dancing queen [3/3]

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Una canción lenta sonaba en todo el gimnasio, Yuta decidido se acercó a Sicheng, al llegar le extendió su mano con una sonrisa. —¿Bailamos? -Preguntó a lo que Winwin con un sonrojo en sus mejillas asintió y tomó la mano del contrario, Nakamoto lo llevó al centro del gimnasio y empezaron a bailar, robándose las miradas de muchas parejas a su alrededor. Sicheng tenía sus manos en los hombros de Yuta, y el chico lo tomaba de la cadera, moviéndose lentamente y haciendo contacto visual para nada incómodo, Sicheng al ver la situación en la que estaban soltó una pequeña risa que hizo despertar a Yuta de su pedo. —Nos vemos muy tontos así. -Dijo Sicheng con un sonrojo carmesí.
—Por ti sería el tonto más tonto, cariño. Dijo Nakamoto pasando una de sus manos en la mejilla de Winwin, rosando con su suave y blanca piel, acto seguido Winwin recargó su rostro en el cuello de Yuta.

—¡Winwin!- Alguien gritaba desde la entrada, Taeyong estaba entrando al lugar para saludar a Sicheng, o al menos todos pensaban que esa era su intención, aunque en realidad el no quería ver a Winwin con Yuta, detestaba esa idea, el solo podía tener en sus brazos a ese chico de nacionalidad china.

Winwin se soltó de su agarre y fue corriendo a abrazar a Taeyong, lo cual molestó a Yuta, el enojado japonés se fue de la pista a no sé donde para dejar a Winwin con el estúpido de Taeyong, hijodesuputamadre, pensaba mientras caminaba hacia la salida del instituto.

Winwin solo percató que su acompañante no estaba unos minutos después, solo cuando Taeyong fue a buscar algo de tomar, salió del gimnasio con la escusa de ir al baño, pero iba a salir a buscar al japonés.
Cuando salió del edificio encontró a Yuta con una botella de sepa Dios qué, recargado sobre un barandal del patio, el chino se acercó y cada paso más cerca hacía que su nariz percatara un olor a alcohol y a perfume masculino.
—¿Yuta? -el chico habló pero Yuta simplemente lo ignoró, justo como el había hecho hace rato.
—Vete con Taeyong, estás mejor con él. Dijo con una sonrisa falsa en su rostro.
—¿Estás celoso? Sicheng se acercó más a él para abrazarlo a lo cual Yuta reaccionó de forma agresiva, con su mano libre tomó del cuello a Winwin y lo acorraló en una pared, chocando la espalda de Sicheng con la estructura. —¿Q-qué te p-pas... —Yuta hizo más fuerte su agarre logrando que Winwin tratara de quitarlo con sus manos. —¡A-ayuda! -Trató de gritar, pero al parecer nadie lo había escuchado, Yuta estaba borracho esa es la razón de sus actos, pero aún así le dolía al chino que por un amigo el se encelara de esa manera, que tonto eres Dong Sicheng, taeyongtequierecojerpto.
—Te amo, Sicheng, pero parece que Taeyong es más importante. —algunas lágrimas caían de sus ojos cayendo en el piso, su aliento olía a alcohol, y no solo el aliento sino que todo él, Winwin estaba confundido, Yuta era la persona que más amaba en esta vida, la pasada y la que sigue, en esta realidad y las miles que hay, en este universo y en los millones que quedan por explorar, él debía de llorar, ¡Yuta todos estos años lo ha tratado como su amigo cuando a él le gustaba desde chico!

Taeyong llegó corriendo al patio, escuchó la pelea y preocupado salió para ver si el chico que pedía ayuda era su querido Winwin, al verlo acorralado y siendo maltratado por Yuta fue y le dio un golpe en su nariz, causando que sangre saliera de sus fosas nasales, Yuta en respuesta también le dio un golpe y así comenzaron a pelear mientras en el fondo los dos escuchaban los gritos de Winwin para que dejaram su absurda pelea, ninguno paraba, ya estaban muy lastimados pero nadie trataba de pararlos, Sicheng trató de separarlos pero Taeyong lo empujó para que no saliera lastimado, haciendo que el chino cayera en el piso.

Los maestros y alumnos salieron del edificio encontrándose con la pelea y gritos de los chicos que ya se hacían notar desde hace minutos.

Dos maestros los separaron y llamaron a la directora para que decidiera que haría con los dos chicos. Mientras que Winwin era abrazado por Yeri y Irene, quiénes trataban de hacer que dejara de llorar, se sentía culpable por esa pelea.

Ahora todos regresaban a casa, su mamá pasó por él en su coche, aunque lo planeado era que Yuta lo llevará a casa. —¿Cómo te fue? -preguntó la madre confundida al ver los ojos rojos e hinchados de su pequeño bebé.
—No, ¿podemos irnos a casa ya? -Sicheng siguió con el llanto en silencio, cubriendo su cara con sus dos manos.

¡Tonto! [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora