3. Clases

281 16 0
                                    

Arrojé el teléfono sobre la cama después de ver la hora, el vienes había sido mi primer día de clases y por lo tanto la prueba sobre mis inseguridades lo cual no había salido tan mal como lo esperaba. Me observé detenidamente en el espejo y me di cuenta que jamás había puesto mucho interés en mi cuerpo, en este momento agradecía todo el ejercicio que llegue a ser durante los últimos años de mi infancia y la rutina a la que me acostumbre en la adolescencia. No digo que mantengo una figura de súper modelo pero si agradable a la opinión de las personas.

Tome mi mochila y baje las escaleras buscando a Ángela pero lo único que encontré fue una nota a un lado de mi desayuno pidiendo disculpas por haber salido sin avisar y deseándome un buen día. De mi mochila saque una pequeña libreta con todos sus post-it que me ha dejado a lo largo de los últimos años y la coloque en la primera hoja de la nueva sección; Después de la mudanza.

Me apresure a consumir el desayuno que estaba comenzando a enfriarse para posteriormente lavarme los dientes y salir corriendo en dirección al instituto.

– Charlotte por aquí–. Llamo Rachel sentada en una de las bancas del pasillo principal donde repasaba algo en el libro de matemáticas, la salude antes de cuestionar por que estudiaba – El profe de matemáticas presentara un examen sorpresa.

– Un examen sorpresa no es sorpresa si sabes con anticipación ¿No crees?–. Ella me miro mal antes de cerrar su libro

–Así es, pero cuando Oliver trae un libro en la mano es que abra examen.

Arrugue la frente mientras negaba con la cabeza, eso no tenía algún sentido pero ayer había confirmado que Rachel era distinta a cualquier chica que hubiera conocido así que lo deje pasar y fuimos a mi casillero por mis cosas.

Según mi horario tenía biología tres veces a la semana, lunes, martes y viernes por lo que decidí despedirme de mi amiga y así adelantarme al salón antes de que el timbre sonara y acomodarme en el mismo lugar de la clase anterior. Para mi sorpresa esta vez el salón no estaba completamente vacío y mucho menos mi lugar.

Sentí mi piel erizarse conforme avanzaba atreves del pasillo esperando no incomodar a mi compañero de cabellera castaña casi negra.

Sus ojos encontraron los míos cuando coloque mi mochila junto a él, aun cuando solo fue cuestión de segundos pude notar que era algo inexpresivo, sus ojos eran obscuros y de cierta manera todo eso contribuía a su apuesta apariencia, me sentí ridícula al pensar eso lo que causo que sonriera conmigo misma al tomar mi lugar ganándome otra mirada sin mucho que interpretar.

Los pocos minutos que pasamos en silencio fueron completamente raros y se sintió como si hubiese pasado ahí una completa eternidad, agradecí cuando el salón comenzó a llenarse sin dejar ni un lugar disponible. Ahora no me sentía como un bicho raro.

El tema de la clase era ADN lo cual colmo mi paciencia, consiguiendo así que me recargara sobre la mesa del escritorio notando que en una de las esquinas de los apuntes de mi compañero de escritorio estuvieran las letras N.M.

El resto de la clase paso como cualquier otra hasta que por fin todos pudimos salir con el sonido del timbre indicando el cambio de salón, era hora de Historia.

A diferencia de la primera esta clase se sintió bien ignorando que no entendía mucho, pero al entregar mi trabajo al final de la clase algo capto mi completa curiosidad, la hoja que había sido entregada antes que la mía estaba marcada con las siglas I.M. igual que la del chico con quien compartía lugar en biología. Solté un suspiro al intentar ignorar aquel hecho y dirigirme a la última clase antes del almuerzo.

– Hola Alex–. Salude al tomar mi lugar en la clase de francés que también había sido la última que había tenido el viernes anterior donde había conocido a Alexander mi compañero de lugar

– Hola Charlotte, ¿Qué tal tu mañana? –. Sonrió mostrando sus blancos dientes

–Diferentes a lo del viernes eso es seguro–. Dirigió su mirada a algunos lugares atrás mientras pronunciaba la frase "Me lo imagino"

Entonces así fue como dimos la conversación por terminada mientras observábamos como la profesora escribía el tema sobre la pizarra pero sin entender porque volví a sentir aquella extraña sensación que en la clase de biología sin ignorar las miradas indiscretas que Alex daba hacia atrás cada cinco minutos.

– ¿Todo está bien Alex?

El solo me dio una respuesta afirmativa con la cabeza antes de volver su mirada a sus apuntes e ignorarme por el resto de la clase.

Para la hora del almuerzo me encontré con Rachel en la cafetería como la primera vez, solo que en esta ocasión mi mirada se encontró con la de cinco chicos en una de las mesas vecinas a la nuestra.

Para la hora del almuerzo me encontré con Rachel en la cafetería como la primera vez, solo que en esta ocasión mi mirada se encontró con la de cinco chicos en una de las mesas vecinas a la nuestra

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
NUEVA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora