Introducción

3.4K 456 110
                                    




Desde pequeño tuve curiosidad sobre por qué había estrellas en el cielo, esas pequeñas luces que nos observaban tintineantes que, dependiendo del año, cambiaban ligeramente su posición mostrando unas imágenes casi mágicas. La ciencia las llamó "constelaciones". A los 12 años empecé a leer sobre este  fenómeno astral, libros y libros sobre las antiguas civilizaciones y como juntaban las estrellas para proporcionarles significados. Creaban grandes mapas que utilizaban para entender el cielo.

Para buscar las explicaciones de la creación del mundo, de por qué había día y noche. Si había algo más allá, más grande que todos nosotros.

Y lo había.

Me parecía increíble.

Ahora con 20 años mi amor por la astrología me hizo enamorarme de mi nuevo compañero de piso.

Lee Felix y su pequeña constelación. 

•  • •


Debería presentarme, ¿no?

Me llamo Han Jisung, tengo 20 años y vivo en Seúl.

He acabado mi segundo año universitario, mientras trabajo para poder permitirme estudiar y vivir lejos del pequeño pueblo donde me crié. De verdad, tan pequeño que todos nos conocíamos. Y eso no me beneficiaba en absoluto, sobre todo cuando eres el prototipo de empollón y, además, gay.

Datos irrelevantes de lado, mudarme a la capital fue la mejor decisión que tomé.

Sólo hubo un problema.

¿Cómo encontrar un compañero de piso que no diese miedo? Quiero decir, es Seúl. Millones de habitantes. Cualquiera podría ser un asesino en serie o un violador en potencia. Así que siempre me tomé mi búsqueda muy en serio (podría decirse que soy muy neurótico), lo cual me traía problemas para encontrar personas.

Mi último compañero de piso fue un chico un año mayor que yo, Changbin. Era el compañero perfecto e incluso compartíamos  gustos similares. Pero le habían ofrecido un trabajo en una zona de la capital más alejada y lo que se ahorraba en alquiler lo pagaría para el transporte.

En resumen, necesitaba a alguien nuevo. 

Pegué un par de "carteles" en los tablones de anuncios de la Universidad deseando que alguien me llamase lo antes posible. Podría pagarme un par de meses el alquiler, pero mis ahorros no eran la gran cosa.

dos semanas más tarde



Cada día que pasaba me arrepentía más y más de estudiar Biología, ¿por qué tenía que ser la facultad más alejada del campus? Llegar tarde había empezado a ser una marca de la casa y los profesores ya me conocían por ello. En fin, mientras corría hacia la clase que me tocaba aquella maravillosa mañana, me llegó un mensaje al móvil de un número desconocido.

Número desconocido: He leído tu anuncio de búsqueda de compañero de piso. ¿Sigues buscando uno?

Un rayo de luz entró por la ventana como si me iluminasen, ¿sería aquel un ángel? Vale, en realidad estoy exagerando. Pero he de admitir que me alegré al ver que aún quedaban estudiantes sin piso. Respondí que cuando saliese de clase le llamaría para quedar y hacerle la entrevista.

"Por favor que sea alguien normal.''

Recuerdo haber pensado, pero no, no era alguien normal. Era maravilloso.

Resulta que era un chico llamado Felix que iba a pasar su tercer año de carrera aquí, en Corea. No sé por dónde empezar.

No sólo fue educado y contestó a todas mis preguntas (por absurdas que fuesen) sino que era divertido y guapo. Aunque, no lo voy a negar, su atributo más increíble eran sus pecas.

Para alguien como yo que está obsesionado con el espacio, aquello fue como encontrar la constelación 89.

• Constelaciones • Jilix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora