LOS CELOS DE ADLER

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Ningún chico se atrevía a acercarse a Kathleen. Aunque Lucia entendería si alguno lo hiciera, Kathleen, debajo del oscuro maquillaje y amenazante mirada, era preciosa. Sus ojos brillantes y cabello oscuro contrastaban perfectamente con su piel pálida. Todo le  quedaba bien y tenía una sonrisa muy bonita. pero era terrorífica. Su afilada mirada y oscura presencia hacía casi imposible ver todo su atractivo, por eso los chicos siempre se alejaban. solo conocía a uno que había estado enamorado de ella a parte de Adler. 

Santiago.

Había caído muy hondo por ella y había estado tan asustado por ello. Tal vez fue una mezcla entre su miedo por  Kathleen y respeto por Adler. No era del tipo que le gustara estar detrás de la novia de su mejor amigo. Así que uso uno de los trabajos de literatura, al profesor parecía encantarle  imaginarlos como escritores o productores de novelas, y lo usó para confesarse sin que ella ni su novio se dieran cuenta y poder superarlo él solo. Funcionó muy bien, ya no sentía nada por ella. Después que el mismo Santiago se lo confirmara, Lucia pensó que toda su preocupación había sido por no molestar a Adler.

Otra vez, estaba equivocada. 

Otro factor eran los celos de Kathleen, ella era conocida por lo posesiva que podía llegar a ser con Adler, y recientemente Lucia se había enterado que todo eso hacia que Adler se sintiera seguro de que ella lo quería. Aun así Kathleen siempre sería la mas celosa de la relación. Y... estaba equivocada de nuevo. Pero nunca lo hubiera sabido si Daniel no hubiera aparecido.

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Lucia se sonrojó al ver al chico nuevo. Su cabello dorado y sonrisa de surfista le quitaban el aliento. Su blanca dentadura y brillantes ojos azules gritaban novio perfecto a la vista. Sonrió educadamente a toda la clase cuando lo presentaron. La profesora de turno se tomo la libertad de pedirle a Yliam que le mostrara el instituto, ella solo sonrió contenta. El surfista volvió a sonreír y se fue a sentar al lado de Lucia. Que suerte! "Hola" le susurró. "Me llamo Lucia."

"Daniel"respondió él, su momento fue arruinado por Adler y Kathleen que venían 10 minutos tarde, gritándose entre ellos. Otra pelea. Genial.

"Cómo iba a saber que la cafetera estaba malograda?" Adler le gritó a su novia mientras ella movía los hombros restándole importancia. "Y no suelo revisar el azúcar, no sabía que ya no quedaba!"

Kathleen paso delante de él gruñendo. "Se supone que debes saber estas cosas! Necesito café!"

Toda la clase miraba con miedo e interés, incluso la profesora se había quedado quieta viendo la pelea. Kathleen sin café era peor que un oso molesto. Terrorífico. Adler solo volteó los ojos y se fue a sentar con su novia tras él. Lucia volteo hacia Daniel. "Perdón, ellos son así a veces."

"Esta bien" Daniel reclinó su silla hacía atrás sonriéndole a Kathleen. "Qué tipo de café te gusta?"

Adler respondió. "Negro con dos de azúcar"

Kathleen lo remedó con voz chillona pero su seria mirada señalaba que decía la verdad. Daniel volteo para ofrecerle su propio café. "Solo tiene una de azúcar y algo de crema, no mucho pero deberías tomarlo, lo necesitas más que yo."

Lucia supuso que él esperaba un -Gracias- o un -En serio?- pero Kathleen solo se la quitó y cuando hubo terminado puso el vaso vacío en su mano y dijo, "Largo." 

"De nada?" Daniel volvió a dirigirse a Lucia. "Qué con ella?"

"No te lo tomes personal." Susurró. "Ella trata a todos así. Supongo que hoy esta peor por lo de su café. Normalmente, Adler se lo prepara."

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⏰ Última actualización: Jul 10, 2018 ⏰

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