo era un punto donde se unen dos o más elementos, tenían diferentes significados dependiendo el tema, o al menos eso le dijo Elina. Todo lo que sabía era gracias a Elina, ella le enseñó a leer y escribir, también le enseñó cómo se manejaba el dinero en el exterior, prácticamente creció en ese lugar y de no ser por ella no sabría hacer muchas cosas. Lo único que Elina no le había enseñado era la defensa personal, eso se lo había enseñado Atalia, otra trabajadora amiga de Elina, la cual se presentaba cuando ella no podía, la mayoría de las veces le gustaba visitar a Clara en su celda a pesar de que no era su responsabilidad y Elina podía hacerlo, la visitaba con la condición de que un guardia las vigilara, nadie entendía muy bien por qué a Clara se le trataba un poco mejor que a los demás, podría decirse que era porque tenía años con ellos en la organización pero aun así no parecía una buena razón.
La habitación tenía cuatro caminos (sin contar la sala de las oficinas) que conducían a diferentes lugares, si tomabas el primer camino, podrías encontrar los laboratorios de la organización, donde Experi hacía los experimentos secretos con personas; el segundo camino, te llevaba a las celdas donde mantenían a todas las personas con las que experimentaban; el tercer camino, conducía a una habitación pequeña con un ascensor que subía a la superficie y el cuarto camino era todo un misterio para Clara.

AdfectusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora