Capítulo 4 - Valery

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No puedo creer aún que Demian me haya dejado en el departamento. Cuando anoche me llevó a su lugar sabía que estaba molesto. Pudo ver con tanta claridad que me sentía atraída por Gabriel y no tardó en echarmelo en cara. Ni siquiera me dio oportunidad de quejarme por verlo coqueteando con Stephanie porque se puso en un estado tan inflexible que tuve que callar mientras me gritaba que era una Zorra estúpida y que Gabriel nunca podría tomarme en serio, que solo le gustaba por mi físico y por que era blanca -algo que de hecho no era-. No le creí. Por supuesto antes de que lo escuchara con aquella chica en la noche. 

Claro que no dormí con Demian, no planeaba hacerlo pronto, no planeaba hacerlo nunca, de hecho. Por lo que me limité a dormir en el sofá incomodo que había en el pequeño espacio mientras él dormía plácidamente en su cama, insistiendo en que durmiera a su lado y que no planeaba tocarme. Imbécil.

Mientras esperaba conciliar el sueño, en un lugar extraño, pude escuchar risas en el pasillo. Sabía que Gabriel vivía en el departamento de al lado porque Demian me había dicho, pero de haber sabido que tendría que escuchar los berridos -sí, berridos porque esa chica realmente sonaba como un animal. ¿Qué tiene eso de sexy?- jamás habría ido. 

Y ahora, ese novio que se supone que debe preocuparse por mí me dejó tirada en su departamento. Sin cartera, sin dinero, sin batería en el teléfono, sin modo de llegar a Clases. Claro que fue su venganza privada, por mirar con otros ojos a otro chico que no sea él. Cuando salgo de su departamento me preocupo por un instante porque no tengo manera de dejar la puerta asegurada, pero después mi yo interno decide que se lo merece. Cierro sin llave y me acomodo la bolsa mientras camino frente a la puerta de otro imbécil, ese que me miró la tarde anterior frente al mar como si pudiera mirar dentro de mi, como si quisiera conocerme. 

Cuando escucho abrirse la puerta ruego porque no sea la de los berridos, pero al instante me arrepiento de rogar por ello, porque hubiera sido mejor verla a ella, que verlo a él. Con su chamarra de cuero puesta y el casco de su tan genial moto en mano. Intento fingir que no lo veo pero su mirada es tan penetrante que es imposible no notar. Siento mis mejillas enrojecer. 

- ¿Dónde está Romeo? - pregunta petulante. 

Odio Cuando lo llama Romeo, no es como que en realidad lo sea, sino que mas bien es todo lo contrario, de modo que se que se burla. Él sabe que Demian no es un buen novio, pero se esfuerza por fingir lo contrario, así como yo. 

- Tuvo una clase temprano. - murmuro. De verdad espero que tenga una clase temprano porque Gabriel sabría que miento porque vive a su lado. Si se da cuenta de que no estoy segura, no lo demuestra, porque continúa con su perfecta cara de poker.

- De modo que te dejó aquí. Solo así, ¿eh? 

Me observa de pies a cabeza con descaro, mientras niega con la cabeza como si una idea tonta lo abrumara. Me arrebata la mochila tan rápido que no puedo negarme y me da la espalda. ¿Acaba de robarme la mochila?

 - Vamos Pecas, vas conmigo. - dice sin mirarme ni detenerse, por lo que lo sigo a regañadientes.

- Pero tienes una moto- le digo lo obvio, llevo un vestido, es absurdo que me suba a una moto en vestido. "Ninguna chica decente subiría a una moto, mucho menos en vestido", es lo que diría mi madre. 

- ¿Y? - pregunta mirando hacía atrás. 

-Hola, ¿eres tonto? llevo un vestido- digo mientras señalo la evidencia.

Una sonrisa despliega en sus labios y en serio, no puedo hacer nada mas que verlos. Es esa seguridad, esa arrogancia en él. 

-Las chicas en vestido son mis favoritas.- dice con una sonrisa picara mientras me guiña. Casi puedo olvidar que lo escuche con la chica anoche pero no quiero hacerlo. ¿Acaso todos son unos patanes? Sin embargo lo sigo, porque no tengo como volver a la escuela. Y sí, tal vez también quiero subir a su moto. 

Cuando salgo del complejo de departamentos lo veo junto a su moto, tiene el casco en manos y lo tiende hacia mi. No tengo idea de como se pone y supongo que lo sabe, porque rueda los ojos y me insta a que me acerque. Cuando coloca  el casco sobre mi cabeza sonríe tan deslumbrante que casi puedo ver como es su lado tierno, y no solo el lado rudo que todos conocen de él. Acepto para mi misma que justo ahora me gustaría que me besara. Carraspea con la garganta y sube a la moto. 

-Vamos, preciosa, rodeame con esas lindas piernas. -su tono es tan sugerente que siento calentar las mejillas de nuevo. 

Cuando subo a la moto a su espalda, coloco los muslos a su alrededor y él pasa las palmas de sus manos por mis piernas fijándolas contra su caderas. Puedo sentir el calor emanando de ellas. No se dónde se supone que ponga las manos, así que me limito a ponerla sobre mis piernas. Lo veo voltear la cabeza mientras busca mis manos con las suyas y con lentitud las coloca alrededor de su cintura apretadamente. Tanto que estoy totalmente presionada contra él. Regresa las manos al volante y enciende la moto, cobra vida y vibra de tal modo que me resulta emocionante. Mi corazón late tan rápido que no puedo distinguir si es por la vibración de la moto o por estar tan cerca de Gabriel.

Cuando arranca, impulsa mi cuerpo hacia delante y siento el viento en la cara, me doy cuenta que esta es la aventura que quiero. Con Gabriel, no con Demian. Y estoy seguro de qué es lo que voy a hacer.

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⏰ Última actualización: Jun 12, 2018 ⏰

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