PRÓLOGO

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Hace aproximadamente 12 años.

El pequeño niño oía a sus padres discutir desde su habitación, en algunas ocasiones se oían golpes. Él no sabía porque discutían, solo esperaba el momento en que dejaran de discutir y así poder dormir; de repente los gritos de su madre ya no eran porque estaba discutiendo, más bien se oían como si estuviese asustada y siendo atacada, Sumire no pudo evitar empezar a preguntarse que pasaba mientras que algunas lágrimas bajaban por sus mejillas, salió lentamente de la habitación y se dirigió a donde provenían los gritos de su madre, se acercaba lentamente a la cocina, y ahí vio la escena tan horrible ante él; su madre estaba tirada en el suelo con el pecho abierto, se había formado un charco de sangre al rededor de ella, al fondo se veía a su padre de rodillas con un rostro arrepentido y aterrorizado, empuñó de nuevo el cuchillo que había agarrado 2 minutos antes del cajón a su lado y se lo enterró en el cuello abriendo su garganta, mientras se desangraba vio a su pequeño hijo, se había arrepentido de lo que había hecho, ¿Por qué tenía que presenciar eso? Intentó acercarse a él pero ya había muerto. Sumire lloraba al ver a sus padres muertos, empezaba a sentir náuseas que había vomitado en el suelo, el aún se preguntaba porqué su padre había asesinado a su madre.
...

Sumire lloraba en la habitación, su tía se acercó.

-No llores, todo estará bien. - Trataba de forzar una sonrisa, pero una lágrima resbalaba de su mejilla.

No, nada estaría bien. No por ahora.

Actualidad.

Sonó la alarma, Sumire despertó aunque aún con bastante sueño. Se sentó en la orilla de la cama y desactivó la alarma de su celular, y con suficiente fuerza de voluntad se levantó de la cama y caminó hasta el baño; después de alistarse bajó a la cocina y vio a su tía.
Ella, era una mujer de edad mediana, ella tenía un cabello largo y castaño, un rostro parecido al de Sumire pero con rasgos más finos; en realidad ella nunca se caso ni tuvo hijos, por eso no le importó hacerse cargo de su sobrino; aunque tampoco fue algo que le alegrara completamente, pues después de la muerte de de su hermana y cuñado Sumire ha sufrido bastante depresión, no es alguien que hable mucho, y hasta ahora solo sabe de una amiga de él: Sarada.

-Buenos días.- dijo y bostezó.

-Buenos días, cariño.- dijo con una pequeña sonrisa en los labios, en un instante esta sonrisa de desvaneció.- ¿Estás mejor?

-Si, no pasa nada, juro que no volverá a pasar. -dijo con un rostro de culpabilidad.

El gesto de su tía cambió a uno de preocupación y tristeza.

-Sabes que si algo está mal puedes decirme.- Tomo la cafetera y sirvió un poco de café en una taza, con una flor color rosa como diseño de esta.

-Estoy bien.- Hizo una mueca.

-Esta bien. Tu desayuno está en la mesa.- Terminó de servir el café y se volvió hacia él.

Sumire tomó asiento y comenzó a comer algo apresurado, su tía se sentó en la silla que queda en frente del lugar de él.

-Pero, aún sigo preocupada...- dijo casi susurrando.- Eso que hiciste, no la haría una persona normalmente.

Él solo siguió comiendo haciendo caso omiso a lo que dijo su tía; terminó su desayuno.

-Me voy, nos vemos al rato.- Levantó su mano y la agitó levemente.

-Nos vemos. - tomó los platos para llevarlos al lavabo.

Sumire tomó sus cosas y salió de su casa; llegó a la escuela y sintió una mano que le tocaba el hombro, él volteó y vio a su mejor amiga; Sarada, una chica de cabello oscuro y corto un poco arriba de los hombros, usaba unos lentes rojos. En ese momento, Sarada tenía un expresión de enojo y preocupación.

-Al fin volviste, me tenías demasiado preocupada, ¿Cómo pudiste hacer eso?

-Sarada, ¿Podemos hablar de eso más tarde?- preguntó mientras seguía caminando hacia el salón.

-No, debemos hablar ahora. ¿Por qué lo hiciste?- Frunció el ceño.

-No quiero hablar de eso.- Cruzó los brazos y se encogió de hombros.

-Pues tenemos.- dijo con un tono de insistencia.

-Lo siento, solo quiero olvidar ese tema. - volteó y entró al salón.

-Sabes, no puedo olvidar fácil que mi mejor amigo haya tratado de cortarse las venas...- susurró, que tal vez él no pudo escucharlo.

Ambos se sentaron en pupitres que estaban al lado del otro, cosa normal. Sumire bajo la mirada y vio una parte de la venda que se notaba, jalo un poco la manga de la sudadera que llevaba (y que no pensaba quitarse) para cubrirla.

En ese momento, entra el hijo del alcalde; Boruto Uzumaki. Su corazón se detuvo un momento. Sarada notó su expresión, hizo girar sus ojos.

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¡Nueva fanfic! Yei

Espero les guste el prólogo y voten. Tardaré en subir capítulos, sorry, pero trataré de hacerlos lo más largos posible. 💕

Dann Moon🌌

La Razón Por La Que Vivo; BoruSumi. BLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora