CAP. 1

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Mi nombre es Gustav Takumi, y se equivocan, no soy el protagonista de lo que sea que sea esto, pero no sé preocupen, no tardarán en conocerlo.

***

Todo comenzó una mañana al finalizar la jornada de clases.

– Takumi – Exclamó la maestra Ema antes de yo poder salir del aula.

Carajo, muero de hambre. Rodé los ojos antes de girarme hacia ella.

La maestra Ema es una mujer madura de ojos claros y baja estatura. Su cabello es rubio, pero ya asoman algunas canas de su cabeza. Es la encargada de dictar la clase de inglés. O también llamada...
Mi peor pesadilla.

– ¿Si? – dije acercándome a su escritorio.

– Quisiera que le llevaras los apuntes de hoy a Tsubaki, si no te molesta – dijo mientras sus lentes resbalaban por su tabique.

No tengo ni puta idea de quien es Tsubaki, no soy de socializar mucho en el aula. Pero cómo vergas le digo que no a la maestra con la que peor me va.

– Carla Tsubaki, la chica que faltó hoy – Replicó al ver mi  expresión confusa.

–Ah claro, no hay problema – dije fingiendo despreocupación
– Le llevaré los apuntes –. En realidad aún no tenía idea de quien me hablaba, pero moría de hambre, seguro en el camino recordaría a esa chica.

La maestra acomodó sus lentes mientras me entregaba las fotocopias que habíamos leído hoy – Te lo agradezco –.

– Bien, hasta luego – Dije luego de tomar las fotocopias. Salí de aula insultando mentalmente a la maestra, acaso yo era el único estudiante en el aula? No pudo pedirle a alguien más? Oh espera, en realidad no pudo, siempre soy el último idiota en salir.

Caminé malhumorado por los pasillos hasta que caí en cuenta de que olvidé un pequeño detalle,  ¿Dónde carajos vive esa tal Carla? Qué idiota soy.

Estaba apunto de regresar a donde la maestra pero me detuve al escuchar la conversación de dos chicas en el pasillo.

– A propósito, Sara ¿ese tal Tsubaki no es tu vecino? – dijo una de ellas.

  Paré en seco y puse más atención disimuladamente, y mi definición de disimular, fue pararme en la mitad del pasillo como un lunático.

– Así es – Respondió la otra con un tono eufórico.

– Aññ qué envidia – exclamó la otra con el mismo tono.

WTF, creí que Tsubaki era mujer.

Me acerqué, obteniendo miradas curiosas de ambas.

– Disculpen, ¿están hablando de Carla Tsubaki? – pregunté confundido y ambas estallaron en carcajadas.

– Claro que no – respondió una de ellas – Hablamos de uno de sus hermanos, Sebástian Tsubaki– Dijo suspirando orgásmicamente. Estas chicas son estúpidas.

–¿Porqué la pregunta? – dijo la otra.

– Me preguntaba si podrían guiarme a su casa, necesito entregarle a Carla los apuntes de hoy – Dije ya cansado del tema.

– Sara puede llevarte, es su vecina – dijo. Yo miré a Sara y está no mostró intención de negarse.

– No hay problema – dijo ella sonriendo.

– Entonces nos vemos luego – dijo la amiga. Se despidieron con un beso en la mejilla y Sara y yo caminamos a casa de Carla.

***

– ¿Crees que Sebástian tenga novia? – Preguntó Sara repentinamente. Llevamos cómo cinco minutos caminando a casa de Carla en silencio, porqué tuvo que arruinar mi paz?

–Mmm no lo sé, no lo conozco – Dije sin prestarle mucha atención.

–Oh, es que el también está en tercer año, creí que estarían en el mismo aula – Dijo mirándome. Al ver que yo no respondería, continuó – Es raro que no lo conozcas, apesar de que es nuevo, es muy popular aunque probablemente no lo sepa –.

– Generalmente no presto atención a lo que pasa a parte de las clases en la escuela – Respondí quitándole importancia.

El resto del camino fue silencioso. Luego de dos minutos nos habíamos detenido.

– Bueno, yo me quedo aquí, Carla vive al lado, nos vemos luego – dijo Sara entrando a su casa.

– Vale, gracias – Me dirigí a donde Sara indicó, toqué el timbre y esperé que alguien abriera la puerta.

Carajo estoy muriendo de hambre por la irresponsabilidad de esta chica. Debería invitarme a almorzar maldita insensible, pobre de mí.

La puerta se abrió y dejó ver a un chico rubio, no muy alto de ojos oscuros.

– Hola, tú debes ser Sebástian... –

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