❁Capítulo 14❁

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Sus pasos eran lentos, estaba nervioso, sus nudillos se tornaron blancos pero no los aflojó. Había pasado bastante tiempo desde la última visita que le había hecho a su mamá, sentía que ahora había un motivo más, quería hablar con su mamá desde el corazón.

—JungKookie, puedo sentir tu presencia—una gran sonrisa apareció en la mujer de cabello oscuro.

—Ah, mamá eres muy buena en eso—rió tierno mientras se acercaba a su mamá.

Al estar a su lado le besó la mejilla, guió con cuidado a su mamá tomándole una mano que fue directo a su cara, acariciando sus facciones y por último su cabello que hundió en el sus dedos, sintiendo la suavidad y calor.

—Te estas dejando un peinado nuevo, ¿Acaso mi JungKookie se está enamorando?—las mejillas del menor se tornaron a un rojo fuerte mientras escuchaba la carcajada de su madre—. Mi pequeño conejito, deberás decirme quién es él.

Él...

Tu homosexualidad, mi pequeño, fué notoria cuando tenías ocho años—murmuró tomándole la mano—. No quisiste bailar con la hija del vecino, le gritaste que tenía piojos y una vagina fea.

Las mejillas del menor estaban imposiblemente controlables, el rojo le daba calor y se extendía hasta sus orejas.

—Ah, ella aún me odia—rió suave, mirando a su mamá que sostenía una sonrisa de sus blancos labios.

—No debes avergonzarte de ti, nunca mí bebé. Nosotros sólo nacimos, crecemos y tomamos las decisiones que consideramos como las correctas, nadie te dará un manual de cómo ser, ni que seguir—elevó su mano tomándole la mejilla—. No debes tener miedo, nunca, está bien si te gusta un chico, Dios, claro que esta bien. Estaré orgullosa de ti, estas luchando contra muchas personas que prohíben rotundamente ésto. JungKookie, estoy infinitamente orgullosa de ti—le quitó la lágrima que mojó su mano y sonrió—. Tan orgullosa que mi pecho se siente grande, lleno de orgullo.

Esas palabras, esas hermosas palabras que necesitaba escuchar en ese momento, eran esas, no necesitaba ninguna charla. Su madre siempre sabía que decir exactamente, ella lo reconfortaba de un modo bello, puro y transparente.

—Te amo.

Sus brazos rodearon el cuello de su mamá, sintiéndose en casa.

JungKook sólo quería volver a casa.

El pie de NamJoon se movía sobre el piso de la pieza de TaeHyung, habían hablado alrededor de una hora respecto a lo que estaba sucediendo. Necesitaban estar al día respecto a lo que había ocurrido con sus vidas mientras estaban separados.

—SeokJin es una buena persona, créeme Tae.

—JungKook lo és, el problema es que lo alejas de mí, cuando yo no quiero eso—dió otra vuelta sobre su silla de escritorio.

—Él es un niño, no sabe acerca de lo que es realmente amar, te lo he dicho ya.

Suspiró, cansado de todo. NamJoon aún no comprendía que TaeHyung nunca haría algo malo con Kookie, al contrario, quería hacerlo feliz; darle cariño, afecto, amor.

—Lo invitaré a salir—anunció rápidamente—. Dile que vaya al mirador, que queda cerca del centro pero es el que está más alejado, allí no mucha gente va y no quiero que esté incómodo así que dile eso, mañana a las dos de la tarde—se levantó rápidamente tecleando algo en su celular.

monedas de chocolate |  taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora