1. El escape

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Necesito conocer su mundo, necesito salir de aquí pero si mí Señor me descubre va a castigarme una eternidad. Pensaba ____ desesperadamente. Desde que hace unos años atrás había estado observando al gran Ragnar Lothbrok, era impresionante lo que había logrado, era el mejor guerrero que había visto pero sabía que pronto el iba a tener que unirse al Valhalla. Ella sentía una curiosidad infinita por su mundo, por sus ambiciones y deseos, por sus vidas y su devoción tanto por los Dioses como por la guerra, tenía que idear un plan perfecto para lograr ir a Kategatt con éxito y volver sin ser descubierta, iba a ser difícil pero ella se tenía confianza estaba completamente segura de poder lograrlo. 

Salió de su habitación necesitaba hablar con alguien que pudiera ayudarle, se encaminó hacia el Bifröst, allí estaría Heimdall, el dios guardián, el era su amigo más íntimo desde que era una niña, sabía que él la ayudaría y obviamente así tratara de pasar por el Bifröst a hurtadillas, él la descubriría, tenía dones muy especiales, entre ellos estaba la vista y el oído muy agudo, Heimdall podía oír el pasto crecer y era capaz de ver casi a 20km de distancia, sería imposible burlarlo y escapar sin que él lo notara. Al llegar vió ese hermoso puente de arcoíris que separaba Asgard, la tierra de los dioses, de Midgard, la tierra de los humanos, Heimdall ni siquiera se volteó a verla cuando le dijo:

-"Vaya, vaya, miren quien vino a verme"-Se giró- "Es la pequeña ____."

-"A mi también me alegra verte, viejo amargado"-dije riendo un poco-"Y lo dices como si no me vieras casi todos los días."-Volteé los ojos y Heimdall se rió de mi gesto-.

-"Se que vienes a pedirme algo, te conozco lo suficiente pequeña"-Dijo mientras me miraba de forma curiosa-.

-"Nunca te equivocas Heim, en realidad vengo a contarte mi propósito para luego pedirte ayuda en mi plan"-Dije con una sonrisa malévola-.

-"Seguro planeas meterte de nuevo en problemas, sabes que Odín va a enojarse demasiado si te descubre y estoy seguro que esta vez es algo complicado lo que quieres hacer"-Si, él me conocía casi a la perfección-.

-"Saldrá bien si me ayudas, quiero ir a Kategatt y conocer al Rey Ragnar, quiero estar unos días entre los humanos, pero si tu no me ayudas, se darán cuenta y recibiré un castigo eterno"-Hice cara de perrito mojado mientras él me miraba con desaprobación-.

-"Voy a ayudarte, le diré a todos que te fuiste a las montañas unos días pero si en 9 días no vuelves, no podré cubrirte y no podré convencer a Odín de que no te ponga un horrible castigo"-Dijo de una forma demasiado seria-.

-"Me iré hoy en la noche, volveré según lo acordado, gracias Heim"-Dije con emoción- "Voy a ir a preparar lo que necesite"-Le di un beso en la mejilla y salí corriendo devuelta a mi habitación.
 
Tomé una bolsa común, metí mis armas y ciertas provisiones en ella, no podía ir con mi armadura a Kategatt entonces decidí ponerme un vestido sencillo, soltar mi cabello y hacerme 2 trenzitas que recogieran solo la parte de adelante de mi cabello. Me miré al espejo y parecía una persona común, estaba satisfecha por ella, aún faltaban unas horas para irme así que me quedé repasando el plan y organizandome con otras cosas.
No sé en que momento anocheció, me puse una caperuza de un color grisáceo con la cual podía cubrirme y cubrir gran parte de mi rostro, tomé lo que había empacado y salí a una de las terrazas, hice un silbido suave e inmediatamente apareció Gisli, era mi amado pegazo, Freyja me lo había regalado ya que yo por alguna extraña razón era la única Valkiria sin alas y Gisli se convirtió en exactamente eso. Me monté encima y le di una palmaditas para que empezará a volar, en cuestión de minutos estábamos en el Bifröst.

-"____ promete que te vas a cuidar"-Dijo Heimdall al oírme llegar-.

-"Lo haré no tienes por que preocuparte"-Lo abracé y el correspondió mi abrazo-.

-"Haz que Gisli te lleve a Midgard y luego vuele descendiendo por detrás de las Montañas del Este, llegarás a las afueras de Kategatt"-Me explicó él lentamente-.

Me despedí de Heimdall una vez más y volví a montarme en Gisli para hacer lo que se me había indicado. Midgard era un sitio hermoso, la tierra de los humanos poseía hermosos paisajes tan bellos con los de Asgard, las Montañas del Este eran muy altas y frondosas, al pasarlas vi luces, sabía que eran de Kategatt así que le indiqué a Gisli que descendiera poco a poco para llegar al suelo pero vigilando que no hubiera nadie, si alguien veía al pegazo notarían algo raro o peor, tratarían de cazarlo y no podía arriesgarme a que eso pasara.
Llegamos a tierra firme y le di órdenes a Gisli para que volviera a casa, igualmente si lo necesitaba con mi silbido el vendría a mi, Freyja le había dado el don de poder escucharme y saber donde me encontraba, estuviese donde estuviese, la distancia no importaba. Caminé con precaución entre los árboles con mi hacha en la mano, cada vez veía más cerca mi destino, sentía mucha emoción, estaba casi entrando al pueblo cuando sentí que alguien me atacaba por la espalda, traté de luchar pero me pusieron un trapo con un olor extraño y de un momento a otro todo se volvió negro.




Hola chicas, esta es la primera historia que escribo, pueden dejar sus sugerencias en los comentarios, se que fue un poco corto y aburrido el primer capítulo pero ya se vendrá lo bueno
-A.V Skjaldmö

Valkiria (Ivar the boneless)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora