Pequeñas Vidas.

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DIA 1

Como todos los días María se levanto temprano y se dirigió a la plaza para realizar sus actividades rutinarias. Los cálidos rayos de sol apenas iluminaban la triste mañana de agosto, la fuerte brisa golpeaba las copas de los árboles y un remolino de hojas se formaba cerca de la fuente central que se ubicaba junto al monumento de Sarmiento.Luego de correr unas cuantas vueltas, María se sentó sobre un banco y comenzó a mirar el paisaje.Todo le resultaba diferente esa mañana, la plaza estaba mas desierta, los árboles estaban desnudos, las alegres margaritas estaban dormidas y la hermosa calesita que tan feliz la había hecho sentir cuando era pequeña, ya no funcionaba. ¿Qué tan rápido habían pasado los años?.Cuando iba de regreso a su casa, pensaba como seria su vida a partir de ahora, cambiaría por completo su rutina, además ya no podría ir a correr, ni a bailar, ni a los recitales de “Babasonicos”, ni a fiestas, ni a ningún lugar divertido.Hacia un mes que no hablaba con sus amigas, y desde ese día en que les dijo a sus padres la desagradable noticia no volvió a saber de ellos. Termino de comer y juntó la mesa, agarro su abrigo y se fue hacia el bar de Juan, no era un muy buen trabajo, pero el mejor que podía conseguir una niña de 17 años que apenas tenia una casucha y encima ya cargaba con una gran responsabilidad.Cerca de las veintitrés y treinta ya estaba de vuelta y en la puerta la esperaba Manuel el gran responsable de su desgracia. Como era costumbre, estaba borracho y fumando no se sabe que cosa. María al ver en las condiciones que se encontraba el joven, solo paso a su lado y se apresuro a entrar.Al terminar de cenar se recostó sobre un viejo sofá y comenzó a leer un libro que alguna vez su abuela le había regalado para que no se alejara del camino del señor.Pero no pudo recitar ni una oración esa noche, porque solo pensaba en su triste vida. La gran angustia y tristeza que sentía la cubrió por completo y una interminable lluvia caía de sus ojos hasta que lentamente se durmió.

DIA 2

Al despertar, se sintió vacía y desahuciada. Unos minutos después el timbre sonó y tuvo que levantarse.Doña Juana, su vecina la había ido a visitar, ya que la noche anterior había escuchado los gritos de Manuel, y de paso aprovechó para llevarle unas galletas que había amasado.María la recibió y desayunaron juntas, hablaron del clima, de la novela de las 21:00 y de las trágicas noticias que anunciaban en el diario de medianoche.Luego la anciana se retiro y María se quedo pensando en la triste vida de su vecina. ¡Pobre mujer! Viuda, sin hijos, sin parientes sin nadie. Ella no quería terminar como su vecina, aunque así se sentía en ese momento.Ese día le tocaba trabajar desde temprano. Llego al bar y Juan la recibió como siempre: con unos cuantos gritos y regaños por su tardanza.Ese día estaba dispuesta a contarle a su jefe su tremenda situación, pero el negocio se lleno demasiado y no tuvo tiempo.Cuando regreso a su casa los sentimientos de angustia la envolvieron nuevamente y solo tuvo ganas de llorar.De pronto se levanto de un salto, agarro su abrigo y salió corriendo bajo la fría lluvia.Camino tres cuadras y se detuvo ante el teléfono público, dudo un momento pero bajo el efecto de un gran impulso levanto el tubo y marco un numero que retenía en su memoria.Después de unos minutos, una dulce y clara voz dijo: “hola”.María no se animo a responder, lloraba en silencio y trataba de contener su respiración, pero no pudo resistir mucho tiempo y bajo el mismo impulso, cortó. Volvió a su casa pensando: ¿por qué no se animo a hablarle? Si la extrañaba demasiado. Qué lastima que no se animó a decirle “te necesito, mamá”.

DÍA 3

Hoy hacía un mes desde que se había marchado de su casa. Que rápido pasa el tiempo, pero cada vez duele mas la ausencia y es mas difícil continuar. La soledad la debilitaba y ya no quería levantarse de su cama. Miro el despertador y eran las doce, dudando se levanto y se cocino un plato de fideos, pero no lo comió, tenía el estómago cerrado y la angustia no le permitía tragar ni siquiera un sorbo de agua. Salió a la calle, hacia demasiado frío y una gris tormenta se aproximaba.Llego al bar, estaba vacío y sin movimientos, era común en los días feos. Se sentó detrás del mostrador y se puso a mirar en la tele el canal 26, pero de pronto se sorprendió mucho al ver esa desagradable noticia. “Podría ser la salvación de mi desgracia”, pensó. Le aviso a Juan que se retiraría porque se sentía mal, agarro su bolso y su abrigo y salió muy rápido de allí.Paso por el puesto de diarios que estaba en la esquina de la escuela numero 28, compro el periódico y se dirigió con paso agigantados hacia su casa.Prendió la chimenea y se sentó junto a ella a leer las noticias, allí encontró la que tanto deseaba. “Joven y su hijo mueren por una mala práxis”.

DIA 4

No había podido dormir en toda la noche, estaba cansada pero se levanto antes de que el despertador sonara y salió de su casa.Camino seis cuadras hasta la iglesia, escucho misa, se confeso y salió triste.Junto valor y fue al bar a contarle a Juan su gran problema.Su jefe desconcertado, reacciono mal y sin ninguna compasión la despidió. ¿Qué iba a hacer ahora?, ¿Dónde podría conseguir un trabajo con buena paga?. Angustiada volvió a su casa, allí otra ves se encontraba Manuel pero ahora estaba sobrio y con ganas de aclarar varias cosas.Los dos entraron y María le sirvió una taza de café. Hablaron un largo rato hasta que el joven se animo a decirle el motivo de su visita.Al rato otra ves estaba sola, mas sola que nunca.Había sido una ingenua, Manuel se iba a trabajar a España y ella no se animo a decirle la verdad, a decirle que estaba esperando un hijo suyo.Desesperada empezó a llorar, y a temblar. Estaba llena de miedo, un miedo que solo ella podía entender.DIA 5

Las campanas de la iglesia anunciaban las siete de la mañana. Se levanto y salió hacía la casa de Asusena, una mujer grande, a la que todos le temían por ser una loca bruja.Llego a la puerta y toco el timbre, impaciente espero a ser atendida.Unos minutos después la anciana salió, la recibió amablemente y la hizo pasar. El lugar era oscuro, olía a vejes y estaba lleno de cosas raras, de esas que asustan no-solo a niños sino también a adultos.Llorando y tartamudeando María le contó su problema y Asusena comprendió rápidamente lo que la niña esperaba.Le sirvió un vaso de agua para tranquilizarla y le dijo que volviera al día siguiente para poder realizar el procedimiento.Luego María se retiro, cuando iba camino a su casa se detuvo en la esquina del jardín y observo a los niños como se despedían de sus madres para entrar a clases. Era muy tierno ver a esas criaturas tan felices y llenas de vida. Pero María era muy joven y solo pensaba en terminar de una ves por todas con su problema y recuperar su trabajo y el cariño de sus seres queridos.Se paso toda la tarde en la casa mirando la televisión y pensando en que pronto se terminaría todo.

DIA 6

Estaba muy nerviosa y por eso caminaba deprisa, se detuvo frente a la puerta de Asusena y toco el timbre.Al entrar se recostó sobre una cama y la anciana le dio un liquido para beber, que la durmió rápidamente.De repente se encontraba en la plaza jugando en la calesita y desde un rincón sus padres la saludaban, luego se vio y era tan solo una pequeña niñita de tres años.Al terminar la vuelta su padre se acerco la tomo en sus brazos y la beso en la frente diciéndole cuanto la quería. Ella estaba feliz.Cuando despertó ya todo había terminado, se sentía vacía. Asusena le dio unas pastillas que calmarían sus dolores. Pero nada podía aliviar el dolor que sentía en su corazón.En ese momento se dio cuenta de que había sido una basura, egoísta y asesina.Salió lo mas rápido que pudo de allí llorando y entro en la iglesia. Rezó y pidió perdón pero no podía sentirse mejor, estaba aterrada y muy débil. Llego a su casa y se tiro sobre el sofá, durmió unas cuantas horas debido a la fiebre que le había subido. Al despertar ya se sentía mejor (por fuera), por que en el alma llevaba el vacío que la llenaba de angustia y dolor.Se levanto despacio y vio que en el piso, junto a la puerta, había un sobre. Lo levanto y lo abrió, era una carta que decía: “Mañana viajaremos a Roma, el viaje que siempre quisimos hacer, no creo que volvamos pronto, por eso te dejamos la casa puedes irte a vivir allí cuando nazca tu hijo. Ojalá seas feliz y le brindes al niño todo el amor que te dimos a ti, tu padre y yo. Te seguimos amando como siempre, pero no podemos perdonarte por ahora. Suerte y que seas feliz”.Esas palabras la hicieron sentir peor, ya no aguantaba el cargo de su conciencia.

DIA 7

Agarro las llaves y se dirigió a su casa, a donde había vivido su infancia y se había llenado de una gran dicha.Entro y subió a su habitación, allí estaban todos sus juguetes, sus libros de cuentos, sus peluches, su ropa y su inocencia.Sobre su cama encontró el diario en donde escribía sus secretos, estaba abierto por la mitad en donde decía:“Querido diario: cuando sea grande quiero tener varios hijos, para poder cuidarlos como mis papis me cuidan a mí, me siento feliz de tenerlos conmigo”.Ya no aguantaba mas, cerro el diario, escribió una carta y salió de su habitación, subió hacia la terraza y se sentó en el suelo.Luego de un rato se levanto lentamente y comenzó a caminar hacia una punta. Se acerco a la baranda y miro hacia abajo. Luego abrió fuerte los brazos, cerro los ojos y se dejo caer por el precipicio.

Creepypastas:El Terror.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora