Era una mañana agradable, a pesar de que el cielo estuviera nublado. El suave viento de la mañana acariciaba levemente las hojas de los árboles de aquel gran parque situado en la centro de Detroit.
Las calles estaban casi vacías, salvo por la excepción de algún que otro humano o androide caminando rumbo a su destino. Claro, ¿por qué estamos viendo un parque en plena mañana?
-Guau guau.
-Joder Sumo, no ladres tan fuerte.
El teniente Hank Anderson se encontraba justo en ese parque, paseando a su mascota Sumo.
-Eso le pasa por tomar más de cinco copas de Whisky y cerveza seguidas, teniente.- le contestó Connor, el androide amigo y compañero de Hank.
-Connor, no me toques los cojones tan temprano, ¿quieres?- dijo malhumorado el mayor, sujetándose la cabeza con pesadez-. Me duele la cabeza.
-Le advertí que era demasiado.- informó Connor poniéndose a su lado, sujetando con cuidado el collar rojo de Sumo, el cuál caminaba tranquilamente delante de ellos dos.
-Connor, ya- le advirtió Hank-. Cuando se me vaya este maldito dolor de cabeza podrás decirme todas las mierdas que quieras, pero por ahora cierra esa boca de plástico que tienes.
-Técnicamente mi boca y parte de mi cara están constituidos por otros materiales.
-¿De verdad?- preguntó irónico Hank.
-Si, dependiendo del tipo, modelo e incluso función- siguió explicado el androide al no pillar la ironía de la pregunta anterior. Hank se dio una palmada en la cara-. Debajo del tejido estético para aparentar piel humana tenemos un exoesqueleto de...
-Vale, para- cortó Hank-. No tengo ganas de que me des una de tus clases de construcción de androides o esas cosas.
-Pero fue usted quien me preguntó, teniente.- habló confundido Connor.
-Fue una pregunta irónica Connor. Y no me llames de usted, me haces sentir aún más viejo de lo que estoy, mocoso.
-Como diga teniente.- dijo el androide sonriendo al ver la mueca de enfado de Hank.
-Lo haces a propósito.- murmuró enfadado.
-¿Qué?
-Nada.
Ambos continuaron caminando durante un rato, mirando a su alrededor mientras Sumo seguía corriendo por el parque, parándose de vez en cuando para hacer sus necesidades.
Por suerte, hoy no tenía ganas de dejar sus "regalitos".
Esta vez fue Connor quien rompió el silencio.
-Teniente, debería desayunar.
Hank le miró raro.
-¿Y esa frase salida de la nada?
-Bueno Hank, hoy no te molestaste en hacer el desayuno, y tampoco me dejaste que lo hiciera yo. Es importante que comas bien por las mañanas, es lo que ayuda a que el desarrollo del cerebro se active y funcione mejor, haciendo que-
-¿Qué te dije de las putas clases, Connor?- preguntó harto el teniente, suspirando con pesadez-. Vale, me iré a comprar un café al puesto de ahí, pero a cambio quiero que cierres la maldita boca.- al recibir un asentimiento por parte de Connor, Hank se dirigió hacia el puesto de bebidas que estaba a unos metros de donde estaban Connor y Sumo.
Al llegar al puesto pidió dos cafés, uno normal para él y un café con leche para Connor. A pesar de que los androides no necesitaban comer ni beber, a Connor le gustó el sabor que tenía el café, llegando a tomar uno al día tan solo para saborear y disfrutar de ese dulce y amargo sabor a la vez que tenía aquella bebida tan rica.
Justo cuando había pagado al chico y se dirigía al lugar con los cafés en las manos, escuchó algo.
-¡Teniente!
-¿Connor?- preguntó extrañado, pero enseguida empezó a correr en dirección a donde estaba el androide, preocupado por si algo malo había pasado y necesitaba ayuda, era lo único que se le ocurría para que Connor gritara así.
Pero al llegar al lugar donde estaban Sumo y su compañero, vio una escena... peculiar.
-Hank... ayuda...- pidió Connor en voz baja, tumbado en el suelo debido a que Sumó se había tumbado encima suyo, ocupando prácticamente todo su dorso y piernas.
-... ¿Para eso haces que me preocupe? Que te den- dijo Hank mientras daba media vuelta, pero se detuvo un segundo para estar delante del perro, el cuál estaba con la pose de que se iba a levantar-. Sumo, túmbate.
-Guau- ladró el perro, obedeciendo a su amo, volvió a tumbarse encima del androide, apoyando su cabeza entre sus patas.
-Bueno chico.- felicitó Hank acariciando la cabeza del can con un deje de diversión en su voz.
-Hank...- el androide levantó la mano con dificultad, buscando que su compañero le ayudara.
-Quieto ahí- dijo el mayor mirando serio al perro, ganándose un ladrido del animal-. Buen chico. Espérame aquí.- terminó de hablar Hank, para esta vez dar la vuelta e ir caminando en dirección a su casa, volviendo por el camino de antes.
-¡Hank, ayuda!. ¡¡Teniente!!
El nombrado rió con fuerza al escuchar la voz de Connor en un tono casi de desesperación.
Pasaron dos horas hasta que Hank volvió al parque a por los dos.
Ah, y también pasó por la tienda de androides, a comprarle una pieza a Connor que se rompió a causa del peso constante de Sumo.
El pobre Connor no entendía el por qué de esa acción.
¿Estuvo mal el gritar su nombre para que quitara a Sumo de encima suya?
OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo
Este es el pedido de T33DDYCARM3N.
Espero que te guste, y que lo haya hecho de tu agrado. Y si me salió mal, lo siento.
Nos vemos en el siguiente capítulo. Bye~
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Detroit Become Humans// One-shoots
RandomNecesitaba hacer una historia de este fantástico juego.