Senza l'anima

Capítulo I: El comienzo del final

Me desperté tarde aquella noche en la que todo terminó y el tiempo se detuvo para nunca más moverse.

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Sonidos de pasos fueron los que me despertaron aquel día, vivía en esa casa con mis padres así que no sospeché mucho hasta que me percaté de la hora.

3:02 AM

Mis padres no son del tipo que se despiertan en la madrugada entonces me extrañé bastante y decidí levantarme a ver qué pasaba.
Caminé lentamente hacia la puerta de mi cuarto, cada vez el sonido de los pasos se hacía más fuerte, lo que me indicaba que al otro lado de mi puerta estaban lo que yo creía en ese entonces, mis padres.
Estaba a punto de llamarlos hasta que se escuchó un sonido nuevo, era un sonido que ninguna persona normal lo haría estando en sus 5 sentidos.
Aquel sonido era un gemido, no muy diferente al de un animal hambriento.
Me quede ahí parada, al otro lado de mi puerta, sudando frío y con la adrenalina hasta los cielos.
Me acerqué más a la puerta para ver si lo que había escuchado no era un sueño.
Todo quedó en silencio por segundos que parecían eternos, apegué mi oreja a la puerta, solo podía escuchar los latidos de mi corazón.

ARGGRAAAAAAAGHHH

De repente volvió a sonar aquel gemido pero mucho más fuerte, haciendo que me caiga para atrás del horror que sentía.
Me quede boquiabierta en el piso temblando sin saber que era lo que estaba del otro lado y sin saber si mis padres estaban bien.
Pero cometí un grave error y ese fue hacer ruido.
Lo que sea que había del otro lado me había escuchado y ahora estaba golpeando la puerta tratando de tirarla abajo.
Lágrimas salieron de mis ojos, no sabía que hacer, no podía moverme aunque quisiera.
Los golpes se hacían cada vez más fuertes y la puerta parecía resistir cada vez menos.
Tenía que actuar rápido si quería ver la luz del día.
Rápidamente decidí bloquear la puerta con la silla que había al lado de mi escritorio para ganar más tiempo.
Mi cuarto tiene un baño en el, así que fui allá a encerrarme para ganar tiempo y pensar más a fondo lo que iba a hacer.
Comencé a ver mis alrededores y me fijé en la pequeña ventana arriba de la ducha.
Podía treparme por aquella ventana y caer en el pasillo de mi casa que me llevaría al cuarto de mis padres y así salir al jardín.

Pero me había tardado demasiado.

Aquella cosa, ya sea humano o animal, rompió mi puerta y entró al cuarto buscándome.
Ahí fue cuando me di cuenta que algo andaba terriblemente mal, lo que vi aquella noche no tenía comparación alguna.
Era un hombre de más o menos 1.80 m, su piel estaba llena de cortadas y lo que parecían ser mordidas, sus ojos eran venosos y estaban perdidos, sus pupilas estaban desorbitadas, el estaba boquiabierto, con la boca llena de sangre y continuaba emitiendo aquellos sonidos aterradores.
El hombre vino corriendo hacia mí, le cerré la puerta del baño en la cara pero la fuerza de este hombre era tan brutal que fácilmente en dos golpes más la puerta caería abajo.
Me subí rápidamente al escusado, tratando de alcanzar la ventana pero mientras lo hacía el hombre logró romper la puerta.
Con toda la fuerza que me sobraba me impulsé hacia la ventana y ya estaba casi del otro lado cuando el hombre me agarró de la pierna y trataba de morderme, yo lo pateé pero eso no evitó que me rasguñase.

Caí de espaldas hacía el pasillo, quedándome sin aliento. El hombre se quedó en el baño lamiendo mi sangre que se derramaba por la pared.
Me quede tirada en el piso, tratando de recuperar el aliento, pero no tenía mucho tiempo, me paré y aproveché la situación para irme caminando lentamente hacia el cuarto de mis padres, y sin hacer ruido logré lo que me había propuesto.
Cuando entré al cuarto de mis padres cerré la puerta que había detrás de mi y me sorprendió ver que no había nada en su cuarto, nada excepto alguna ropa tirada en el piso, pero no había fotos ni álbumes, no había nada importante.
Caminé hasta su cama y encontré una maleta acompañada de una carta, no entendía que pasaba, ¿me habrán abandonado?
Lentamente abrí la carta:

Asya,
Estoy segura que tarde o temprano cuando despiertes vas a leer esto, se que te sientes confundida, se que te sientes abandonada.
Tal vez sea muy tarde para decirte que estás en peligro, pero no solo de esas cosas si no de mucha gente que te está buscando.
La razón por la que no te llevamos con nosotros fue para no llevarte a tu tumba.
Asya lo que vas a leer es un secreto que no puedes contar a nadie por tu propia seguridad.
Tu eres inmune al virus, si te llegan a morder o rasguñar no te vas a contagiar pero esto te puede traer muchos problemas, asegúrate de tapar tus heridas si las llegas a tener para que la gente no te descubra, por favor hija debes ser muy precavida.
Tu padre y yo estamos en los laboratorios dentro de las alcantarillas a las afueras de la ciudad, en la maleta te dejé un mapa de cómo llegar, debes tratar de venir lo más rápido posible.
Golpéalos en la cabeza, mientras destruyas el cerebro no van a volver a la vida.
Cuídate hija, en la maleta tienes provisiones y un bate, no pude conseguir más, anda a lugares altos y por lo que mas quieras evita moverte por la noche.
Te amamos Asya,
Tus padres.

Sentí como lágrimas caían de mis ojos, esto no puede ser real, esto es una pesadilla.
Comencé a pellizcarme, a darme cachetadas por si así despertaba solo para cada vez darme más cuenta de lo real que era esto.
Aun no entendía el por qué de las cosas pero lo único que se es que mis padres me esperan y no voy a hacerlos esperar más.
Agarre el bate que estaba en la maleta, y baje al jardín por la ventana sin hacer ruido.

Hacia las alcantarillas, ¿no?

Dije antes de comenzar el inicio del fin.