UN AMOR PARA CUPIDO

El chico del alma podrida

-¿ Ocurre algo Jane? -Preguntó el dueño.

-Creo que no es necesario contratarlo.

-Pero ¿Porqué?

-Porque yo puedo hacerlo todo sola y así no sigues invirtiendo.

-Entiendo tu amabilidad Jane pero no es justo que tú sola estés aquí trabajando en esta cafetería tan grande en New York que se llena tanto. Así que por favor enséñale al caballero todo lo que tiene que aprender.

-Muchas gracias señor no sabes cuánto te lo agradezco. -Dijo Jacob alegre

-Espero que cumplas con tu trabajo o si no serás despedido.

-Claro que si, cuente conmigo.

-Eso espero. -Diciendo eso se marchó.

-Ay Jane porqué estas tan seria, que quieres que te sirva un cafecito o unas galletitas. -Dijo Jacob burlándose.

- Cállate imbécil. -Dijo Jane molesta.

-Hola Jane. -Dijo un hombre

-¿ Qué haces aquí Frank?. -Dijo Jane

-Vengo a verte porque te extraño.

Cuándo escuché que un hombre le decía a Jane que la extrañaba rápido voltié a ver quien era y no era nada más y nada menos que aquel hombre con el corazón y el alma podrida el cuál yo había flechado con Jane hace unos años atrás.

- Por favor lárgate ya me has hecho mucho daño. -Dijo Jane llorando

- Perdóname. -Dijo Frank

- Que te largues. -Gritó Jane entre lágrimas.

-Okey me iré pero volveré porque tu eres y serás mía para toda la vida. -Dijo Frank agarrandola fuerte por los hombros.

No podía aguantar más como ese hombre le gritaba y la apretaba por los hombros así que decidí defenderla aunque sabía que quizás en el futuro me arrepentiría pero eso era lo mejor que podía hacer si quería ser perdonado por Rito.

- Oye imbécil ¿Qué te pasa?, como te atreves a tratarla así ella no es un trapo, así que ahora mismo la sueltas.- Dijo Jacob parándose frente a Frank.

-  ¿ Quién eres tú para decirme lo que tengo o no que hacer. -Dijo Frank alzando la voz.

-Yo, eh Yo....

-El, el es mi novio. -Dijo Jane.