Prólogo.

150 8 0
                                    

24 de Julio del 2015.

Verano, una estación tan bella como abrumadora. La época del año en la que puedes llevar libremente un pequeño short pero al mismo tiempo resguardar un paragüas, algo contraproducente si me lo preguntan. Aunque los días soleados suelen ser bellos, me gustaría que lloviera durante todo el año y que haga frío, mucho frío; bebería chocolate caliente todos los días, usaría mi gorro y sudaderas, junto con mis botas; claro que eso hasta ahora no ha ocurrido, pero se vale soñar.

Sin embargo, a juzgar por lo que ven mis ojos en este momento creo ser de las únicas personas con este deseo.

Es gracioso ver a las personas pasar corriendo a mi alrededor tratando de ocultarse de la tormenta, como los niños corren y brincan sobre los charcos, seguidos de un par de gritos mezclados con reprimendas de sus respectivas madres.

Junto a mí, una pareja de adultos mayores pasan riendo tomados de la mano y toman asiento en la mesa de mi izquierda.

La tormenta se vuelve más ruidosa y el olor a tierra mojada mezclado con el aroma de mi chocolate caliente inunda mi sentido del olfato.

Veo grandes nubes grises sobre el cielo, miles de gotas caer al suelo y entonces mi mente vaga a mis recuerdos.

Cuando era niña le tenía miedo al agua, el entrar a una piscina era un completo desafío, todos mis amigos y compañeros de clase se burlaban de mí; una vez saliendo de casa caí en un charco grande después de una tormenta y comencé a llorar, mi madre trato de ayudarme pero me negué y entonces se acercó papá; lo que normalmente un padre haría, es levantarte y llevarte en brazos, pero mi padre no era tan.... común, se dejó caer en el charco conmigo, mojándome aún más haciéndome llorar de nuevo. Entonces tomo un puñado de lodo y me lo aventó a la ropa, también recuerdo hacer escuchado a mamá maldecir por eso, sin embargo, mi padre siguió haciéndolo hasta que yo me reí, y por alguna razón hice lo mismo. -"Cualquier cosa, incluso el agua, puede ser tan destructiva como segura, o incluso divertida, depende con que perspectiva la veas tú"- seguido de eso iniciamos una guerra de lodo en la que mamá se vio involucrada.

"Tan destructiva como segura", sigo pensando en eso cuando veo a una niña de unos 10 años, caer de rodillas en un charco, eso me hace sonreír, pero esto cambia al ver la cara de horror de la que parece ser la madre de la niña, corre y la envuelve en una abrigo enorme sosteniéndole completamente las manos, como si quisiera impedir....

Que las mueva, claro.

Aunque su mamá debería saber, que para detener a un aqua, no siempre basta con sujetar ambas manos.

He escuchado que cuando tienes familiares que te apoyen suele ser más fácil.

Para mí no lo fue.

¿Está mal envidiar a una niña de diez años?

El día que aparecieron mis poderes, ese día sí que extrañe a papá.

Se supone que normalmente, al ser mujer debía de tener más conexión con mamá, para mí no fue así. Antes de que papá muriera no había nadie que me separara de él.

Como me hubiera gustado tenerlo a mi lado cuando me di cuenta que era un aqua, tal vez él me hubiera entendido, en vez de llamarme monstruo como mamá lo hizo, ni siquiera puede verme a la cara.

Observo como la madre abrumada toma a la pequeña de la mano haciendo un ademán con la cabeza de "no" y siguen caminando.

Desvío la mirada a mi pastel de chocolate y tomo un pedazo; es impresionante como algo tan pequeño y simple puede ofrecer placer al paladar, cierro mis ojos en acto reflejo para relajarme el café en el que me encuentro es acogedor, más de lo que ya estoy y es entonces cuando escucho el grito de una niña a lo lejos.

Descendientes.Where stories live. Discover now