—Dime, Will... ¿porque te niegas tan rotundamente a la hipnosis?— Pregunto Hannibal postrado en el asiento de piel negra, mientras colocaba el metrónomo dándole la espalda en la mesita de cristal que tenía enfrente de Will y el.Will, quien se encontraba totalmente desorientado y sudando frió no tenía la menor idea como había llegado ahí, poco podía recordar antes de ese momento y aun no se encontraba totalmente de acuerdo con el hecho de dejarse dormir.
—Por la misma razón por la que me negué a ser psicoanalizado por FBI, no quiero a nadie rondando en mi cabeza.— Guardo silencio un segundo, analizando sus opciones mientras tragaba más saliva de la que podía producir.—Pero eso ya no es un lujo del que puedo disponer... —
Todo había empezado unas semanas después de que will confesara tener lagunas mentales y su preocupación por caminar sonámbulo, estaba perdiendo el punto clave entre realidad y la ensoñación, y su cordura se perdía entre las alucinaciones que comenzaban a reinar su mente. La preocupada pero serena actitud de Hannibal ante la situación no hacía más que estragos en su mente, Will quien intentaba hallar una explicación razonable, lejos de lo que fuera una enfermedad mental, buscaba indicios físicos, enfermedad, alucinógenos, incluso caía en la posibilidad de le estuviera siendo drogado, pero cada opción era descartada por los comentarios de Hannibal. Quien aseguraba que la mejor opción que les quedaba era la hipnosis, y le prometía no divagar más allá de lo fuera el problema.
—Me temo que ya no...— Dijo con un suspiro mientras se acercaba a su paciente que se encontraba moviendo tedioso uno de sus pies con rapidez, expresión indudable de ansia y nerviosismo.
Hannibal llego hasta el, pidió que se inclinara y relajara su cuerpo, comenzó el movimiento lento del metrónomo y dio inicio las bases que él creía, era la mejor manera para ponerlo en trance. Pero en los primeros intentos fueron nulos, Will no lograba concentrarse del todo. El tercer intento se llegó a dormitar, pero rápidamente se despertó exaltado, bañado en sudor y más desorientado que antes.
—No creo que esto funcione...— Su respiración era agitada y se cortaba en pequeños lapsos de tiempo en un intento de calmarse. La gran cantidad de sudor que le recorría en todo el cuerpo hacía de su ropa algo incomoda, decidió abrir un par de los botones de su camisa para sentir la frescura de la habitación en su piel, cosa que al doctor no le importo.
—Me temo que no te concentras realmente en ello, Will.— Calló un momento y prosiguió. —El hipnotismo es algo que toma fácilmente las mentes comunes de las personas, pero tú no eres común. A pesar de haber aceptado este ejercicio, tu subconsciente sigue negándose a la idea de que alguien entre y husmee entre sus secretos.—
Hannibal sabía muy bien que la mente de Graham no era un libro abierto, costaba entrar en ella cuando no tenía ni la remota idea de sus intenciones y ahora que estaba consciente de lo que haría, sería un reto aun mayor pero no imposible.
Continúo intentando por media hora y tres minutos en los que solo había conseguido calmar su respiración, junto con una relajación musculas en todo el cuerpo. Diez minutos más pasaron, los intentos de progresar rendían frutos, los ojos de Will se encontraban perdidos en la nada, desprovistos de ese brillo característico en las miradas vivas, sus hombros colgaban y sus brazos caían a los costados de su cuerpo, luciendo sin lugar a duda como un muñeco sin vida.
Esos signos eran el estado que buscaba, había completado la transición, ahora podía confirmar para sí que su paciente había caído en trance. Se aproximó hasta quedar a unos pasos de él, decidió entregarle una posición más cómoda de la que se encontraba. No lo toco, más con señas indico, de una manera lenta en la que el inconsciente pudiera seguir, que sus brazos reposaran en su regazo, su cabeza descansara hacia atrás, y con sus pulgares, que sus parpados se mantuvieran cerrados.
—¿Will Graham,— Hablo Hannibal. —Puedes escucharme?— No hubo respuesta en un principio, pero pudo apreciar un débil movimiento de su parte por lo que repitió la pregunta. —Si puedes escucharme dilo con un sí o intenta expresarlo —
Los labios de Graham se abrieron perezosamente y en menos de un segundo volvieron a cerrarse sin pronunciar ningún sonido audible, al minuto después se dio indicio de un leve pero claro asentimiento.
—Muy bien, Will. Pero te pediré que hagas un esfuerzo por responder con la voz, más que con las señas.— Recibió como respuesta un pequeño pero perceptible ¨si ¨ de Will.
Comenzó guiándolo con su voz grave y lenta, pidió que describiera el lugar donde su mente lo colocaba. Will, tardó en responder, pues en su mente solo lograba distinguir una densa neblina que le impedía ver su alrededor. Por casi un minuto no hablo y a los dos sus labios se movieron, exhalo un poco y con una débil voz relato lo que en su interior era capaz de apreciar.
—Me encuentro... entre la neblina, a lo profundo de un bosque de hojas secas, el fango húmedo de mis pies me impide moverme.
—¿Se encuentra usted acompañado?—
—No...— Graham guardo silencio, analizando la ilusión que su mente le creaba. —Pero puedo ver que alguien ronda a lo lejos. Moviéndose alrededor. Mantiene su distancia.—
La confusión en su hablar era fácilmente percibida, mientras Lecter se mantenía atento. Intrigado con lo que escuchaba salir de la boca de su paciente.
—¿Es esa persona Garret Jacob Hobbs?— Pregunto.
Graham negó con rapidez.
—No. ¡Imposible! Garret Hobbs no lleva dos enormes cuernos de ciervo. Ni es un ángel caído del cielo, no lleva alas negras a su espalda.—
—¿Y el si las tiene?— Más que una pregunta, fue una afirmación que Will corroboro. —¿Puedes ver su rostro? —
—No. Se mueve, lo hace. Desaparece de un lugar para aparecer en otro.—Graham, aun con los ojos cerrados, levanto su cabeza, miro ambos lados con lentitud y volvió su rostro al frente. —El me esta mirando. Pero yo no puedo verlo. Y...—
Su cabeza comenzó a doler, ese rostro lucio totalmente oscuro, no lo podía ver y en su mente la neblina emergió, tan densa como en un principio, ya no podía ver nada.
***
¡Hola!
Cuando comencé a escribir apenas estaba viendo el capitulo dos de la segunda temporada por lo que yo no estaba enterado de que realmente lo había hecho pero a su modo ...
Pensé en cambiarlo y adaptarlo a lo que fue en la serie pero para eso que tendría que rehacer todo el capítulo y los dos capítulos siguientes, la verdad me dio flojera hacerlo, si lo hiciera seria tirar todo mi esfuerzo por la borda. -Suspira-
Si tienes gran conocimiento sobre la hipnosis, por favor recuerda, esto solo es una historia creada para el disfrute de tu imaginación. No todo lo que está escrito es verdad, son solo mitos y hechos mezclados para la creación de este capitulo.
YOU ARE READING
Hipnosis
FanfictionAquí los recuerdos de lo poco profesional y lo más humano que algún día pudo ser, Hannibal Lecter.